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Las voces del 9-N: cinco razones para cinco opciones

Rosa Fernández es una de las 40.000 voluntarias para organizar el 9-N.

Pau Rodríguez

Barcelona —

Todo apunta a que la jornada de participación ciudadana de este domingo, el tan esperado 9-N, se convertirá en una nueva movilización independentista. Però... ¿sólo independentista? Hay quien, convencido del derecho a decidir y pese a la degradación de la consulta, acudirá a los locales de votación para expresar un 'no' o un 'sí-no'; como los hay también partidarios del derecho a decidir que ahora se resisten a tomar parte de lo que ya no consideran una consulta.

La última encuesta del Centre d'Estudis d'Opinió de la Generalitat pronosticó un 49,4% de apoyos al 'sí', un 19,7 al 'no' y un 12,6% al 'sí-no', además de un 7% de indecisos. Pero estas cifras, según ya dejó claro el director del CEO, no son extrapolables al proceso participativo, así que se mantienen las incógnitas.

Este reportaje recoje las opiniones de ciudadanos que irán a votar distintas opciones en este proceso participativo, desde el rechazo a que Catalunya sea un Estado hasta el a la independencia, todo ello con los matices derivados de una decisión trascendental para cada uno y condicionada por los últimos movimientos de los Ejecutivos central y catalán, pero sobre todo por la reconducción de lo que debía ser una consulta en un proceso participativo sin consecuencias jurídicas.

Votar 'no' y luego “a lo importante”

Votar 'no' y luego “a lo importante”

Jorge se planteó no participar en la jornada del 9-N. “Sé que no servirá de nada”, reflexiona, “pero considero que hasta los que queremos votar no tenemos que ir, porque es un proceso participativo que se ha abierto a todos los catalanes”. Este técnico de sonido barcelonés de 39 años no es independentista, pero ante todo cree “en las votaciones y en lo que quieran las mayorías”. Además, está convencido de que pasará el 9-N, “pero el problema permanecerá y la única manera de solucionarlo es votando, preguntando al pueblo”. “Es el talante democrático”, suelta.

De hecho, a Jorge le gustaría que este proceso se hubiera dirimido en un referéndum vinculante, como sucedió en Escocia: “tengo la certeza de que hubiera ganado el 'no'”, asegura. Pero sabe que esto no es posible actualmente, y no le parece bien que el Gobierno del PP y luego el Tribunal Constitucional hayan enterrado no solo la consulta sino también su alternativa. “Evidentemente que no. Es que así hasta a mi me dan ganas de irme de este país a veces, es patético que suspendan una cosa ludicofestiva”, dice.

El otro motivo que lleva a Jorge a votar el domingo es que quiere superar el debate soberanista cuanto antes, y que la agenda mediática y política se centre “en lo importante, los problemas reales de Catalunya”, que para él tienen que ver más con las políticas sociales y económicas. “No soy independentista porque para mi esto va muy ligado a la identidad: yo soy catalán y español y, de un día para otro, no puedo sentirme fuera de España”, opina.

Voluntaria para hacer que el proceso sea de todos

“Claro que no estoy satisfecha de entrada con el nuevo 9-N; me hubiera gustado que fuera vinculante, pero al menos podremos celebrar un proceso participativo”, se consuela Rosa Fernández, fisioterapeuta de 24 años. Ella es una de los 40.000 voluntarios que harán posible este proceso participativo. Vocal de mesa en el instituto Puig i Cadafalch de Mataró, Rosa se toma la jornada “como una manera de ayudar en el proceso”. “Todos tenemos que formar parte de ello si queremos llegar lejos, tenemos que hacer nuestro el 9-N”, opina Rosa.

Ella siempre se ha sentido desconnectada de España, y está convencida de que si una mayoría de catalanes apuesta por la independencia no debería haber ningún impedimento para que se consume la voluntad popular. “Es cuestión de ejercer la soberanía”, declara. En su opinión la independencia de Catalunya solucionaría parte de los problemas sociales que padece Catalunya, sobre todo porque está segura de que con la eliminación del déficit fiscal la Administración habría más dinero para políticas sociales. También más margen para gestionar sus políticas educativas o culturales.

El único reproche que Rosa traslada al Govern ante este proceso participativo es que como voluntaria cree que no tiene demasiada información sobre su papel durante la jornada. “Quizás nos encontramos un poco que no sabemos qué hacer, porque solo me han enviado un correo diciendo que soy vocal”, lamenta.

