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'Dones en Xarxa' promueve los derechos de las mujeres y apuesta por su empoderamiento usando las TIC. Cree en el potencial de internet para alcanzar la igualdad efectiva.

Sobre el tiempo invisible de las mujeres

Annabel Jové Mestres

El trabajo exploratorio encargado por Barcelona Activa: ¿Bebés en el aula? ha permitido recoger, analizar y ahora trasladar algunas reflexiones a Dones en Xarxa

Mujeres -y hombres- entre los “veinti muchos” y los “treinta y pico”. En la curva ascendente de la población económicamente activa. Un dilema vital: Tener o no tener descendencia. Decidir no tenerla, legítimo. Decidir no tener por miedo a no poder ni saber cómo mantenerla, tal vez es una problemática relevante. No debería dejar indiferente a los organismos competentes.

Señala el director del Centro de Estudios Demográficos en el artículo “ No vull. No Toca. Amb qui? Massa Tard. ” El descenso de la natalidad desde 1975 ha sido vertiginosa. Tres, cuatro hijos/as era “lo normal”. Un/a hijo/a coma treinta y pico es la media actual. La inestabilidad laboral es uno de los orígenes “ Ahora bien, como en tantos aspectos que sucumben en el terreno de lo” doméstico “; faltan datos; estudios que las reclamen para trasladarlas a informaciones que corroboren o refuten hipótesis. Lo que no se visualiza, no se hace visible, no existe. Permanece en el limbo.

Lo que sí hay son indicadores. “La edad media de las mujeres al tener el primer hijo no para de retrasarse. En Cataluña actualmente son algo mas de 31 años”.

Una vez se tiene descendencia, coinciden los tiempos de ejercer el rol de padres y madres con el periodo crucial para el desarrollo profesional. Concurren, en estos años decisivos, dos fenómenos simultáneos:

  • La descendencia trasciende. A los hijos/as se les ama incondicionalmente (deplorables excepciones aparte). Cuanto más pequeños, más requieren presencia, atención y cuidado a discreción; tiempo de dedicación. ¿De quién? En las culturas del sur de Europa, sobre todo de las madres, porque “Se considera que es su rol, su responsabilidad” dice Lourdes Muñoz, experta en igualdad y presidenta d'Open Data. “Tener la casa y los niños en la cabeza”.
  • En esta misma cabeza y en la misma etapa se requiere tiempo para el crecimiento formativo y profesional. Alta concentración, dedicación y atención.

Si se dispone de un trabajo estable, se trabaja en una organización con responsabilidad social real, si hay suficiente renta económica, red familiar y amical disponible, fuerte convicción en la importancia de la propia trayectoria profesional; les será más fácil. Emplearán todos los medios para compaginar el cuidado del niño con el progreso formativo y laboral propio. Cierto que hay mujeres con horizontes brillantes que asumen satisfechas dedicarse en exclusiva al cuidado de los niños mientras la pareja trabaja. Están en su derecho. Ahora bien, hay suficientes indicadores que, una vez se pierde el tren profesional, es, cuando menos, difícil de recuperarlo. Como manifiesta Yolanda Triviño, creadora y directora de Valkiria Coworking Space, “Que las madres dejen de trabajar para cuidar al niño/a convirtiéndolo en el centro de su vida es peligroso, están condicionando su futuro. Ahora, es perfectamente respetable ”.

Dicho esto, lo tienen peor aquellas provenientes de niveles educativos bajos, con fracaso escolar en la espalda y previsible poca motivación para la formación y su desarrollo profesional, con rentas humildes, trabajos inexistentes, precarios o inestables y una red familiar y relacional débil . Si las unidades familiares no pueden soportar el gasto de una guardería y/o los niños/as no han sido admitidos en las guarderías de titularidad pública (desbordadas, en general, en las ciudades grandes, por la demanda). Plazas que tampoco son gratuitas a no ser que se cumplan unos criterios estrictos; entonces, sin ningún otro tipo de apoyo público, no hay elección. Es probable que “decidan” quedarse en casa con el niño. “Ni. Ni ”. Ni se formarán ni trabajarán fuera de casa. Invisibles y solas.

Otras, buscarán marcos alternativos. Comenta Laxmi Fernandez, participando de un grupo de crianza compartida cuando su niño no pudo entrar en la guardería pública “Cuando los bebés son tan ”peques“, necesita una tribu, una red que te apoye, gestionarte con la casa y el mundo laboral y no sentirte tan sola”.

Una disyuntiva sobrevuela el análisis: ¿Es incompatible el cuidado y bienestar de los niños con el crecimiento profesional de sus madres?

Señala Chelo Chacartegui, experta en derecho laboral e igualdad de oportunidades “Hay que dejar de culpabilizar a las mujeres que apuestan también por su desarrollo profesional y personal”.

Reflexiona Elisa Stinus, especialista en usos del tiempo e igualdad “Más allá de generar tensiones, conciliación laboral versus bienestar de los niños, sería necesario reconciliarlos. Tan importante es facilitar la trayectoria profesional de las mujeres como facilitar el cuidado en el ámbito doméstico.

En las edades en las que son madres tal vez se encuentra uno de los focos cruciales de la desigualdad.

Por parte de los organismos competentes que apuestan por una igualdad de oportunidades real y para transformar de forma efectiva la realidad actual, ¿que hace falta?

  • Hacer visible la problemática, poner el foco, recoger, analizar y hacer “hablar” los datos.
  • Avanzar en consenso, contrastando puntos de vista, construyendo redes entre agentes de interés.
  • Hacer pruebas piloto para mujeres (y hombres) con niños pequeños. Apunta Bárbara Carfer, madre entrevistada “Las Administraciones deberían arriesgarse y planear pruebas piloto. Encontrar modelos a proponer a madres y padres con niños. Es un universo complejo. Y muy diverso”.
  • “Diseñar políticas públicas de usos sociales del tiempo. Considerar el tiempo como un derecho de las personas, la gente debe tener derecho a poder utilizar el tiempo para desarrollarse profesionalmente”, manifiesta Carmen Freixa experta en igualdad y especialista en políticas de usos del tiempo.
  • “Tomar decisiones arriesgadas y valientes que ayuden a madres y padres a compaginar relación y crianza de sus hijos/as con su progreso laboral y profesional”, expresa Manel Bardavio, experto en políticas de igualdad de género.

Hace falta en definitiva, dedicar recursos, enfocar, tomar decisiones, diseñar políticas, consensuar, probar, hacer redes efectivas, dar ayudas flexibles y colectivas, abrir el debate sobre el invisible tiempo de las mujeres con niños y su gestión. Tiempo, siempre el tiempo.

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