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Andújar reivindica la democracia del tebeo y la contracultura en el pregón de La Mercè

Pérez Andújar levanta el puño tras pronunciar el pregón de La Mercè

Arturo Puente

En el ranking de las 20 ciudades con mayor densidad de población de España municipios del área metropolitana de Barcelona ocupan cerca de la mitad de los puestos. Es fácil entender por qué cruzando el Besòs o el Llobregat y observando la fisonomía urbana: el territorio es un tetris de bloques, viviendas apiladas que se construyeron para dar cabida al exponencial incremento de la población que se produjo en las décadas de los 60 y 70.

En un escenario muy diferente, el solemne Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona, la alcaldesa Ada Colau ha dado este jueves la palabra al que ha llamado “delegado de la internacional de los bloques”, el escritor Javier Pérez Andújar, encargado de pronunciar el pregón de la Mercè de este año. Pérez Andújar, cronista de la Catalunya de las viviendas apiladas que no sale en las guías turísticas, ha abierto las fiestas patronales de Barcelona con un alegato en favor de la literatura popular de la que ha bebido toda una generación, aquella que llenó los barrios obreros y que ahora merodea la cincuentena.

Ante los centenares de representantes de entidades culturales y cívicas, políticos de diferentes instituciones y militares uniformados que llenaban el Salón Gótico, Pérez Andújar ha repasado la literatura barata del quiosco, la de las revistas, las novelas ligeras y los tebeos. “Barcelona es la ciudad de los quioscos, que son las librerías del pobre”, ha asegurado, después de sacar a desfilar a Vázquez, a la familia Cebolleta, a Carpanta, a Ivà, al Papus, a Nazario, a la factoria Bruguera o al Capitán Trueno. Unos productos culturales que, como los bloques del desarrollismo, crecieron por todos lados coincidiendo con la infancia de la generación de Andújar para quitar el hambre cultural a una clase obrera que, por un momento, se convirtió en protagonista.

En un pregón al que ha precedido la polémica por las críticas del mundo independentista al pregonero, a quien echan en cara sus opiniones contrarias a la autodeterminación de los catalanes, el elogio de la “Catalunya B” ha asomado en la reivindicación de la que tantas veces ha sido llamada con desdén “literatura de serie B”. Un género del que, además, es capital la ciudad que este jueves comienza sus fiestas de la Mercè. “Barcelona es la ciudad de los libros”, ha remachado el pregonero. “Los libros reclamando su derecho eterno a la lectura en los puestos del mercado de Sant Antoni o amontonados en el suelo de los Encants”. Barcelona es una ciudad popular, obrera, sugería en la metáfora literaria Pérez Andújar.

A estos obreros también les ha felicitado las fiestas. “La gente de los bloques, de los túneles, obreras y obreros, modestos comerciantes, convirtiendo un solar en un ambulatorio, haciendo con sus propias manos el estado de bienestar, porque para eso eran mano de obra”, ha asegurado. Con la exaltación del paisaje urbano de barrio, de la contracultura, del obrerismo del bocadillo –“las obreras y los obreros de Barcelona cuando alzaban el puño levantaban el bocata porque uno es sólo lo que es”, ha apuntado–, el escritor traía al presente la época en la que barceloneses y barcelonesas nacidos en cualquier sitio sintieron estar conquistando la democracia.

Esta conquista de la democracia desde abajo, donde “abajo” significa desde los barrios de los bloques, es el imaginario al que apela constantemente Barcelona en Comú y la alcaldesa Colau, enfrascados en la construcción de una alternativa política con forma de partido-movimiento. Pero Pérez Andújar, rebelde, ha tenido tiempo para recordar al equipo de gobierno que la internacional de los bloques, a fuerza de desengaños, se ha hecho exigente. “El cambio climático es el único cambio real que se ha producido en los últimos tiempos”, ha lanzado con acidez.

Tras eso, se ha acordado de quienes están presos, “a quienes cuando empezaron los recortes de esta maldita crisis lo primero que les recortaron fue la merienda”. También de quienes están privados de libertad en el CIE y de quienes “en vez de alfombra en casa tienen manta en la calle”. “La Barcelona que quiere serlo pero no la dejan”, ha descrito el pregonero.

Pregón alternativo

Mientras Pérez Andújar pronunciaba su pregón en el Saló de Cent, en la plaza Pla de Palau diferentes asociaciones independentistas han celebrado un pregón alternativo, a cargo del actor Toni Albà. La polémica por la elección de Pérez Andújar por parte del consistorio de Colau desencadenó un movimiento que ha acabado convocando a cientos de personas a un acto festivo de connotación independentista y crítico con el gobierno municipal, en el que el cómico ha representado el personaje del Rey Felipe V.

La actuación de Albà se ha convertido en una punzante crítica contra las política llevadas a cabo por el gobierno barcelonés, repasando las principales polémicas a las que Barcelona en Comú se ha enfrentado en apenas un año y medio de trayectoria, y también contra otros grupos de la oposición, como Ciudadanos. El acto ha concluido en tono más político, cuando el actor ha dejado de caracterizarse como monarca y ha reprochado a Pérez Andújar lo que ha considerado “insultos” contra los independentistas.

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