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Más de 3.000 personas piden que el Belén más grande de Toledo no exponga animales vivos

Fotografía que encabeza la petición de firmas lanzada por APADAT, en change.org

Diego Jimeno Manrique

Con las fechas navideñas a la vuelta de la esquina, se acerca también una de las tradiciones más famosas y curiosas de Toledo: el Belén viviente que organiza la Caja Rural de la calle Méjico. El espacio dedicado para realizar dicha representación volverá a congregar animales de diferentes especies, algo que la Asociación para la protección, adopción y defensa de los animales de Toledo (APADAT) está dispuesta a frenar. Tamara de Prado, presidenta de la protectora, explica que intentarán parar esta exhibición de animales por cuarto año consecutivo, una vez más usando como herramienta la recogida de firmas, esta vez a través de una petición en change.org. “Hay que demostrar que los animales no son objetos a nuestro servicio”, señala la presidenta de APADAT.

“No queremos que dejen de celebrar un acto tradicional, pero sí que lo hagan de una manera respetuosa con los animales”, puntualiza Tamara de Prado, dando como posibles opciones para sustituir a los animales vivos por “maquetas, peluches o incluso en proyecciones”. En vistas de que en los últimos años han hecho oídos sordos a sus propuestas, han lanzado esta petición con la esperanza de que con “la nueva rectificación del artículo 337 se puede considerar como un posible caso de maltrato animal, porque los animales están sometidos al estrés de forma innecesaria”.

Desde APADAT aseguran que los dromedarios, burros, cerdos o diferentes tipos de aves, entre otras especies, pasan en el recinto de la Caja Rural “cerca de 15 o 20 días a la intemperie, con estrés, en un entorno desconocido para ellos y en una situación a la que no están acostumbrados”. Su procedencia, en la mayoría de los casos, son alquilados o comprados a Zoológicos Koki, como confirman en la protectora de Toledo. Este año volverán a solicitar una inspección, “para considerar las condiciones en las que están los animales”, a la Consejería de Agricultura, algo que también hicieron el año pasado y de la que aún están “esperando una resolución”.

El objetivo final es que desde la Caja Rural den marcha atrás a la exhibición de los animales vivos, algo en lo que presionarán con las firmas que recojan en la petición lanzada a través de change.org. En el momento que APADAT considere que tienen un buen número de firmas para hacerles llegar a la Junta Directiva de la Caja Rural, intentarán hacerles llegar sus alternativas para poner fin a esta práctica. El año pasado ya lo intentaron “cuatro o cinco ocasiones” pero siempre les respondieron con “evasivas”. Este año tienen la intención de hacer “un poco más de fuerza” y para ello buscarán apoyo en el Ayuntamiento de Toledo, “especialmente por parte de Ganemos” con la intención de que en la ciudad del Tajo cada vez se mayor la “implicación en el tema animal”.

La entidad encargada del Belén no entiende la polémica generada

Fuentes de Caja Rural Castilla-La Mancha señalan que no comprenden la polémica suscitada, ya que el Belén, además de ser un acontecimiento consolidado en la ciudad, ofrece garantías de bienestar a los animales, algo en lo que se pone especial esmero, y cumple estrictamente la normativa, además de ofrecer al público, en especial el infantil, una oportunidad de contacto con los animales que favorece su conocimiento y respeto.

Desde la entidad bancaria apuntan que el año pasado “más de 100.000 personas se acercaron a conocer el Belén y se espera que estas Navidades la afluencia sea similar”. A pesar de las más de 3.000 firmas que piden la retirada de animales vivos del Belén viviente, en Caja Rural Castilla-La Mancha aseguran que “se trata de una iniciativa que cuenta con el respaldo de toda la sociedad y de administraciones públicas e instituciones de nuestro ámbito de actuación”.

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