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Un 35,6% de las enfermeras catalanas está en riesgo de desarrollar trastornos depresivos

Archivo: Enfermeras protestan durante una mobilización / © SANDRA LÁZARO

Carla Benito

El Consejo de Colegios de Enfermeras y Enfermeros de Cataluña (CCIC) y la Fundación Galatea han presentado los resultados del estudio “Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de las enfermeras y enfermeros de Cataluña”.

El estudio muestra, entre otros indicadores de salud, que las enfermeras y enfermeros presentan un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud mental. Un 35,6% del personal de enfermería podría desarrollar trastornos depresivos, afectivos, de angustia o de ansiedad. Este porcentaje casi dobla el de otros profesionales de la salud (18-20%) y queda muy lejos de la probabilidad de desarrollar problemas de salud mental de la población general (9,7%).

El informe argumenta que este riesgo “viene determinado por múltiples factores como por ejemplo la elevada presencia de indicadores de dolor y fatiga entre el colectivo, factores asociados a trastornos de ansiedad o la carencia de horas de sueño”. En este sentido, una de cada tres enfermeras duerme menos de 6 horas, realiza largas jornadas laborales y lo hace en unos horarios poco convencionales.

Además, el CCIC también opina que las enfermeras tienen que trabajar con unas elevadas cargas de trabajo y bajo precariedad laboral, que aseguran que afecta a un 27% de las enfermeras y enfermeros de Cataluña. También argumentan que “la tensión y frustración que causa el poco control sobre el propio trabajo, la poca participación en las decisiones comunes y el poco apoyo del equipo de trabajo y de los superiores” también son situaciones de riesgo.

Hay 50 mil enfermeras y enfermeros en toda Cataluña que trabajan en actividad asistencial del ámbito público, concertado, privado y por cuenta propia. Las “complicadas condiciones de trabajo” afectan directamente a sus hábitos de vida y su salud. El estudio explica que estas condiciones aumentan los riesgos psicosociales a los que las enfermeras están expuestas y que son especialmente elevados en el caso de las que trabajan en hospitales. Esto pasa porque este personal, explican, tiene una mayor carga de trabajo a la vez que participan menos en las decisiones del centro y tienen un menor apoyo de sus superiores, tal y cómo desvelan los datos recogidos.

A parte de lo que viven dentro de los centros, el colectivo enfermero ha sufrido una “bajada de sueldos generalizada” que según lo que recoge el estudio afecta el 83% del conjunto. Esta incidencia es mayor entre los profesionales del sector público o el concertado y que trabajan en un centro de atención primaria, un ámbito donde se ha llegado hasta pérdidas del 41,4% del sueldo.

Tanto el CCIC como la Fundación Galatea han valorado positivamente que se haya llevado a cabo este estudio. Por su parte, el Dr. Miquel Vilardell, presidente de la Fundación Galatea, opina que “estos resultados ayudan siempre a diseñar intervenciones tanto preventivas cómo asistenciales que mejoran el bienestar no solamente de estos profesionales, sino también el de los ciudadanos atendidos por ellos”.

Por otro lado, la Decana del Consejo de Colegios de Enfermeras y Enfermeros de Cataluña, Núria Cuxart, explica que el estudio confirma “algo que ya intuíamos”. «La sensación de cierto maltrato del colectivo está muy presente entre las enfermeras y está claro que tiene un impacto directo en su salud», añade, «hace falta que pongamos medidas y compromiso por parte de los centros de trabajo para revertir una situación que afecta precisamente a los profesionales que tienen cura del ciudadano. Las enfermeras y enfermeros de nuestro país tienen que estar también muy cuidadas a fin de que puedan desarrollar su profesión en las mejores condiciones».

Este es un artículo de El Diari de la Sanitat

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