“Algunos chicos viven la sexualidad como una depredación”

En algunas localidades de Castilla-La Mancha, la campaña puesta en marcha por el Instituto de la Mujer contra la denominada violación en cita se ha desarrollado en base a actividades lúdicas y juegos de teatro. Es una forma de que los adolescentes y jóvenes vean dónde está el límite en cuanto al consentimiento sexual de las chicas, que se advierte desde la forma en que se dirigen a ellas hasta cómo las tratan. Ha sido el caso de los talleres realizados en algunos pueblos de la Sierra del Segura de Albacete, a los que ha acudido el psicólogo y experto en igualdad Francisco José Plaza.

Fran Plaza trabaja desde 2005 como Psicólogo en el Centro de la Mujer que presta cobertura a doce municipios de la Sierra del Segura, en la provincia de Albacete. Ha recibido una extensa formación en materia de Igualdad de Género, Prevención de Violencia de Género e Intervención Psicológica con víctimas de la misma.

Consciente del “mucho trabajo” que queda por hacer en torno a la igualdad de género, Plaza ve muy necesaria la campaña y la considera complementaria al trabajo que ya se realiza desde la red de Centros de la Mujer. Él desarrolla su trabajo en el centro que tiene su sede en Molinicos y considera que la educación en igualdad pasa por “cuestionar los valores asociados a esa masculinidad dominante”.

En su opinión, la incorporación del concepto novedoso de la ‘violación en cita’ aporta “un argumento más para evitar agresiones sexuales por parte de conocidos”, es decir, las que se dan en la mayoría de los casos. “Lo peor de este tipo de agresiones es que muchas veces las víctimas se sienten culpables, y muchas ni siquiera denuncian”, destaca.

El psicólogo sabe que queda trabajo por hacer porque ha visto las reacciones de los chavales en los talleres de la campaña. Lo que comienza como un juego divertido, se convierte en una sorpresa cuando se les llama la atención sobre una frase o una conducta inapropiada. “En realidad, reproducen los comentarios que hacen en la calle, y se ven sorprendidos cuando son cuestionados por el monitor”. Es la reacción más común: lo que ellos consideran normal se convierte en el taller en “una burrada o una barbaridad”, y así asumen el aprendizaje.

Todo condicionado por un modelo patriarcal

“Lamentablemente, esas creencias que se reproducen provienen del patriarcado, algunos chicos viven la sexualidad como una depredación, como una suerte de caza, y de ahí sacan la conclusión errónea de que la relación sexual se basa en una especie de dominación-sumisión del hombre hacia la mujer”, subraya. En su opinión, todo está condicionado por un modelo patriarcal que se ve reforzado porque “multitud de medios de comunicación sigue multiplicando esos patrones de conducta”.

También se refiere a supuestos líderes juveniles como el youtuber Álvaro Reyes, que “llega a los jóvenes de forma muy fácil”, y que “les dan permiso para hacer lo que quieran, prácticamente llamando a la violación”. “Hay que derribar esas ideas desde muchos frentes, para que los chicos entiendan que el ‘modelo de macho tradicional’ hace mucho daño y que la violencia de género no solo sale en el telediario”.

Lo positivo de estas actividades con los jóvenes, añade, es que la mayoría de los chicos quieren “quedar bien y sienten que son evaluados”, por lo que “al verse ridiculizados, entienden la importancia de un tema que provoca mucho sufrimiento”. Por eso está convencido de que el mensaje “está calando”. Sucede lo mismo en los talleres con familias y en las labores educativas: el psicólogo remarca la importancia de trabajar en el “grupo de iguales” para eliminar ese mensaje de sumisión. “Luchamos contra mil factores que van en contra, pero lo seguiremos haciendo, porque funciona”, concluye.