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Convergència maniobra para que el caso Pujol no solape el calendario del proceso soberanista

A los costes del escándalo Pujol para CDC se sumarían los problemas del proceso soberanista // Foto: Edu Bayer

Arturo Puente

Barcelona —

Desde que el pasado 25 de julio la confesión del expresident Pujol cayera como una bomba sobre la opinión pública catalana, Convergència ha intentado evitar a toda costa que la sangre llegara al río en plena recta final hacia el 9N, la fecha pactada para celeberar la consulta. Que el asunto Pujol se solapara con las fechas importantes del calendario soberanista, unos meses en los que el propio Artur Mas adelantó que se tomarían “decisiones difíciles”, era el principal mal mayor a evitar por parte de una CDC con graves problemas para conducir el proceso.

Todo el arco parlamentario exigió en su momento la comparecencia de Pujol en el Parlament para aclarar el origen del dinero negro, pero quien presionó definitivamente fue ERC, socio parlamentario del partido del Govern, al asegurar que, de no acudir Pujol a dar explicaciones, apoyarían la creación de una comisión de investigación. Para colmo el primogénito de los Pujol tendrá que declarar como imputado ante el juez Ruz el 15 de septiembre, coincidiendo con el debate de política general, uno de los plenos más importantesdel Parlament de Catalunya y en la misma semana que se prevé aprobar la Ley de Consultas.

Ante este panorama, la recién estrenada ejecutiva de CDC ha intentado convencer al expresident de que acuda cuanto antes a la sede parlamentaria, como mal menor, conscientes de que una comisión de investigación solapada con las fechas importantes del proceso puede ser aún más desastrosa para la imagen del partido en los próximos meses. Tanto es así que el encargado del frente judicial de Convergència, Francesc Sánchez, se desplazó a comienzos de esta semana hasta Queralbs, la localidad donde Pujol pasa las vacaciones, para insistir sobre la necesidad de su comparecencia.

Según asegurá El País citando fuentes del entorno de Pujol, Covergència lo habría conseguido. El expresident habría tomado la decisión de declarar ante el Parlament. La Comisión de Asuntos Institucionales apobará la comparecencia el 2 de septiembre, por lo que Pujol podría volver ese mismo día a la institución en la que ocupó escaño durante 24 años.

La costes de imagen del escándalo Pujol para Convergència son incalculables. La caída en desgracia del fundador del partido y padre del catalanismo autonomista es el último golpe de una cadena de casos de corrupción que ha llevado a CDC a renovar buena parte de la directiva y a plantearse su refundación. Todo esto agravado por la coincidencia con una incierta recta final hacia el 9-N, fecha en la que, de no celebrarse la consulta, Convergència incurriría en incumplimiento del pacto de legisaltura con ERC, del pacto por la consulta con ERC, ICV, EUiA y CUP, así como de su propios compromisos de gobierno, lo que casi con toda seguridad se traducirá en más terreno electoral perdido en favor de Esquerra.

No es la comparencia del expresident Pujol la única maniobra que el partido ha llevado a cabo para soltar lastre antes de comunicar las “decisiones difíciles” sobre el proceso. La cúpula de Convergència ya presionó esta primavera para que el hasta entonces secretario general, Oriol Pujol, dimitiera tras 16 meses imputado por corrupción en la trama de las ITV. La esperada salida del histórico lider de Unión, Josep Antoni Duran i Lleida, uno de los integrantes de CiU que más han frenado el proceso soberanista, es otro de los pasos llevados a cabo por la federación para garantizar la cohesión interna y facilitar la capacidad de maniobra ante una posible debacle previa al 9N.

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