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Niños derivados a La Milagrosa no recibieron postoperatorio y fueron tratados “como ganado”

Hospital La Milagrosa de Madrid

Alicia Avilés Pozo

Lucas tiene dos años, vive en Cuenca, y fue operado de un hidrocele en diciembre en el Hospital privado La Milagrosa de Madrid, tras ser derivado allí desde el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha. Ahora tiene secuelas por la falta de postoperatorio y debe esperar a ser readmitido en las listas de espera para una nueva intervención, porque sus padres no quieren que vuelvan a operarle en la mencionada clínica madrileña. Así lo relata su madre, Teresa, quien junto con otras 15 familias van a denunciar hoy el trato recibido en este centro madrileño y la gestión realizada por el Servicio regional de Salud.  

Teresa relata que su hijo solo tenía que ser intervenido de un hidrocele mediante cirugía ambulatoria, pero que al quedar un año para la operación les ofrecieron hacerlo en La Milagrosa. Dieron el consentimiento para ello, realizaron el preoperatorio en la Clínica del Rosario de Albacete, y cuando acudieron al centro madrileño el 15 de diciembre el trato fue “horroroso” nada más llegar“.

Allí se encontraron con otras diez familias de Castilla-La Mancha en la misma situación y que eran tratadas “como ganado”. “Nos pasaron por la puerta de urgencias en vez de por la puerta general, nos dejaron en un pasillo tirados, los niños llevaban en ayunas muchas horas, y cuando pasaron a Lucas al quirófano, vino el cirujano y preguntó que de qué había que operarlo, sin saber su nombre ni tener ni un informe ni un papel”, explica. Es más, relata que un médico del centro, preguntado al respecto, dijo: “a nosotros nos pagan por quitar las listas de espera, tenemos que operar a muchos y muy rápido”.

Tras operar a Lucas finalmente con la información dada por los padres, el niño salió del quirófano y recibió el alta a los diez minutos, teniendo que hacer los padres 170 kilómetros de vuelta a Cuenca, “con un niño al que acaban de abrir, que le han puesto una anestesia general y que tiene que llevar una silla de seguridad con cinturones”. “Sin postoperatrio, sin pautas y sin nada”, según detalla Teresa.

Fue tras hablar con la pediatra que lo atendió ya en Cuenca y que les dijo que la herida estaba en malas condiciones, cuando acudieron al Hospital de Albacete para hablar con la cirujana pediátrica, que les informó de que la hidrocele “no se la habían cerrado, que le habían abierto para nada”. En esa visita se enteraron de que había otros casos iguales al de Lucas y comenzaron a ponerse en contacto con las familias afectadas.

Readmisión en listas de espera

Lo más grave para esta madre es que les han ofrecido “reparar” a los niños de nuevo en La Milagrosa, “a lo que nos hemos negado en rotundo”, y ahora están luchando por que los readmitan en las listas de espera de la Seguridad Social. “Y el de mi hijo no es un caso tan grave, pero hay niños con atrofias testiculares y otros a los que le tienen extirpar un testículo”, afirma en relación al caso del pequeño de cinco años de Aurora, otras las madres afectadas.

También explica que cuando otros cinco niños fueron derivados a la clínica madrileña en enero, las diez familias afectadas por las operaciones de diciembre ya habían puesto quejas individuales en el Hospital de Albacete, lo que no evitó que también esos cinco salieran “mal operados”.

Teresa se encuentra hoy en Albacete junto a las otras 15 familias afectadas para interponer una denuncia colectiva ante la Policía Nacional por los hechos acaecidos.

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