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El ganado y el lobo aprenden a ‘convivir’ en la Sierra Norte de Guadalajara

Imagen de la cabaña de ovejas de Juan Arenas, en Cantalojas, en plena Sierra Norte de Guadalajara

Raquel Gamo

Alberto Chamorro es ganadero en Majaelrayo (Guadalajara), a los pies del pico Ocejón, y en 2002 abrió una explotación que actualmente suma 600 ovejas. Su fijación es preservar una actividad que forma parte de la tradición ganadera de la Sierra Norte de Guadalajara, pero también adaptarse a la conservación de un ecosistema en el que sobresale el lobo.

La convivencia entre el ganado y esta especie siempre ha sido complicada. De ahí que Alberto se haya convertido en uno de los ganaderos que colaboran con la campaña emprendida por Ecologistas en Acción para fomentar la convivencia entre las vacas, las ovejas y el lobo. “La idea me parece positiva siempre y cuando se defienda al ganado de la comarca. El lobo es una realidad y la convivencia con el ganado es posible, pero necesitamos unas normas y la colaboración de la administración”, explica.

La campaña puesta en marcha por Ecologistas en Acción, bajo el título ‘Viviendo con lobos’, tiene como objetivo que la convivencia entre el ganado y el lobo ibérico sea una realidad. La iniciativa, que se lleva a cabo por segundo año consecutivo entre los meses de mayo a octubre en las provincias de Madrid y Guadalajara, cuenta con la participación de medio centenar de ganaderos. Entre ellos se encuentran dos ganaderos de la Sierra Norte de Guadalajara, la única zona de Castilla-La Mancha con presencia de lobos actualmente y donde se concentran hasta 5.000 cabezas de ganado bovino.

Isabel Díez Leiva, responsable de la campaña ecologista, explica a eldiarioclm.es que es “esencial trabajar de forma coordinada con los ganaderos desde la prevención para conseguir que el ganado y el lobo puedan convivir pacíficamente en un mismo hábitat. Algo que depende en gran medida de la voluntad del ganadero para minimizar o evitar los daños sobre los animales”.

Durante la presentación de la iniciativa, Ecologistas en Acción programó un viaje con periodistas locales a varias explotaciones ganaderas de Guadalajara y Madrid para que comprobaran in situ cómo los ganaderos utilizan grupos de mastines para la protección del ganado ovino. Con las vacas, en cambio, no se ha podido aún poner en práctica esta técnica de prevención por la extensión y dispersión que caracteriza a la cabaña extensiva en esta zona norte de la provincia guadalajareña.

La convivencia entre estos dos mamíferos se ha convertido en uno de los problemas medioambientales con mayor contestación social en los últimos años, debido la confrontación abierta que ha generado entre los defensores y detractores del lobo ibérico, una de las especies más emblemáticas de nuestra fauna, en grave peligro de extinción. Por un lado, los movimientos conservacionistas denuncian que los ‘lobbies’ contrarios a este animal han transmitido una imagen demonizada del lobo como depredador. Por otro, las asociaciones ganaderas han concebido la presencia del lobo ibérico como una amenaza para la cabaña ganadera en la comarca de la zona norte de Guadalajara.

Sin embargo, este tradicional enfrentamiento empieza a encontrar puntos de encuentro. Las diversas jornadas de educación ambiental que tanto la administración regional como algunos grupos conservacionistas han organizado en la capital alcarreña con el objetivo de sensibilizar a los ganaderos serranos sobre la idea de que la coexistencia entre el lobo y el ganado es viable, mediante la prevención, comienza a dar sus frutos. De hecho, algunos ganaderos defienden la utilización de los mastines como forma de controlar a los animales: “Este método es la mejor defensa para el ganado y el lobo y además evita que la administración pague más indemnizaciones”, afirma Alberto Chamorro, ganadero de Majaelrayo, municipio situado en el norte de la provincia de Guadalajara.

Precisamente, los dos fines que persigue ‘Viviendo con lobos’ son “facilitar la convivencia entre la ganadería extensiva y el lobo y visibilizar, a través de los medios de comunicación, cómo hay algunas explotaciones ganaderas que no han sufrido los daños del lobo desde que utilizan perros mastines”, asegura Díez Leiva. Esta disminución del número de ataques sobre las cabezas de ganado se hizo palpable ya en algunas prácticas realizadas en varias explotaciones ganaderas en Zamora, provincia con mayor población de lobos en España, encaminadas a proteger el ganado usando mastines.

‘Legalizar’ a los mastines

En Majaelrayo, una localidad de apenas 60 habitantes, Alberto Chamorro decidió colaborar con Ecologistas en Acción, después de que en 2010 incorpora paulatinamente varias parejas de mastines para tratar de paliar las bajas de ovejas que había sufrido por las ofensivas del cánido. Hoy tiene una decena de mastines, muchos de ellos criados por él mismo y admite que “desde que uso los mastines no he vuelto a sufrir daños en el rebaño”.

En su opinión, la problemática que existe con estos ‘guardianes’ es legal: “la administración considera al mastín como un perro común cuando no lo es”. Esta situación le condujo a crear recientemente la Plataforma en defensa del mastín en la Sierra Norte junto a otros ganaderos con el objetivo de que “la Administración regule la función del mastín como perro de trabajo guardián y señalice como prioritarias las zonas donde pastan el ganado y los mastines”, asegura Chamorro.

