De todo el revuelo que hay estos días en casa de los socialistas catalanes por la intervención de Carme Chacón para dinamitar la estrategia del que, en teoría, es el dirigente de su formación, no vamos a decir nada. Allá ellos. Los movimientos de la exministra española de Defensa a la hora de mantener vivas sus aspiraciones a mandar en el PSOE son conocidas básicamente por la grosería del personaje a la hora de presentarlas y no esconderlas. La incapacidad de Pere Navarro para articular una propuesta coherente (en referencia a sus propios seguidores) se hace patente una y otra vez. Repito, allá ellos.
Me interesa comentar, sin embargo, una de las frases de la famosa carta de Carme Chacón a Pere Navarro donde le reprochaba su asistencia a la cumbre de grupos políticosociales favorables al derecho a decidir. Consideraba, la señora Chacón, esto del derecho a decidir una cuestión conservadora y “reaccionaria”. Como les gusta a algunos dirigentes socialistas usar palabras como ésta, supuestamente duras, propias de otros tiempos! Tiempos en que muchos movimientos socialistas estaban tan alejados de la realidad como parece estarlo la señora Chacón ahora mismo. Porque utilizando esta palabra demuestra una vez más que no entiende por dónde va la cosa.
De entrada, es profundamente irrespetuoso para cientos de miles de catalanes. Pero sobre todo, indica que la miopía (como la de tantos otros políticos catalanes y, no hace falta decirlo, españoles) es colosal. Por eso sufren tantos sobresaltos y tantas sorpresas. Porque no miran a la calle. Y lo que enseña la calle es precisamente que, de fondo, como mar de fondo, la gente que está por el derecho a decidir es transversal, que se trata de un movimiento quizá poco articulado, pero cada vez más potente de ciudadanos provenientes de sectores muy diversos. Pedir el derecho a decidir no es “reaccionario”, es exactamente lo contrario.
Ella, pues, es la reaccionaria e incluso la totalitaria. Precisamente porque mucha de la gente que trabaja por el derecho a decidir jamás podría ser calificada como reaccionaria, por currículum político e implicación ciudadana. Pero sobre todo, porque la mayoría (e incluso se podría incluir intelectuales conservadores como Juan Carlos Girauta, que habla sin miedo) lo que queremos es manifestarnos y, sobre todo, aceptar el resultado.
Carme Chacón y la gente como ella son los reaccionarios. Porque actúan con ideas fijas, sin tener la más mínima capacidad de variar puntos de vista, siempre con el único horizonte de barrer hacia la ambición de poder personal. Haber sido ministro de Defensa de España te debe marcar. Por lo tanto, acepto que la señora Chacón pueda entender España a su manera -una manera, repito, reaccionaria. Y por qué? Porque en el fondo, cuando los dirigentes socialistas españoles o los del PP, tanto da, hacen este tipo de afirmaciones, lo que querrían manifestar -y lo hacen, de vez en cuando- es que, no tanto el derecho a decidir sino “los nacionalismos” son reaccionarios. Y no se dan cuenta que el más reaccionario de todos es el nacionalismo español, o el francés, o el inglés. Porque son nacionalismos insolidarios no reconocidos disfrazados de patriotismo que cincuenta años de Unión Europea en algunos casos, cuarenta en otras y treinta, en muchos, no han conseguido borrar.
Un servidor no se considera reaccionario, ni siquiera nacionalista. Pero sí quiero ejercer mi derecho a decidir. Y una vez obtenido, votar sí por una independencia moderna, sin fronteras, solidaria, no casposa como la de los grandes estados, integrada absolutamente en la Unión Europea.
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