“Quería abstenerme como forma de rebeldía”

Joanjo Bosk cogió tal rebote cuando vio en lo que había quedado la consulta -el actual proceso participativo- que, pese ser un ferviente partidario del 'sí-sí', decidió abstenerse “como forma de protesta”. “Había que mantener el pulso con el Estado para garantizar la consulta que se acordó”, considera Bosk, que se vio decepcionado por el giro propuesto por el Govern en cuanto llegó la suspensión del Constitucional. “Deberíamos haber ejercido la soberanía como puebo, pero ya vemos hasta donde llega el compromíso de CiU”, apunta. Al fin y al cabo, añade, “es un gobierno de orden, autonomista”.

No participar fue entonces la decisión de este cantautor de Figueres (Girona), aunque luego se planteó: “Pero tampoco quiero que me cuenten con quien me van a contar”. Es decir, partidos y colectivos de los que se siente muy lejos. Así que finalmente optó por una solución simbólica: ceder su voto al escritor de Perpiñán Joan Lluís Lluís, partidario de la independencia de Catalunya pero al margen de este proceso por su condición de francés.

Bosk se considera confederalista “en el sentido clásico, partiendo de la libertad y la autonomía de los puebos para confederarse”, algo que piensa que sólo se puede conseguir en Catalunya desde una independencia previa. Así pues, tomará parte finalmente del 9-N y se lo tomará “como una reivindicación más, aunque llevemos ya demasiadas”.

“Hastiada” del proceso decide no participar

No hay palabra que defina mejor el sentimiento de Antonia Sánchez hacia el 9-N que hastío. “Si hubiera habido garantías democráticas y legales, una pregunta binaria, una campaña equilibrada y plural por el 'sí' y por el 'no'...” dice, quizás entonces Antonia hubiera acudido con su papeleta al punto de votación. Pero no lo hará, porque según constata, “el proceso no tiene amparo legal ni consecuencias”, y además está cansada de la intensidad de la campaña proconsulta.

“Me irrita la movilización mediática, incluso en medios públicos, para defender una posición; es un bombardeo absoluto que me tiene hastiada”, confiesa Antonia, que cree que se han cruzado “demasiadas líneas” en materia de tendenciosidad. Aun así aceptaría un referéndum sobre la independencia, asegura, pero siempre que se siga el camino previsto por la la ley. Es decir, una reforma de la Constitución que lo permita.

Antonia no es independentista entre otras cosas porque “a mi nadie en España me ha hecho nada como para que quiera separarme”. Y rechaza los argumentos de que España ha abusado de los ciudadanos catalanes. “Por ejemplo, el discurso de que España nos roba. Hemos vivido 23 años de Gobiernos de CiU en los que se negociaba cada cierto tiempo un nuevo sistema fiscal con el Estado... ¿ahora resulta que nos roban?”, se pregunta. “Es un discurso simple”, concluye.

“Los del 'sí-no' estamos bastante abandonados”

¿Votarás el 9-N? “De entrada no se si soy votante, soy participante, entiendo que esto no es una votación porque no están todas las opciones bien representadas”. Así arranca Jordi Tort, que dice que “lo más probable” es que vote 'sí' a la primera pregunta y 'no' a la segunda, es decir, sí a que Catalunya sea un Estado pero no independiente. Su razón para llenar las urnas el domingo es hacer un gesto para decir que “queremos votar lo que queremos ser de mayores como catalanes”. Sin embargo, es consciente de que el 9-N “no cambiará nada”. Ve bien que el Gobierno catalán “respecte las normas” en este sentido, pero a la vez cree que “se ha engañado a la gente” porque se sabía de antemano que se llegaría a esta situación.

Tort entiende el 'sí-no' como la demanda de “un cambio en la relación entre Catalunya y España para que sea casi bilateral; federal o confederal”. “Vivimos una situación injusta en lo económico y cultural, y queremos un modelo de relación más justa”, razona. Aun así es plenamente consciente de que esta propuesta no está sobre la mesa por ahora. “Los 'sí-no' estamos bastante abandonados, porque los partidos catalanes partidarios no participan y el Gobierno tampoco lo propone”

Tort es consultor de empresas y vive en Gavà. No ha acudido las últimas movilizaciones porque considera que los convocantes, la ANC, son independentistas, a diferencia de él. Esto no quita que vea “la situación entre Catalunya y Espanya es insostenible”. Ante esto, solo espera que “la solución llegue con un entendimiento entre las dos partes”, y no con una declaración de independencia, para la que no ve garantías.

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