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El pastafarismo y su registro: “¿Por qué una religión ha de ser seria?”

Creación del MonEsVol / Foto: pastafarismo.es

Alicia Avilés Pozo

El MonEsVol, o lo que es lo mismo, el Monstruo de Espagueti Volador, es el creador de todo dentro del pastafarismo. Es invisible e indetectable por los instrumentos actuales. Creó el universo en cuatro días y descansó los tres siguientes. Esta deidad, con forma de un plato de espagueti con albóndigas, es el dios de todos aquellos que depositan su fe en el pastafarismo. Se trata de un movimiento paródico de todas las religiones iniciado en Estados Unidos en forma de campaña de protesta social contra las hipótesis del denominado ‘diseño inteligente’, impulsada por los sectores religiosos más conservadores y que buscaba equipararse con la evolución biológica. En España ya cuenta con un gran número de acólitos que se han incorporado a sus filas.

Recientemente, los pastafaris españoles han vuelto a recibir la negativa del Ministerio de Justicia para que la Iglesia del pastafarismo pueda ser inscrita en el Registro de Entidades Religiosas. Su representante legal en España, Antonio Lobo, cree que los argumentos del Gobierno para esta negativa tienen algo que ver con su revestimiento paródico. “Somos conscientes de que nuestra creencia y norma moral es muy laxa, pero eso no quiere decir que no creamos en MonEsVol”, subraya.

“El pastafarismo acepta a cada uno como es, y lo único que pedimos es que se nos acepte por como somos, que es lo que el Ministerio de Justicia nos niega: creer en lo que nosotros queremos creer. ¿Quién ha dicho que una religión ha de ser seria?”, argumenta Lobo al respecto.

Por ejemplo, explica que en la primera ocasión en que se negó su inscripción, Justicia argumentó que era una parodia e “incluso que la simple propuesta en el registro era ofensiva”, lo que “a nosotros nos ofendió más”. Y en esta segunda ocasión se les ha indicado que no son una religión, “cuando la legislación vigente indica claramente que este registro ha de limitarse a hacer inscripciones”.

El pastafarismo, reconocido en Países Bajos y Nueva Zelanda

Es el motivo por el que el representante pastafari se pregunta: “¿quiénes son ellos para decir qué es o no una religión?”. Y además está convencido de que MonEsVol les está “poniendo a prueba y lo conseguiremos, como ha ocurrido ya en las comunidades de Países Bajos o en Nueva Zelanda”, donde la Iglesia Pastafari sí forma parte de este tipo de registros. Ahora, quieren recurrir esta decisión y han abierto un crowfunding de emergencia para poder financiar los costes que supondrá este proceso, ya que quieren ir a por todas y conseguir el objetivo.

Desde Castilla-La Mancha, uno de los impulsores de este proceso es Fernando Cuartero, catedrático de la Universidad regional. Este profesor detalla que el pastafarismo tiene su origen en la defensa de la educación laica que hizo el profesor, “ahora profeta”, Bobby Henderson en Estados Unidos cuando el Consejo de Educación de Kansas aceptó el Diseño Inteligente, una forma de religión, como disciplina educativa “pretendidamente científica”, y propuso que en las mismas condiciones debería ser enseñado el pastafarismo. “En estos momentos, entiendo que los pastafaris españoles mantenemos ese mismo espíritu, en donde declaramos que al igual que el diseño inteligente es una forma de religión, también lo es el pastafarismo, y demandamos el mismo trato que el resto de religiones, y por ello su correspondiente inscripción”, alega.

La pregunta que se hacen es cómo unos representantes administrativos pueden “meterse en nuestra cabeza” para negar que esto sea así. “Además de que, con dicha actitud, que combatiremos en los tribunales, hasta el de Derechos Humanos de Estrasburgo si es necesario, también se están ganado el infierno pastafari. Aunque lo bueno es que en nuestro infierno tendrán el mismo derecho que en el cielo a su correspondiente volcán de cerveza, eso sí, caliente en lugar de fría”

Antonio Lobo añade por su parte: “Somos una religión, tenemos nuestro dios, nuestra fe, unas santas escrituras, una explicación del universo y de cómo los piratas han ayudado a luchar contra el cambio climático. Eso no quita que seamos un movimiento social, ya que el objetivo es ayudar al resto de personas”, argumenta Lobo.

Y, ¿en qué se basa esta religión? “Defendemos todo lo que es bueno y nos oponemos a todo lo que no es bueno”, así de sencillo lo resume su representante legal. La fe de los pastafaris se centra en los Ocho Condimentos, que tienen como principales valores ser buenas personas y aceptar a los demás como son, “incluso si no creen en el pastafarismo”. No tienen mandamientos, sino Sugerencias, y una serie de Normas Morales Laxas. Algunas de estas últimas son: “me gustaría mucho que no actuases como un imbécil santurrón que se cree mejor que los demás cuando describas mi tallarinesca santidad”; “me gustaría mucho que no usases mi existencia como un medio para oprimir, subyugar o castigar”; o “me gustaría mucho que no juzgases a las personas por su aspecto, o cómo visten, o la manera en que hablan”.

Aunque hace más de 10 años que este movimiento está trabajando para dar a conocer su forma de ver el mundo, el hecho de que en España exista un pasado religioso tan particular, ha hecho “más complicada” esta cuestión. “Nuestro trabajo ahora mismo es el de darnos a conocer, y trabajar todo lo posible para luchar contra los ninjas infieles”, explica su representante legal.

¿Una futura Iglesia Pastafari en España?

Preguntados por la posibilidad de construir una Iglesia (física) Pastafari, Antonio Lobo detalla que este movimiento recomienda que se puede usar como lugar de culto cualquier sitio “donde se ofrezca cerveza o refrigerios y pasta de cualquier tipo”. En el momento en el que consigan estar dados de alta en el registro, adelanta que ofrecerán a la comunidad la posibilidad de tener un lugar de culto físico en Alicante, Barcelona y Madrid. “Las misas, oraciones e incluso bodas dependerán de los distintos ministros que tengamos repartidos por el país. Aunque ya hay ministros en España, lo son por la iglesia estadounidense. Nos queda esperar un poco”.

También hay quienes afirman que la Iglesia del MonEsVol es una forma de reivindicar el ateísmo mediante el humor y el sentido del absurdo. Ellos lo aceptan todo. “Aceptamos a aquellos que no creen en nada, a los que creen que hay algo aún no sabiendo el qué y a los que creen en dioses y falsos profetas. Ellos también podrán llegar al Volcán de Cerveza y de la Fábrica de Strippers, pero tendrán que ganarse su tiempo libre para disfrutar de ello. Lo que nos indigna es que se acepte que otras religiones tengan privilegios que a nosotros no nos dejan tener. ¿Dónde está la libertad religiosa?”.

Uno de los puntos de inflexión más importantes de este movimiento social se produjo hace tres años cuando un joven informático checo, Lukas Novy, promotor del pastafarismo en este país, logró salir en su foto del DNI con un colador de pasta en la cabeza, tras un proceso judicial que ganó tras alegar que a otros ciudadanos se les dejaba salir en esa foto con tocados en la cabeza por motivos religiosos. Para poder hacer uso del derecho de llevar también un tocado en un documento oficial se declaró seguidor de esta iglesia y argumentar que el colador representaba a ese credo. Ahora, la lucha de los pastafaris sigue en España.

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