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El fusilamiento y el mural de la discordia, cóctel explosivo para los medios (pero no para Cardedeu)

Los Trabucaires de Cardedeu protagonizaron una de sus 'despertades' frente a la casa del edil del PP Jaume Gelada.

Mireia Biel

Cardedeu (Barcelona) —

Un grupo de una quincena de hombres, vestidos y armados como si fueran una de las partidas Carlistas Tradicionalistas que entraron en Cardedeu en 1873, se detiene el 17 de agosto pasado en la avenida Rei en Jaume. Se colocan en formación y disparan al aire sus trabucos. Aquellas salvas, según el diario La Razón y el concejal del PP que vivía justo en frente de la acción, representaron la ejecución simbólica del PP por parte de los independentistas. Para los trabucaires, aquello fue tan solo una despertada más, unos disparos que efectúan a lo largo de un circuito por el municipio para despertar a la gente durante la Fiesta Mayor. Para muchos de los vecinos, este ha sido un episodio sacado de contexto por los medios de comunicación que, sin embargo, forma parte de un enfrentamiento que viene de lejos entre el concejal popular, Jaime Gelada, y algunos colectivos independentistas de esta localidad de 17.000 habitantes en la comarca del Vallès Oriental (Barcelona).

Días después de la denuncia de Gelada por el “simulacro de fusilamiento”, que ayer el PP trasladó también a la Fiscalía por “intimidación” y “amenazas”, Cardedeu ha captado los focos de los medios de comunicación. “Quizás ha sido un incidente lamentable, pero es que ese día en la plaza del pueblo hicieron la misma representación”, explica Pilar, que regenta un quiosco en el centro. “Hace años que el grupo sale a hacer las despertadas por la Fiesta Mayor; fue la portada de La Razón la que encendió la polémica”, opina Pilar.

Los ánimos en Cardedeu están lejos de la crispación, tampoco de la división, y reina el escepticismo. Unos cuantos vecinos comparten la opinión del comunicado del Ayuntamiento (en manos de CiU), que lamenta la actuación de los trabucaires, que según consideran ha dado motivos a Gelada para que “actuara desmesuradamente contra ellos, así como también los medios estatales poco amigos de Cataluña”. También hay quien prefiere no opinar.

En los últimos días, el cargo del PP ha afirmado en varias ocasiones haberse sentido “ejecutado, acosado, señalado y acusado en mi casa” y ha lamentado que los trabucaires pasaran por debajo de su casa “cantando el himno del PP”. En este caso, el grupo admitió que a alguno de sus miembros sí le dio por cantarlo.

Pero por otro lado, Manel Álvarez, representante de la Colla de los Trabucaires y presente durante los hechos, lamenta que “Gelada ve elefantes en una playa” y que “saca las cosas de contexto para utilizarlas como instrumento político”. Álvarez avisa que “si tiene problemas personales con algún miembro del grupo, que la denuncia la interponga contra ellos, pero que no implique todo un grupo de Fiesta Mayor”. Además, reclama que “las despertades se entiendan como un acto festivo sin matices reivindicativos, ideológicos, partidistas o identitarios”. Entre los miembros de la Colla de Trabucaires hay algún militante de la CUP y de ERC, e incluso hay un exconcejal republicano.

El mural independentista

El episodio del supuesto simulacro de fusilamiento tiene sus inicios en un prolongado conflicto entre Gelada y el colectivo independentista Maulets. Dos de los miembros del grupo de los trabucaires son integrantes de esta organización juvenil y responsables de un mural -que representa una estelada- dibujado en la entrada del municipio. Uno de ellos asegura a Catalunya Plural que lo pintaron “hará cerca de 15 años y desde entonces la hemos ido repasando”.

El año pasado, cuando el PP formaba parte del gobierno municipal junto a CiU, Gelada ya denunció por lo del mural a los dos trabucaires que pertenecían a los Maulets, y el juez les impuso una multa de 7.500 euros -lo que costaría repintar la pared. Los dos jóvenes presentaron un recurso que ha sido aceptado hace pocos meses y han hecho una campaña popular con la que han recogido prácticamente 9.000 euros.

Paralelamente, el pacto de Gobierno entre CiU y el PP se rompió en noviembre de 2013 porque estos no podían menospreciar cuestiones identitarias como es el caso del mural independentista.

El PSC espera que se aclare; CiU y ERC relativizan

La irrupción en los medios de comunicación de la acción de los trabucaires de Cardedeu ante la residencia del concejal del PP ha obligado a los principales partidos políticos, más allá del PP, a posicionarse sobre los hechos. Los soberanistas CiU y ERC han quitado hierro al asunto, mientras que el PSC ha asegurado que si se demuestra que había intenciones amenazadoras, harán pública su condena a los hechos.

“Creo que a veces hay cosas que toman una dimensión que no les corresponde, y que se debe tal vez a que estamos en verano y hay más tranquilidad”, apuntaba la consejera de Bienestar Social y Familia, Neus Munté. Como ella, Alfred Bosch (diputado en el Congreso de ERC) consideraba que las despertades son una práctica habitual de los trabucaires en fiestas mayores, y que el suceso ha sido sobredimensionado.

Más cauto ha sido el PSC, que condenará “sin paliativos” el supuesto simulacro de fusilamiento siempre que se demuestre la “mala intención” de sus protagonistas. Esther Niubó, portavoz socialista, ha subrayado que si queda probado que ha sido un acto violento recibirá el rechazo del PSC, “lo que se desconoce por ahora”.

Otros políticos, como el eurodiputado de Ciudadanos Juan Carlos Girauta, han sido menos prudentes. “Los fusilamientos simbólicos preceden los reales”, soltó Girauta en su cuenta de Twitter poco después de que se publicara la noticia.

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