En Holanda hay solo una ciudad que visitar... ¡Y no es la que te imaginas!

Andando en bici en Holanda

ConsumoClaro

Holanda es el fiel reflejo de la diversidad europea, un país entero insertado en la superficie de Londres. Modernidad, vanguardia, tradición y transgresión se funden en un solo espacio. ¿Tienes unos pocos días libres, vacaciones algo más cortas este verano?

Tenemos la solución: estás a dos horas en avión de descubrir una de las “ciudades” más sorprendentes de Europa, un espacio conceptual, rural y urbano a la vez, que conforma una sola ciudad; un país-ciudad llamado Holanda. O lo que los holandeses llaman “HollandCity”.

“HollandCity”: bicis, canales, mar y playas

“HollandCity”: bicis, canales, mar y playasSi vamos a “HollandCity” en avión, aterrizaremos casi seguro en el aeropuerto de Ámsterdam. Y si por algo conocemos Ámsterdam es por sus bicicletas y sus canales. Nada más introducirte en la ciudad, te desborda la sensación de estar rodeado de cada una de las 813.000 bicis en circulación, una por habitante.

Alquila una e iníciate en el itinerario por el centro de la ciudad. Sobre un terreno escrupulosamente llano, recorre los canales construidos en el siglo XII. Un paseo precioso de 80 kilómetros por vías fluviales adornado de casitas típicas, especialmente en el anillo del Canal Singe.

Pero no todo son bicis y canales en “HollandCity”: el mar también tiene un gran protagonismo y a una hora en tren de distancia se ubica Róterdam, la ciudad del agua por antonomasia. En su superficie confluyen los ríos Rin y Mosa y su puerto es el más grande de Europa, con 40 kilómetros de extensión. Si estás en Róterdam, no es tiempo de convencionalismos: súbete al autobús anfibio y descubre la ciudad por carretera y después por mar. Aunque suene extraño, es seguro. Y divertido.

Y finalmente “HollandCity” también tiene su “barrio playero”; se trata de La Haya, a poco más de una hora en tren desde Ámsterdam, donde la zona de Scheveningen atrae en verano a medio país para tumbarse en su arena, que evoca a paisajes caribeños. Además, Scheveningen está rodeado de restaurantes multiétnicos: cocina española, francesa, libanesa, vietnamita, etc.

“HollandCity”: ciudad de maestros de la pintura

Holanda es la casa de muchos grandes maestros de la pintura clásica, como Rembrandt, Vermeer, Maes, el Bosco, etc. Pero también de los genios de la moderna como Van Gogh, de Kooning o Mondrian, por citar solo a algunos. Este es el motivo por el que Ámsterdam cuenta con dos museos tan celebrados como el museo Van Gogh y el Rijksmuseum.

El Van Gogh posee la mejor colección del gran genio del impresionismo, con 200 pinturas y 400 dibujos. Entre otras obras destaca “La recámara de Vincent” o “El almendro en flor”, famoso por su gusto orientalista, pero también otros no menos inquietantes como 'Los comedores de patatas'. El tiempo te pasará volando entre los cuadros.

Respecto al Rijksmuseum, baste con decir que es el mayor museo de los Países Bajos y alberga obras de la muchos de los grandes maestros de la pintura universal: Rembrandt, Maes y Van Rijn, Van Leyden, Vermeer entre ellos. Algo tiene “HollandCity” que inspira. Uno de los epicentros de la creatividad europea que, solo en el citado museo alberga un millón de obras. Y si quieres más Rembrandt, puedes tomar un tren y en una hora estarás en el museo Mauritshuis de La Haya.

La arquitectura manda en “HollandCity”

Puedes admirarte con las altas, estrechas y recoletas fachadas que adornan el centro de Ámsterdam, entre las cuales podríamos destacar la ubicada en la calle Begijnhof 34, íntegramente compuesta de madera y construida en 1425. También te gustará Oude Kerk, la basílica gótica que está junto al barrio rojo.

Pero la arquitectura de “HollandCity” ha seguido evolucionando a lo largo de los siglos siempre pegada a la modernidad, hasta dar en el XX con movimientos tan notables como De Stijl, cuyo mayor paradigma es la casa Rietveld Schröder de Utrech, donde las artes plásticas abstractas se funden con la arquitectura de un modo fascinante. Tampoco te puedes perder el museo Groninger de Groningen, remodelado por diseñadores de la talla de Phillip Stark y que te fascinará por su torre amarilla.

La gran capital de la arquitectura moderna en “HollandCity” es, sin embargo, Róterdam, cuna de Erasmo de Róterdam, el gran humanista y filósofo autor de la obra 'Utopía', quizás el primer sueño de una Europa Unida. La ciudad le dedicó un vanguardista puente a través del cuál se accede a las icónicas casas cubo, fascinantes espacios que se pueden visitar. Su diseño sorprende, pero no es el único: con cierto aspecto de platillo volante, también podrás visitar la torre Euromast.

Sus vistas permiten divisar toda la ciudad desde las alturas. Y en la línea de esta diversidad arquitectónica, es obligado acercarse a la Casa Lápiz, la Casa Blanca, el monumental Ayuntamiento o los varios edificios que llevan el sello de Rem Koolhas, el arquitecto universal hijo de la ciudad.

Un país-ciudad con mucho ambiente

“HollandCity” destaca también, y sobre todo en verano, por sus terrazas, su ambiente y su cerveza, en espacial la rubia cuando el calor aprieta. Si te va lo pintoresco, en Ámsterdam tienes el Café de Dam, que se autoproclama como el bar más pequeño de la ciudad. Carga las pilas con una cata del tradicional queso y bébete una Christoffel Bier, menos conocida que la Heineken y cuya fábrica es un museo en movimiento en la ciudad.

Pero si te tira lo popular, el gentío y la diversidad cultural, debes acercarte al multiétnico mercado Albert Cuyp, en De Pijp, uno de los barrios más dinámicos de Ámsterdam, y sentarte al atardecer a disfrutar de una cerveza rodeado del buen ambiente local. Ahora bien, si quieres tener a tu disposición el mayor catálogo de cervezas que puedas imaginar, toma el tren y pásate por Bierlokaal Locus Publicus de Róterdam.

Pero sin duda el titulo de 'barrio-ciudad' que nunca duerme en “HollandCity” lo ostenta Groningen, a dos horas de Ámsterdam, cuyo Ayuntamiento permite a sus “brown bars” (bares marrones, al estar conformados de madera) cerrar a la hora que les apetezca. Yo destaco el Metropolis, decorado con motivos de la película de Fritz Lang. Entras a por una cerveza rubia y sientes que has retrocedido un siglo.

Además, el Metropolis dispone de mesa de ping pong, música en directo o piezas para jugar al “Sjoelen”, una modalidad regional del lanzamiento de disco. No es el único bar que dispone de lo necesario para ello, y son generalmente los casi 65.000 universitarios de la ciudad los que monopolizan esta disciplina.

Para terminar, a poco más de media hora de Ámsterdam tienes Utrecht, con su animado Oudegracht, un canal repleto de bares y restaurantes a sus orillas, que aglutina el ocio de la ciudad. Entre la variada oferta destaca el Stadskasteel Oudaen, un buen restaurante en la planta de arriba y un bar muy ajetreado en su piso al nivel del canal. Puedes ir de día y… puede que se te haga de noche.

eDreams y TransaviaLee nuestra política de patrocinios

Etiquetas
stats