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Oriol Junqueras elude hablar de corrupción en el debate de política general

Oriol Junqueras, solitario en el Parlament de Catalunya

Arturo Puente

Barcelona —

Que en medio del 'caso Pujol' el president de la Generalitat, Artur Mas, haya pasado de puntillas sobre la corrupción en su discurso de apertura del curso parlamentario era de esperar. CiU tiene abiertos varios frentes en este ámbito, dos de ellos relacionados con la familia Pujol, y el president optó por no citarlos directamente y despacharlos con la promesa genérica de que su gobierno “trabaja para erradicar la corrupción”. Así, el discurso del líder nacionalista, fuera del anuncio de convocar elecciones anticipadas si la consulta no llega a celebrarse, no se salió de los márgenes previstos. Más llamativo es que quien ostenta el cargo de 'Cap de l'oposició', Oriol Junqueras, no sacara el tema de la corrupción en ningún momento de su discurso.

El líder de Esquerra se ha mostrado duro con los casos de corrupción en ocasiones anteriores. “Hemos sido víctimas de una verdadera industria de la corrupción, en Catalunya y en el Estado Español”, aseguró en una entrevista en Catalunya Ràdio la semana pasada, en la que recalcó: “Tengo la obligación de poner tanta luz como pueda”. Pero la luz sobre la honestidad en la vida política catalana no apareció en los 30 minutos que duró su comparecencia en el debate de política general. En vez de esto, el jefe de la oposición prefirió hablar de la consulta, casi de forma monográfica, aunque también tuvo tiempo para hablar de la economía.

Fue en el capítulo de las finanzas públicas cuando Junqueras hizo una breve concesión para hablar del fraude fiscal. “La enormidad del fraude”, aseguró el diputado, “no es solo una debilidad económica sino también moral, porque mina el compromiso de los ciudadanos con el conjunto de la sociedad”. Nada más añadió, dejando pasar una oportunidad de oro para referirse al caso del expresident Jordi Pujol, cuya confesión de haber escondido una cuenta en el extranjero durante 34 años desencadenó precisamente una petición de comisión de investigación sobre el fraude fiscal, a la que ERC se sumó. Pese a ello, ni la palabra “corrupción” ni el nombre propio de Pujol, aparecieron en el turno de Junqueras.

La supuesta connivencia entre el Govern de la Generalitat y quien ostenta la figura de jefe de la oposición, Oriol Junqueras, ya fue motivo de disputa el pasado año. ICV-EUiA reclamó entonces que la figura quedara vancante en vista de que los diputados de Esquerra y CiU solían votar en el mismo sentido. Ciutadans y la CUP fueron más allá al pedir la eliminación de esta figura, instaurada en el año 2004 a propuesta del expresident Maragall. Finalmente CiU y Esquerra blindaron la figura, aunque Junqueras no ha hecho nunca uso del coche oficial y sobresueldo que otorga el cargo, aunque sí del nombramiento de cargos de confianza.

PSC, PP, ICV-EUiA y CUP sí hablan de corrupción

Miquel Iceta, si habló de corrupción, aunque de forma un tanto tamizada. El primer secretario del PSC, que se estrenaba como líder de su grupo en el Parlament, recordó a Mas el caso de Banca Catalana, del que aseguró que se utilizó como una “vacuna” que hizo que el “victimismo sustituyera a la autoexigencia”. De ahí pasó al conocido episodio de la denuncia de Pasqual Maragall de las comisiones del 3% en el año 2005. “En este sentido quiero preguntarle si ha dado órden de que sean investigadas todas las informaciones surgidas las últimas semanas que apuntan a negocios privados hechos al amparo de la Generalitat”, inquirió Iceta, en clara referencia al caso Pujol. El líder del PSC pidió subir el nivel de autoexigencia “para que la corrupción no se convierta en un campo de batalla partidista”.

También Alicia Sánchez-Camacho, la presidenta del PP catalán, afeó al Govern los casos de corrupción. Camacho trazó diferencias entre los casos de su partido y los de los nacionalistas, asegurando que mientras los políticos que compromenten a su partido están “expulsadas o en la cárcel”, hay miembros de su ejecutivo imputados.

Esta tarde llegará el turno palabra de ICV-EUiA, Ciutadans y la CUP, partidos que tras el discurso de Mas ya adelantaron su intención de hablar de los diferentes casos de corrupción, con especial atención a la confesión del expresident Pujol. Dolors Camats, portavoz de ICV-EUiA, pidió que se esclareciera quienes han sido los cómplices de la evasión fiscal de Pujol, mientras que Carina Mejías, de Ciutadans, censuró que Mas hubiera hablado de transparencia cuando, a su juicio, “su partido está bajo sospecha de saquear las finanzas públicas catalanas”. Por su parte, David Fernàndez, portavoz de la CUP, remarcó el hecho de que Mas hubiese pasado de puntillas sobre la corrupción y señaló que el mayor problema “no es la corrupción en sí misma” sino “la impunidad de la corrupción”.

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