¿Defender la sanidad pública es “atacar a nuestro país”?

En la comparecencia del consejero de Salut de la Generalitat, Boi Ruiz, y del director del CatSalut, Josep Maria Padrosa, ante la comissión parlamentaria de Salut de este 17 de octubre, comenzamos a oír el nuevo discurso de CiU que apunta a un futuro preocupante, donde los que trabajamos por defender la sanidad pública y por denunciar la corrupción somos acusados de “atacar a nuestro país”, como afirmó Boi Ruiz textualmente. Los que estamos al tanto de que los administradores no incurran en incompatibilidades somos, ahora, los nuevos traidores.

Como algunos recordarán, este jueves, en la Comissió de Salut, Boi Ruiz y Padrosa comparecieron para, entre otras cosas, responder a informaciones destapadas por nuestra Plataforma de Afectadas por los Recortes Santarios, la PARS, sobre las compañías de fisioterapia en las que Padrosa era o es aforado y con las que el gobierno firmó contratos millonarios. Durante su comparecencia, varios parlamentarios exigieron la dimisión de Padrosa, pero Padrosa hizo un patético intento de defenderse diciendo que él “solo había sido un trabajador más de Fisiogestión” y no un apoderado como muestra el Registro Mercantil.

Pero la más hábil perversión lingüística y política la llevó a cabo Boi Ruiz justificando las incompatibilidades de Padrosa. Sobre la “puerta giratoria” entre la sanidad pública y privada (o en el caso de Padrosa, la puerta ni gira: está abierta de par en par), Ruiz dijo, con un tono casi machadiano: “Todos venimos de alguna parte y vamos a alguna parte”. Y podría haber añadido: “Y en el camino, sin volver la vista atrás, nos saltamos las leyes de incompatibilidad”.

Hace unas semanas, en una concentración en defensa del Hospital Clínic, hablando con otra usuaria del mismo, compartíamos las dos nuestro temor: que los que luchamos por defender la sanidad pública ahora seamos, en un futuro no muy lejano, percibidos y señalados como “enemigos de Cataluña”, primero por CiU y luego, ¿por quién más? Y especulábamos sobre si ese discurso neoliberal calaría en la ciudadanía y poco a poco se desmovilizarían los que ahora salen a la calle para defender lo que queda de la sanidad pública catalana.

Ese temor se hizo realidad el 17 de octubre cuando el consejero Ruiz acabó su defensa de Padrosa afirmando que los que denuncian sus incompatibilidades están “atacando a nuestro país”.