Desde entonces, Alberto coopera proporcionando ejemplares caninos a otros compañeros ganaderos para ayudarles a prevenir los ataques del lobo. “Es importante que la Administración eduque al sector en la crianza de mastines y los cuidados que necesitan. Para que funcione, cada rebaño debe contar con unos cinco mastines, en otro caso hay riesgos”.

Juan Arenas, presidente de la Agrupación de Ganaderos de la Sierra Norte, es el otro ganadero de la Sierra de Guadalajara que participa en esta campaña de educación ambiental. Afincado en el municipio de Cantalojas, término en el que se ubica el Hayedo de Tejera Negra, Juan es dueño de una explotación ganadera de 300 vacas, 2200 ovejas y 80 cabras, la más numerosa de la zona norte de la provincia. Este año su cabaña ha sufrido dos ataques de lobos: “Es una buena idea y estoy abierto a colaborar, pero el problema que tenemos es que la administración no ayuda a que la ganadería sobreviva y no cumple, porque prometió que iba a señalizar las zonas con mastines y no hemos vuelto a saber nada. El futuro es muy negro.”, afirma.

Además de la falta de señalización, el coste que supone mantener a los canes es otro de los inconvenientes que ven los ganaderos para que el empleo de los mastines como ‘pastores’ de los animales se generalice: “cada año invierto unos cuatro mil euros en la manutención de los mastines entre alimentación, los cuidados médicos y el seguro. Aunque Agricultura da ayudas, son insuficientes y por ejemplo en 2016 solo llegaron a nueve ganaderos”, asegura el presidente de la asociación ganadera.

El Gobierno regional convoca dos tipos de ayudas dirigidas a los ganaderos, que implican una inversión anual de alrededor de 60.000 euros sólo en la provincia de Guadalajara. Por un lado, las ayudas preventivas, con las que se les facilitan materiales como pastores eléctricos, apriscos, mastines o vallas eléctricas para evitar los ataques al ganado. Y, por otro lado, las paliativas, que compensan el perjuicio que sufre este sector mediante indemnizaciones. El objetivo es hacer viable que el lobo y el ganado puedan convivir pacíficamente en el mismo ecosistema. Este año todavía no se han convocado las ayudas preventivas y desde la Dirección provincial de Agricultura estiman que estarán disponibles en octubre para que los ganaderos puedan solicitarlas.

Santos López Tabernero, director de Agricultura en Guadalajara destaca a eldiarioclm.es que “los ganaderos cada vez están más concienciados de que la convivencia entre el ganado y el lobo es posible y desde la administración debemos educar, proporcionar los medios necesarios y tratar de pagar las indemnizaciones por daños a las explotaciones ganaderas lo antes posible”. Con respecto a la demanda que la Plataforma ganadera en Defensa del Mastín realizó a la Consejería de Agricultura para que se señalicen las zonas donde pastan el ganado con los mastines, López reconoce que “estamos estudiando cómo regular esta petición y qué administraciones van a responsabilizarse, pero considero que toda la información que se pueda dar a la población para prevenir accidentes es siempre positiva”.

Peligro de extinción

El panorama del lobo ibérico en la Sierra Norte de Guadalajara es “crítica”, según denuncia Raúl Ablanque, miembro de Ecologistas en Acción y del Proyecto de voluntariado para el censo y evaluación del estado de conservación del lobo ibérico. Esta especie protegida y emblemática de la fauna ibérica corre el peligro de extinguirse desde que en 1998 regresase a la Península Ibérica. En Guadalajara, la reaparición de esta especie se materializó a comienzos del 2000, después de más de seis décadas de ausencia, y se llegó alcanzar una población de siete ejemplares en el término de Cantalojas que desaparecieron finalmente en 2015.

La comarca de la Serranía de Guadalajara, único espacio de la región en el que habitan lobos, representa con dureza la adversidad que encuentra el lobo ibérico para consolidarse. La única pareja reproductora, de la que se tiene constancia, parió varias crías esta primavera y vive en una zona cinegética situada entre Atienza y Sigüenza, a 60 kilómetros de su hábitat natural, el Parque Natural de la Sierra Norte. Desde Ecologistas en Acción alertan de que en esta zona de cría de lobos “se está cazando con regularidad” y reclaman a la consejería de Agricultura que declare este espacio como Zona de Especial Conservación (ZEC) para evitar que la pareja de cánidos desaparezca por el disparo de algún cazador.

En la reunión que esta organización ecologista mantendrá en el mes de agosto con la Dirección regional de Espacios Protegidos, los miembros de Ecologistas en Acción exigirán que se elabore un plan de recuperación de la especie en Castilla-La Mancha porque “la administración está obligada a protegerla y sabemos que cuando una especie se extingue, ya no se recupera”, asevera Ablanque.

El censo oficial del lobo ibérico de 2014 contabilizaba una suma de 300 grupos reproductores de esta especie en toda España, lo que suponía una población total de unos 2.500 ejemplares. Sin embargo, desde Ecologistas en Acción estiman que la representación del lobo se reduce a la mitad dada “la alta mortalidad” que sufre la especie por el efecto de la caza y la muerte por envenenamiento.

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