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Arrimadas reivindica el catalanismo reformista y acusa a Mas de poner en peligro el autogobierno

Inés Arrimadas en el debate de investidura del Parlament

elDiario.es Catalunya

Después de tres años con un líder de la oposición simbólico -la ERC de Oriol Junqueras apoyó al Govern de Artur Mas desde el 2012 y ahora está integrada en Junts pel Sí-, el Parlament ha vuelto a vivir un duelo de altura entre las dos bancadas de la cámara, que ha durado casi dos horas. La líder de Ciutadans, Inés Arrimadas, ha instado a Convergència a volver al catalanismo reformista que Mas, a su juicio, ha abandonado con el proceso independentista.

De todos los motivos por los que los naranjas no votarán a Mas para ocupar la Generalitat, Arrimadas ha destacado el hecho de que el líder de CDC quiera terminar con el autogobierno catalán. “No puede ser presidente de la Generalitat quien pone en peligro nuestro autogobierno”, ha aseverado Arrimadas.

Mas, en su turno de réplica, ha valorado que el autogobierno “ya está en peligro”, pero que no es él quien lo sitúa al límite, sino que la “regresión” en las competencias autonómicas ha sido causada por el gobierno de Mariano Rajoy, el Tribunal Constitucional y el Ejecutivo de Aznar. “El problema de ahora ya hace años que se arrastra. Atención a donde se pone el dedo acusador”, ha advertido Mas.

Del mismo modo que Albert Rivera reivindica el reformismo para intentar acceder a la Moncloa, Inés Arrimadas ha cogido la bandera del “catalanismo reformista” y se la ha entregado a Mas. Arrimadas ha recordado al presidente en funciones que podría haber tenido el apoyo de Ciutadans en cuestiones como el reparto de déficit entre las comunidades autónomas, la mejora del sistema de financiación o la reclamación de inversiones en infraestructuras. No obstante, para Arrimadas, Mas ha renunciado a este apoyo ya que está “instalado en la propaganda en lugar de hacer política”

Arrimadas ha hecho hincapié en la pérdida del “cordura” de Convergència como consecuencia de haber virado hacia el soberanismo, consciente de que no todo el partido está de acuerdo con la resolución aprobada este lunes en el Parlamento que no reconoce la autoridad del Tribunal Constitucional. Arrimadas ha recordado que Convergència ha sido piedra angular de la gobernabilidad del Estado español en el pasado, y precisamente ha instado a Mas a volver a este camino “reformista”. “Ha renunciado a hacer política”, ha criticado Arrimadas, que ha acusado a Mas de “mentir” sobre la independencia. Arrimadas también ha puesto el dedo en la llaga recordando que Mas es un “hombre de orden”, por lo que “no cuela la llamada a la desobediencia ya la insurrección”.

La líder de los naranjas ha acusado a Mas de ser “duro con los débiles y débiles con los duros”. Mas, al igual que este lunes durante el discurso de investidura, se ha puesto el traje rojo para replicar la líder de los naranjas. “Nos hemos enfrentado a todos los grandes poderes”, ha afirmado Mas, que incluso ha incluido “una buena parte del Ibex35 y todos los grandes poderes periodísticos de Madrid y muchos de Catalunya” en esta lista de enemigos, además del gobierno español y el Constitucional.

“No cuela que usted vaya de anti grandes empresas y de defensor de los derechos de los pobres”, ha replicado Arrimadas, que ha añadido un epílogo sobre la relación entre periodismo y poder en Catalunya. “Mejor no hablemos de los medios de comunicación catalanes porque hay cuantiosa subvenciones a los medios privados. Seguro que es para fomentar el catalán que usted [Mas] ha dado recientemente 8 millones a los medios privados”, ha ironizado Arrimadas.

“No me diga que nos hemos dedicado a ser débiles con los duros, nos hemos enfrentado con todo el mundo y no de boquilla, no de palabra ni a base de hacer discursitos, sino en el momento de las decisiones”, ha replicado Mas, que ha reivindicado el incumplimiento de los límites de déficit del gobierno catalán a su “sensibilidad social”. Unas explicaciones que no han convencido Arrimadas, que ha acusado a Mas de falta de “credibilidad”, “mala gestión”, incapacidad para luchar contra la corrupción, fomentar la división entre los catalanes y refugiarse en el “victimismo”.

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