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El sector turístico de Barcelona se conjura para que los atentados no le pasen factura

Un grupo de turistas ante la Sagrada Familia

Sergi Franch

“Se han dado algunas cancelaciones, pero no han sido relevantes”, ha asegurado la alcaldesa de Barcelona Ada Colau tras el cónclave del sector turístico que se ha reunido este martes en el Ayuntamiento de Barcelona. Estaban en la reunión todos los que en el primer sector económico de la ciudad saben del tema y tienen algo que decir. Por ahora, se han conjurado para transmitir calma y tranquilidad para que el impacto del atentado del pasado jueves en plena Rambla no pase factura a los altos niveles de visitantes a la ciudad.

Jaume Collboni, el teniente de alcaldía de Empresa, Cultura e Innovación, ha insistido en el mensaje de “confianza y solidez” tras la reunión. Ha anunciado la creación de un grupo de seguimiento que se encargará de “hacer un análisis riguroso frente a eventuales medidas a medio y largo plazo sobre el sector”.

Entre el sector corre como consigna la idea de recuperar la normalidad para que no decaigan los actuales niveles de ocupación hotelera. El objetivo pasa por evitar el contagio del miedo que ahuyente los visitantes.

El precedente francés

La preocupación de los agentes responde a lo que ha sucedido en otros países de Europa que ha sido objetivo de atentados, sobre todo Francia. En su caso, se recuerda el shock de los atentados en París en noviembre de 2015, el más grave en la sala Bataclan, con casi un centenar de personas asesinadas. Y al año siguiente, en pleno julio, la masacre de Niza, con un camión conducido por un terrorista que mataba a 84 personas. Todos ellos tuvieron un impacto inmediato en la economía.

El ministro de Economía francés evaluó la caída del turismo en un descenso de 1,5 millones de visitantes en 2016. La caída se dejó notar en las visitas a los principales puntos de interés turístico de la capital francesa.

Collboni también ha anunciado que en septiembre se convocará una reunión del Consejo Turismo y Ciudad. Este comité, de carácter consultivo, reúne a 40 asociaciones de vecinos, gremios, profesionales, sindicatos, comerciantes, agencias de viajes y expertos para tratar el estado del turismo en la ciudad. Cabe recordar, que el turismo -más bien la masificación- es la principal preocupación para uno de cada cinco barceloneses, según el último barómetro.

Hasta hoy, Barcelona ha presentado unos niveles récord de ocupación, incrementados con el boom turístico que en los últimos años se ha vivido en España. Ese incremento llegaba, en parte, de prestado: tal y como explicaba este medio, el crecimiento del turismo desde 2010 –que ha sido del 49%– coincidió con la llegada de 12 millones de turistas fruto de las convulsiones producidas por la primavera árabe. Millones de personas optaron por no viajar a destinos turísticos como Túnez o Egipto en verano. Turquía también fue víctima de la coyuntura y vio cómo 4,2 millones de turistas en 2016 renunciaban a visitar el país tras el golpe de estado y varios atentados.

Cambrils esperará a que acabe la temporada

Mientras, en la localidad de Cambrils, también sacudida por la actuación de cinco terroristas que dejó una víctima mortal, reconocen que jamás se había hablado tanto del municipio como en los días posteriores al atentado. De momento la Asociación de Hoteleros de Salou-Cambrils-La Pineda mantiene el silencio respecto a las repercusiones en la campaña veraniega.

Mercè Dalmau, concejal de Turismo de Cambrils, coincide con el gremio al considerar que es pronto para hacer una valoración. “La vamos a hacer una vez se termine la temporada, al igual que lo harán otras poblaciones de la Costa Daurada”, asegura la concejal. Dalmau apunta que el mismo viernes, tras los atentados, “las playas estaban ocupadas de nuevo, así como los restaurantes y las terrazas”.

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