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El informe de Greenpeace sobre la sequía que “pasa factura”...también en Castilla-La Mancha

Carmen Bachiller

La organización ecologista Greenpeace ha publicado el informe 'Sequía, algo más que falta de lluvia', para documentar el impacto ambiental en ríos, lagunas y humedales de 12 provincias españolas. 

“A la falta de precipitaciones se le ha sumado la pésima gestión del agua que hemos hecho en los años de bonanza hídrica”, señala Julio Barea, quien critica la “total falta de previsión para afrontar periodos secos como el actual” sobre todo porque, “las sequías son cíclicas en nuestro clima y, por lo tanto, planificables”. 

Una de las consecuencias la han sufrido las Tablas de Daimiel, en Ciudad Real. Entre 1997 y 2008, se observó que la mitad de las especies de algas registradas y una décima parte del zooplancton eran nuevos pobladores en el humedal debido a la salinización, eutrofización y macrofitas sumergidas, que promovieron un cambio en la composición de las especies. A mediados de septiembre de 2007 contaban con una superficie húmeda de unas 35 hectáreas, de un total de unas potenciales 2.000 hectáreas encharcables (el encharcamiento actual se mantiene con los aportes de agua que recibe de los pozos de emergencia existentes). En noviembre de 2017, las hectáreas encharcadas son solo 500.

También hay una referencia especial a la cabecera del Tajo, actualmente en estado de emergencia. “La sequía provoca conflictos entre usuarios, regiones y países. En España el enfrentamiento y las tensiones sociales creadas a raíz del trasvase Tajo-Segura, entre Castilla-La Mancha y el Levante, es uno de ellos”, señala el informe.

Se incluye un pequeño artículo de Francisco Pérez Torrecilla, alcalde de Sacedón (Guadalajara) quien explica que el problema de desabastecimiento de agua potable en la comarca ribereña afecta a varios municipios de las provincias de Cuenca y Guadalajara cuyos términos municipales están a orillas de los embalses de Entrepeñas y Buendía.  Mantiel, El Olivar, Chillarón del Rey, Alcocer, Buendía y varias pedanías de Pareja, Trillo, Sacedón y Huete han recibido cisternas de agua para el abastecimiento humano durante el pasado verano. La escasez de agua, dice el alcalde se debe a la falta de agua pero “principalmente por las continuas derivaciones por el trasvase Tajo-Segura, hace que la vida en estos pueblos sea difícil y complicada, y que la normalidad cotidiana dependa de si esta vez llegarán a tiempo los camiones cisterna para cubrir los usos básicos de los vecinos”.

En opinión de Pérez Torrecilla, “resulta tremendamente paradójico ver cómo por unas enormes tuberías se llevan cientos de miles de millones de litros de agua a otros lugares para abastecer todas las necesidades de otras gentes, mientras por otro lado nos traen de otros lugares, en unos camiones cisterna, el agua justa para lavarnos las manos y la cara”.

Habla de la “injusta” gestión de las reservas hídricas que genera  “una tremenda indignación entre los ciudadanos afectados” porque, concluye, “nuestro problema no es tanto de sequía como de saqueo”. Portugal ha calificado en reiteradas ocasiones de “grave problema” el consumo español en el Tajo por el regadío y el trasvase al Segura, recuerda el informe, y eso  ha provocado que algunos tramos del río a su paso por el país vecino circula prácticamente seco.

Las restricciones de abastecimiento humano

Uno de los efectos que más alarma crea la sequía es la falta de agua para abastecimiento de poblaciones. Greenpeace explica que en 2017 al menos 124 poblaciones repartidas por toda la geografía (Castilla-La Mancha, Castilla y León, Asturias, Andalucía, Aragón, Extremadura, Cantabria, Galicia, Navarra) han sufrido, o sufren,  restricciones. 

“Seguimos viviendo como si la Península Ibérica fuera rica en agua”, lamenta Barea quien hace referencia al anuncio por parte del grupo empresarial Rayet de construir la mayor playa artificial de Europa, en Guadalajara.

“El Gobierno usa la sequía para no aplicar la Directiva Marco del Agua”

El informe se refiere también al Pacto Nacional del Agua que el Ministerio de Medio Ambiente negocia con todos los agentes implicados. “El Gobierno sigue utilizando las sequías como justificación para no aplicar la Directiva Marco del Agua y hacer excepciones a la misma”, sostiene la organización ecologista que pone como ejemplo ese nuevo Pacto Nacional por el Agua. Para Greenpeace, es “más de lo mismo” porque cree que “se usará la sequía para justificar la construcción de más embalses, trasvases e infraestructuras que nos han llevado a estar como estamos, sin agua”. Y es que, concluye, “basar la política hídrica en la oferta ilimitada de agua, cuando es un recurso limitado y muy variable, es un error con graves consecuencias medioambientales y sociales”. 

El impacto en la agricultura y la “trama del Segura”

La agricultura emplea el 84,3% del agua en España, según la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística de 2015, el 15,7% restante se lo reparten el abastecimiento humano y los usos industriales, explica el informe. “Este consumo hace de la agricultura, especialmente la de regadío, muy vulnerable a las sequías y la escasez de agua”. Greenpeace dice haber “documentado y denunciado en numerosas ocasiones cómo la actual política del agua está beneficiando a las grandes empresas y perjudicando a los pequeños agricultores”. Así lo exponía recientemente en su informe: La trama del agua del Segura“ en el que se aseguraba que el trasvase Tajo-Segura podría cerrarse en tres años al ser Murcia ”autosuficiente“. Un informe que intentaron desmontar desde la Confederación Hidrográfica del Segura

Lo cierto, dice Greenpeace, es que España es un país con un tercio del territorio amenazado por la desertificación,  donde las previsiones de impactos por el cambio climático“ son de las más preocupantes y severas del continente” hasta el punto que un 75% del territorio se encuentra en zonas susceptibles de sufrir desertificación. Y sin embargo, denuncian, se ha apostado por “una agricultura de regadío sobredimensionada y no adaptada al clima mediterráneo que consume casi toda el agua dulce disponible”. Hoy cultivos tradicionalmente de secano como el olivar, los almendros o la vid se han convertido en inmensos consumidores de agua. A los que hay que sumar otros nuevos, como el maíz o la alfalfa, que requieren altas y continuas dotaciones de agua. 

El impacto en los ecosistemas acuáticos

En el informe también se explican cómo los ecosistemas acuáticos son los más afectados por la sequía por los cambios en la calidad y cantidad del agua  que dan lugar a muerte de peces por falta de oxígeno, un crecimiento masivo de algas o el aumento de especies invasoras.  Ha ocurrido en la cuenca del Tajo donde como consecuencia de las altas temperaturas y el bajo nivel de los embalses, se produjo una mortandad de peces (carpas y barbos) en el embalse de Azután (Toledo), en septiembre de 2006.

Mientras, en la cuenca del Segura, la 'Anguila anguilla', una especie nativa estaba casi extinguida debido a la prolongada sequía en el río durante el periodo 2005-2008 ya que requiere flujo continuo para sobrevivir, y algunos tramos se secaron completamente. 

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