Barcelona Ciutat Oberta, un puente para la confluencia
Barcelona hierve. Las municipales de 2015 se acercan y las voces que enmiendan el modelo de ciudad que defiende el Ayuntamiento se multiplican. En los últimos meses ha ido tomando cuerpo el colectivo Barcelona Ciutat Oberta, una plataforma de profesionales de tradición progresista que ponen su experiencia a disposición de los diferentes procesos emergentes que pretenden irrumpir en las instituciones. El objetivo, sin embargo, no se limita a la articulación de conocimiento. Conscientes de que en Barcelona se disputan los criterios de la política catalana del futuro, quieren ser un puente entre los diversos procesos emergentes, como Guanyem barcelona, y las fuerzas de izquierdas que ya trabajan desde las instituciones.
En palabras de su portavoz, Gemma Sendra, Barcelona Ciutat Oberta “es un movimiento abierto a todos los ciudadanos que nace para construir una metrópolis más justa y sostenible”. Piden, de entrada, más radicalidad democrática y acabar con la impunidad de la corrupción y el clientelismo. “Debemos combatir con más intensidad la apropiación institucional y el sectarismo que, a veces, vemos en los gobiernos de CiU, en la ciudad y en la Generalitat”. Según la plataforma, se ha roto el marco de confianza en las formas y los partidos tradicionales y por eso piden nuevos modelos de participación. En palabras de Sendra: “Hay que crear un nuevo estilo de presencia en la vida pública”.
La plataforma defiende el derecho a decidir pero reclama hacerlo extensible a otras cuestiones. Y, para ir más allá del asunto territorial, hace hincapié en la elaboración de una Carta Ciudadana.“Es necesario un nuevo pacto de equidad que proponga soluciones efectivas contra el paro y que sea capaz de combatir la pobreza”, explica Sendra que dibuja una Barcelona como una ciudad-estado. “Necesitamos una ciudad que sea ejemplo de rigor y transparencia, de innovación democrática y social, modélica en la protección de los derechos de sus ciudadanos, en la apuesta por la creatividad y la innovación, en el desarrollo de oportunidades económicas y en la retención y atracción de talento”.
Más allá del manifiesto, sin embargo, la plataforma se postula como herramienta para articular la confluencia. El término acuñado por la activista Ada Colau hace unos días a raíz de la presentación de Guanyem Barcelona, que debería llevar a un amplio sector de la izquierda de la ciudad a construir una amplia alianza capaz de irrumpir con fuerza en las instituciones, empezando por el ayuntamiento de la capital catalana. “Queremos facilitar esta confluencia y creemos que podemos ser un puente entre los procesos emergentes y otras formaciones, como las CUP, ICV-EUiA y NECat”, explica Sendra.
Sobre el PSC, la plataforma pone el ejemplo de Barcelona World como icono del tipo de política que no estarían dispuestos a avalar. Y, en cuanto a ERC, esperan que, “cuando llegue el momento decisivo”, sean capaces de apostar por una alianza desde las izquierdas y no “blinde las vergüenzas de CiU”. En cambio, Barcelona Ciutat Oberta ve con más simpatía propuestas como Guanyem Barcelona, Procés Constituent o Parlament Ciudadà. “Son iniciativas que seguimos con mucha estima, y que creemos que representan una voluntad importante de cambio”.
La esencia maragallista como elemento de confluencia
La esencia maragallista como elemento de confluencia maragallistaSendra fue una de las varias personas cercanas a Maragall que tuvo un papel destacado en las negociaciones que darían lugar al primer Gobierno de Entesa, en 2003. “Hay medios que ya nos han colgado la etiqueta de maragallistas y no nos molesta, aunque encontramos que últimamente se está haciendo una abuso del nombre de esta persona: Nosotros somos una plataforma independiente, preocupada por aportar conocimiento y una mirada transdisciplinar en este momento de cambio”, nos matiza. Sin embargo, varias personas del grupo impulsor tienen conexiones con la figura del ex presidente de la Generalitat y ex alcalde de Barcelona. Empezando por una de sus hijas, Cristina Maragall, hasta la arquitecta Beth Galí –que formó parte de la candidatura de Maragall a la presidencia de la Generalitat–;pasando por el economista Jordi Angusto –miembro de Nova Esquerra Catalana, que impulsa el eurodiputado Ernest Maragall–.
Un pasado del que Sendra, persona de confianza de la familia Maragall –ocupa el cargo de vicepresidenta segunda de la Fundación Pasqual Maragall–, no se esconde y lo que reivindica, sobre todo, la capacidad de tejer alianzas. “El debate que estamos viviendo actualmente en Barcelona es apasionante, pero será estéril si no conseguimos poner los intereses de la ciudad por encima de los de partido y las ideas por encima de las organizaciones”, un ejercicio de generosidad política que la portavoz compara “salvando las distancia” con los que cambiaron los 23 años de pujolismo. Ahora, como siempre, “para ganar, habrá que sumar”.
Del Hospital de Sant Pau a la enmienda del modelo de ciudad
El uso y abuso del patrimonio de la ciudad como elemento de rentabilidad turística preocupa especialmente a la nueva plataforma. De todos los casos, sin embargo, lo que más personalmente afecta a Sendra es “la degradación conceptual” que ha sufrido el Hospital de Sant Pau, del que fue directora del recinto histórico. Lamenta que, después de muchos años trabajando para que este espacio emblemático de la ciudad se convirtiera en un Centro Internacional de Innovación Social –acogiendo cinco sedes diplomáticas de las Naciones Unidas– sea ahora un elemento más de la “Barcelona de escaparate a la que nos tienen acostumbrados ”. En este sentido, cita la reciente pasarela de moda que se ha programado como un ejemplo de la visión de ciudad que tiene el gobierno de CiU.
En el mismo sentido hace un llamamiento a la calificación del turismo ya la redistribución de sus beneficios. “Necesitamos un turismo capaz de crear lazos entre sociedades diferentes, ampliar conocimientos, conectar sociedades y aportar riqueza”. Por el contrario, denuncia el “uso abusivo” que hace el gobierno de Trias y pide mirar como otros países europeos, como Reino Unido, Francia o Alemania, son capaces de desarrollar modelos para atraer un sector turístico que repercuta positivamente también en la red ciudadana. “Si no conseguimos que la ganancia del turismo tenga un carácter redistributivo estamos alimentando una ciudad dual”.
Desde hace tiempo, en muchos barrios de Barcelona, colectivos de activistas de raíz asamblearia están construyendo alternativas al modelo de ciudad en colaboración con plataformas de profesionales –sobre todo de los ámbitos de la arquitectura, el urbanismo y la economía–. Es este modelo el que según la plataforma hay extrapolar y elevar a un nivel de ciudad. De hecho, las resistencias vecinales en sintonía con colectivos de profesionales han alimentado una pedagogía política que va más allá de la crítica antisistémica y que hoy ya está encontrando alternativas en Sants, el Poble Nou, Sant Andreu, Gracia y más recientemente en el Paralelo. La confluencia que ya es una realidad en los barrios, la quiere extender Barcelona Ciutat Oberta consciente que, antes de conjugar el verbo ganar, habrá que hacerlo con el de sumar.
