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La UCLM se desmarca de la caída nacional y la Erasmus creció el curso pasado

Foto: Javier Robla

el CRisol de Ciudad Real

El número de becas Erasmus bajó en 14 de las 17 comunidades autónomas el pasado curso. Sólo tres se salvaron y la Universidad de Castilla-La Mancha ha sido una de ellas con un 20,45% de incremento del uso de esta beca. Un aumento conseguido a pesar de los cambios introducidos en la concesión: menor tiempo de estancia y la obligación de contar con un título acreditativo de conocimiento del idioma.

Un total de 660 estudiantes se marcharon el curso pasado al extranjero para estudiar o realizar prácticas, 103 más que en el 2012/2013. De ellos 371 eran universitarios que se marcharon a estudiar, 63 más que hace dos años, y el resto se reparte entre prácticas de universitarios, de FP o de carreras artísticas.

La UCLM achaca este aumento a un cambio de perfil del estudiante, cuya estancia en el extranjero se ha convertido en requisito casi imprescindible para el universitario. “La UCLM puso como requisito que los estudiantes tuvieran un B1 de inglés” en el curso 2012/2013, explica Esperanza Aranda, la directora de Relaciones Institucionales de la Universidad de Castilla-La Mancha. El hecho de que hace dos cursos cayera la cifra de Erasmus castellano-manchegos y hace uno, el curso 13/14, aumentara, pone de manifiesto que los estudiantes se han adaptado y se preparan la prueba de idioma antes de solicitar la beca europea.

El perfil del Erasmus es el del estudiante que suele estar entre el tercer y el cuarto curso, como siempre; lo que ha cambiado es el modo de marcharse. Antes, cuando la beca era de nueve meses, se iba para realizar un curso completo; ahora, con el cambio de las cuantías, se va para hacer cinco meses en el extranjero y el resto del curso en la UCLM. Un cambio que conlleva que el estudiante universitario termina marchándose con más dinero de beca del que solía hacerlo antes de la modificación.

“Lo que hace, en lugar de estarse todo el curso, es repetir” y solicitar la beca varios años, comenta Aranda, que explica que todo alumno tiene derecho a un año becado en el extranjero entre estancias de estudios y de prácticas. Así se suele distribuir dos estancias en dos cursos distintos en el extranjero para estudiar y una tercera estancia para la realización de prácticas. No obstante, explica que hay alumnos que siguen quedándose el curso completo, aunque suponga tener que distribuirse una beca que da para cinco meses a lo largo de nueve o diez.

Esta nueva situación de las becas Erasmus implica una planificación por parte del estudiante a la hora de decidir su estancia en el extranjero. “¿Cómo voy a hacer el Erasmus?, ¿qué me dejo en España y qué me dejo fuera?”, explica Aranda, que recuerda que las estancias se pueden distribuir como se quiera en 12 meses para el grado, el master o el doctorado.

En la beca Erasmus aparte del tiempo ha cambiado su modo de calcular la dotación económica, teniendo en cuenta el país al que se viaje y el coste de la vida. “Antes fueras a donde te fueras te daban las misma cantidad”, lo que implicaba que un estudiante en Rumanía disfrutaba de más recursos económicos que uno en Italia o en Irlanda. Ahora esta situación ha cambiado de modo general. “El dinero se reparte más equitativamente”, afirma Esperanza Aranda, que recuerda que actualmente está abierto el plazo para solicitar la beca en la UCLM de cara al próximo curso.

A pesar del crecimiento del curso pasado, las becas Erasmus este año han caído ligeramente, hay unos 407 estudiantes de la UCLM en el extranjero mientras que el año pasado eran 463, entre los de prácticas y los de estudios. Ambas becas se han unido en un espacio único en el que conviven las becas artísticas y las de FP tanto para estudiar como para prácticas.

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