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La sequía amenaza la supervivencia de las abejas en la provincia de Albacete

Apicultura recolección

Lourdes Cifuentes

La sequía no sólo deja embalses por debajo de los niveles mínimos o la posibilidad de restricciones a los regantes, también afecta a las abejas y su supervivencia. Es otra de las consecuencias del exceso de calor, la falta de agua y, por extención, la escasa floración que ponen en riesgo  el ciclo de crecimiento de las abejas. “Al no haber floraciones buenas no se pueden alimentar y nos encontramos con una alta mortandad”, explica el presidente de la Asociación de Apicultores de la provincia de Albacete (ASAPA), Ricardo Ortega. Este mal afecta a unas 50.000 mil colmenas en la provincia, o lo que es lo mismo, unos 250 apicultores.

“El mayor poblema es la falta de polen. Ellas lo utilizan para criar y sin polen no crían”, añade Ortega que explica que los apicultores tienen que recurrir a una “alimentación suplementaria” para evitar la mortandad y mejorar la calidad de sus colmenas. ¿Cómo? Lo hacen utilizando jarabes y azúcares para compensar esa carencia de polen debido a la corta floración. La finalidad es alimentar a sus enjambres y conseguir suficiente miel para las propias abejas y para la comercialización.

“Pese a ello se pierden colmenas” y supone un coste adicional para el apicultor que “en vez de sacar miel, tiene que dedicarse a la reposición de colmenas quedándose sin beneficios”. Además, la sequía y las elevadas temperaturas se convierten en un escenario óptimo para la multiplicación de patógenos como Varroa Destructor que pone en riesgo la viabilidad de los enjambres. 

La poca floración no afecta directamente, según cuenta, a la cantidad y calidad de la miel que producen, pero esta producción sí se ve perjudicada sin el número de colmenas disminuye.

Trashumancia, clave para subsistir

Hace apenas unos días que Ricardo Ortega trasladaba a sus abejas desde Soria hasta Tobarra completando la transhumancia de sus colmenas que a principios de verano mudaron al interior de la península en busca de mejores condiciones. Que la apicultura sea trashumante es la “única forma de que sea viable”, porque las trasladan a zonas con más floración. “Ahora estamos en temporada baja y se buscan zonas más templaditas de Albacete” como Ayna, Elche de la Sierra o Hellín.

Otros factores de riesgo

A la sequía y la alta mortandad se le suma también la competencia de la miel que llega de China desde donde se importa a muy bajos precios.  “Vivimos en crisis y sin apoyos”, se lamenta el presidente de ASAPA que asegura que son muchos los apicultores que para poder subsistir año tras año tienen que vender sus colmenas y hasta vehículos. “Eso un año lo puedes aguantar pero ya llevamos muchos”.

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