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“Llevamos cuatro años viendo cómo el bienestar se convierte en frustración, pobreza y desesperanza”

Marea Naranja / Foto: Consejo General del Trabajo Social

Alicia Avilés Pozo

A los datos se unen ahora también los testimonios personales. Los servicios sociales de Castilla-La Mancha, con un recorte de un millón de euros por cada día de legislatura de María Dolores de Cospedal, son algo más que cifras. Son la experiencia diaria de un conjunto de trabajadores que bajo el colectivo de la Marea Naranja o en solitario quieren ahora poner en palabras lo que han experimentado durante estos últimos cuatro años, siendo también su voz la de todos aquellos ciudadanos que lo han vivido y han visto cómo “el bienestar se convierte en frustración, pobreza y desesperanza”.

La Plataforma en Defensa del Sistema Público de Servicios Sociales de la región ha abierto esta semana un espacio en su blog para que todos los profesionales de este sector relaten su experiencia personal y sus impresiones hasta la celebración de las elecciones del 24 de mayo. Todas ellas se han ido publicando y además se están tuiteando bajo la etiqueta #CLMss_ss4añosDeCospedal.

Entre estas aportaciones por escrito de los trabajadores sociales, destacan algunas realmente escalofriantes. Uno de ellos cuenta que estos cuatro años han significado “ver cómo derechos que hombres y mujeres teníamos gracias al esfuerzo y lucha de años de nuestros padres y abuelos se han evaporado en tan solo una legislatura”. “He observado –cuenta esta misma persona- con impotencia cómo han desaparecido servicios y recursos para mujeres y niños víctimas de violencia de género. Mujeres que después de vivir una autentica pesadilla con un ”animal“ han visto cómo desde la Administración les hemos dado la espalda en muchas ocasiones por haberse cercenado o reducido hasta la mínima expresión recursos tan elementales como el Ingreso Mínimo de Solidaridad o ayudas al alquiler para víctimas de violencia”.

“No es lo mismo que el sacrificio sea que no vas a comer pan de molde a que no vas a comer ningún pan”

Lo resume en “la destrucción del estado de bienestar, donde los servicios sociales han pasado de ser una herramienta de dignidad e igualdad a convertirse y ser suplantada por la caridad”. Sus impresionantes se unen a las de otro profesional del sector que asegura que muchos de estos recortes se han vivido “con la naturalidad de que eran tiempos difíciles y había que hacer sacrificios”, pero “no es lo mismo que el sacrificio sea que no vas a comer pan de molde a que no vas a comer ningún pan”. “Te das cuenta de que no puedes dar nada por sabido y de que quien decide no sólo puede equivocarse sino que puede atentar contra lo que más valora la gente. Puede que no sepan, que no sean hábiles, pero lo que no son es sensibles a las necesidades de la gente”, agrega.

Aparecen también críticas personalizadas en la presidenta regional, María Dolores de Cospedal: “yo diría que estos cuatro años han sido los de una mujer sin alma, donde su principal propósito era destruir el estado del bienestar (…) La misma mujer sin alma que es capaz de despedir a cientos de profesionales de los servicios sociales en momentos donde las personas están pasando momentos de necesidad. No quiero más mujeres ni hombres sin alma, quiero gente que se preocupe por las personas de mi tierra”.

Otra participante de esta iniciativa explica que cuando cursó los estudios universitarios de Trabajo Social y después continuó su profesión, siempre quiso que el objetivo fuera procurar el bienestar de las personas, y contrasta esa motivación con lo visto en numerosos pueblos de la región donde “desaparecen profesionales, presupuesto, servicios y empleo; y florece el sufrimiento de la gente”. Y añade: “Los profesionales llevamos años viendo en las calles cómo ese bienestar en el que creemos se convierte en frustración, pobreza, desesperanza, precariedad, lloros y rabia, que a veces y ante la impotencia, convierten en gritos, amenazas y reproches”.

“Se me rompe el corazón y la profesión”

“Al menos yo siento que se me rompe el corazón y la profesión. Me duele lo que veo a diario y miro a los ojos de la gente para entender su desesperanza y sufrimiento”, resalta esta trabajadora social, “más allá de déficits, equilibrio presupuestario, recortes, órdenes de Bruselas o titiriteros desalmados que hacen políticas tan destructivas”.

En esa misma línea, aunque con diferentes calificativos son el resto de reflexiones publicadas en el blog de la Plataforma. Destaca también la de un trabajador que apunta que “ni en la peor de mis pesadillas se me podía pasar por la cabeza que se cambiarían derechos sociales por beneficencia franquista y caridad rancia”. “No doy crédito a que alguien que nos pidió empleo en 2011 a cambio de votarla y ahora promete cien mil empleos para la próxima legislatura, sea la responsable directa o indirecta del despido de más de 82.400 personas con trabajo estable”.

“Cospedal nos pide que la votemos nuevamente, pero hay que 'botarla' o echarla de nuestras vida para siempre. Lo que venga, por muy malo que sea, no puede ser peor que el Gobierno regional que hemos tenido estos últimos cuatro años. Peor gestión y atención social, casi imposible. Cospedal no garantiza ni mejora nada, lo destruye, recorta o suprime casi todo”, concluye.

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