El trabajo, realizado a lo largo del 2011, plasma el momento de contemplación de las obras. “La relación del individuo con el objeto, del individuo y el conocimiento”, explica Carlos Collado. La interacción en que la dialéctica de la mirada abstrae a la persona del mundo que lo rodea se convierte en un momento íntimo en el que afloran sentimientos como la soledad, el placer, la extrañeza, la simpatía o antipatía o la más pura y neutra curiosidad“. Son caras, gestos, actitudes que cristalizan en las instantáneas.
La colección de cerámica del Palau Reial de Pedralbes es singular y ha permitido al artista una “observación sin masificaciones, llevando la temática hacia un territorio cargado de intimidad”. Para Collado, “el reto era la complejidad de un espacio que no se puede alterar y una disposición de las piezas que dificulta fotografiar a los sujetos de forma no invasiva”, sin interferencias en las actitudes genuinas.
Fotografías entre platos y vasijas de un palacio... una instalación
La suerte de haber aterrizado en este museo en concreto es múltiple. Según Collado, “la posibilidad de exponer las fotos en las mismas salas donde fueron tomadas es inusual y convierte la muestra in situ en una instalación”. Con la colaboración de Las Eternas Produccions Efímeres, con las fotografías colgadas a medio aire, el resultado es un juego de espejos visual y epacio-temporal; un eco que establece un diálogo con las nuevas vistas de las salas. En definitiva, un set de muñecas rusas que podría reproducirse hasta el infinito.
Además de retratar el espacio como contexto, con las diferentes salas de exposición, pasillos y corredores de la planta superior del palacio, la exposición es el último registro visual de este espacio destinado hasta ahora a exponer piezas de cerámica. “Casualmente se ha convertido en un documento que sella un lugar con una actividad concreta”, ya que en pocos meses esta colección de cerámica será desplazada hacia el edificio del Disseny Hub Barcelona, en la plaza de Les Glòries. Una última mirada antes del desalojo.
Fotografía, instalación... e interacción como conocimiento expandido
La fotografía en Collado “se convierte en un lenguaje para hablar de cosas que trascienden a la mera fotografía”. En este caso, al contactar con los retratados (más de 80 individuos de 28 países) ha buscado establecer un vínculo, crear una comunidad a través de la cual cambiar impresiones y añadir otros datos sobre su visita al lugar, sobre las reacciones y sensaciones frente a las piezas y sobre la idea misma de Contemplatio. Para esto ha creado una plataforma online bajo la forma de blog en el que nos invita a todos a participar (www.contemplatio-project.com).
De esta manera, por ejemplo, el post será una fusión del diálogo que pueda surgir entre retratados y fotógrafo... Una forma de continuar trabajando los contenidos generados durante este año y medio en el Museo de Cerámica y seguir indagando.
‘Contemplatio’ es parte de un proyecto mayor, es indagación en progreso
“Cómo se mira y se vive en los museos, cómo se experimenta lo museístico y las obras por parte del público”, esa es la idea base del proyecto de Collado. Busca al sujeto en el momento de contemplación, la interacción entre la obra y el usufructuario, el puente casi invisible que se establece.
Fue a partir de su serie Magic Rooms cuando Collado tomó conciencia del tema como tal: ahí se percató de que era la gente quien interactuaba en las diferentes habitaciones de los hoteles donde se desarrolla la feria Loop de vídeo arte de Barcelona.
Y con esta idea de cómo miramos, trabaja desde hace dos años centrándose en museos y ferias de arte como el CosmoCaixa, Arco, el Museo Picasso... e incluso lugares menos evidentes como el museo del Futbol Club Barcelona.
De museo de cerámica a muestrario
El traslado del Museo de Cerámica del Palacio Real de Pedralbes al nuevo edificio del Disseny Hub Barcelona (DHUB), en Glòries supondrá una reducción enorme de su espacio expositivo y una pérdida de su independencia al quedar absorbido por el Museo de Artes Decorativas. El Museo de Cerámica, fundado en 1976 en el Palacio Nacional (sede ahora del MNAC) y desde 1990 en su ubicación actual, está formado por colecciones privadas catalanas adquiridas por el Ayuntamiento de Barcelona y cuenta con unas 20.000 piezas que anualmente visitan unas 50.000 personas. El 3 de marzo de 2013 comenzará su peregrinación a la otra punta de la Diagonal, donde habrá de esperar hasta el 2014 para visitarse.
El cambio es todo un juego de contrastes. El Palacio Real es un edificio de corte clásico rodeado de jardines y que en sus 1.000 metros cuadrados expone al público hasta 1.600 piezas de la colección de cerámica. Por su lado, el moderno edificio del DHUB, diseñado por MBM arquitectos (entre estos, Oriol Bohigas), se eleva sobre la plaza de Les Glòries, un entorno no muy atractivo, aunque en el futuro, si se entierran los viales de circulación, se ganarían zonas ajardinadas. Aun así, dentro de este edificio el nuevo espacio de exposición de 1.000 metros cuadrados estará compartido entre las diversas colecciones de artes decorativas: de las 20.000 piezas de cerámica sólo se podrán mostrar unas 200. Un 1% del patrimonio de alto valor artístico y antropológico y 1.400 menos de las que, de momento, se pueden ver expuestas en Pedralbes.
Sobre este blog
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