Pensar en los orígenes de la poesía es imaginar una plaza en un pueblo medieval. La poesía nació con la necesidad de una rítmica, para memorizar el texto y decirlo, así que la poesía sin la música no existiría. Poesía y música nacieron juntas y ahora vuelven a ir muy juntas. El texto toma protagonismo y comparte espacio con la música que la acompaña, para crear piezas musicales basadas en la recitación y la lectura de un texto. Es lo que algunos llaman spoken word. En este sentido, se acaban de publicar dos trabajos en los que poesía y música caminan a la vez y huyen de la imagen del músico de fondo que normalmente acompaña al poema o de lo habitual poema musicado por un cantautor. Los encargados de esta aleación son Triulet y Enric Casasses, y Bradien y Eduard Escoffet. Poesía con rock y poesía con electrónica. Dos experimentos que hacen de la expresividad de la palabra un arte de transmisiones cutáneas.
'Tira-li l’alè': los colores del texto son los que mandan
Triulet es una formación clásica de rock instrumental integrada por Miquel Ferrés, Gerard Rosich, Ignacio Lois y Nicolas Bernard. Con los materiales de Aridmètric, su primer trabajo, ya jugaron a acompañar otro poeta, Gerard Horta, y su Balada de l’holandès errant. El resultado, un trabajo en el que los colores preciosistas y reivindicativos de la poesía de Horta dialogan con el rock experimental de Triulet. Con el nuevo trabajo con Enric Casasses, Tira-li l’alè, reivindican el papel poético de la música: “Del mismo modo que él se inserta en la música nosotros nos insertamos en la poesía, o pretendemos hacerlo”, explica Miquel Ferrés. El trabajo que han hecho ha sido de encaje, en la que cada canción tiene “un aire, un color y un camino diferentes en función del texto”. Triulet sale de la oscuridad de sus orígenes musicales, da un paso más allá con el juego rítmico y se atreve incluso a bromear. “Hay una canción que es un cha-cha-cha rockero, que casi no se nota que lo es, o un rap, que no lo es exactamente pero que es trip-hopero, esto no lo habríamos hecho antes”, explica Miguel Ferrés, quien afirma que “la poesía de Enric nos ha ayudado a salir de nosotros mismos”.
Enric Casasses es un animal de escenario. No es la primera vez que trabaja con músicos. También lo ha hecho con Pascal Comelade, Félix Gasull y Telefunken. Con Triulet han creado una estructura conjunta en la que la voz es un instrumento más. “Hay un cuidado del poema, lo que está diciendo el poeta y, por tanto, en el disco pasamos por muchos colores diferentes e intentamos dar un espacio diferente al material que tratamos”, dice Ferrés. Casasses lo define como rock rico: “Si juntas dos artes, o suman o restan.” Y en este caso, suman: “Los acuerdos, las melodías y los ritmos es como si entraran a formar parte de la retórica del poema. Son estructuras en las que la forma de cuadrar con los poemas es muy elaborada”.
'Pols', un proyecto de laboratorio
Bradien y Eduard Escoffet acaban de publicar Pols, un trabajo que huye de la poética de lo cotidiano que hay normalmente en la poesía y la música pop, y se adentra en una temática que va de la arquitectura hasta la política pasando por el ecologismo. Hace tres años que trabajan, ha sido un proceso lento de construcción sólida: “Pols es un proyecto muy de laboratorio, hemos dejado que cada pieza vaya encajando, que se vaya cociendo poco a poco para encontrar un terreno común entre Bradien y yo, ya que aquí no hacemos lo que hacemos normalmente solos”, explica Eduard Escoffet.
Bradien también es un grupo instrumental pero de un estilo muy diferente a Triulet. Música tranquila y polimórfica llena de recursos y estilos muy variados, tales como electrónica, pop, dub y exótica. Pope, Daniela Cugliandolo y Matías Rossi, los componentes de Bradien, ya habían hecho una incursión en el spoken word con el poeta estadounidense John Giorno, y tenían ganas de continuar trabajando con la voz. Eduard Escoffet, por su parte, quería continuar experimentando con las posibilidades del texto y de su instrumento, la voz, en su vertiente más musical. Este espíritu de investigación es el que ha marcado el tempo y el resultado final de un trabajo “lleno de matices y recovecos”, en el que el recitado se simplifica y toma fuerza la fusión de filtros. Es por ello que gana expresividad en los directos. Ya se ha podido sentir en Barcelona y Madrid, y están programados en el Sónar 2013.
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