Álvaro García celebra la poesía como “una fiesta de vivos y muertos”

“Ser sin sitio” es el título del nuevo libro del poeta malagueño Álvaro García con el que, según dice a Efe, abre una etapa diferente en su carrera y celebra la poesía como “una fiesta de vivos y muertos”.

“La poesía es el lenguaje más allá de lo práctico, es el lenguaje de lo que no está, de lo no evidente. Es la 'cara b' de nuestra existencia ”, explica en una entrevista telefónica con Efe el poeta, quien también es doctor en Filología Hispánica y traductor de autores como Rudyard Kipling o W.H. Auden, .

“Ser sin sitio” supone un cambio de rumbo en la trayectoria poética de García (Málaga, 1965) tras unos años en los que escribió poemas muy largos como “Canción en blanco”, con el que ganó el Premio Loewe en 2011.

Confiesa que acabó “extenuado” de esa etapa y que su nuevo poemario es “el más instintivo, espiritual y físico” de cuantos ha hecho, ya que ha apostado por una estructura desnuda y “sencilla en forma, pero compleja en contenido” que le ha dado una mayor libertad para acercarse al público.

“Me cansan los poetas que sólo escriben para poetas”, dice García, quien cree que la poesía debe abrirse y llegar a la humanidad sin rebajar por ello la calidad.

“La poesía debe ser un abrigo y no un disfraz”, afirma sobre la “petulancia” de ciertos escritores.

El enfoque de García se refleja claramente en el núcleo de “Ser sin sitio”, formado por diecisiete sonetos, con los que ha hecho “un pacto con el pasado” por el que toma una forma muy clásica y reconocible pero insuflándole una “voz personal” para que sea “muy vivo”.

En esa serie central aborda lo “no evidente” en temas como el sueño, la imaginación, la intuición, la conciencia y la fantasía, siempre relacionados con el mundo tangible a través de los límites entre materialidad y espiritualidad, entre existencia y esencia.

La conciencia, por ejemplo, podría ser según el autor ese “ser sin sitio”, por su capacidad para tener un pie en la vida y otro en la muerte.

“Si estar de acuerdo con el mundo es triste, amémonos de un modo que no existe”, escribe al final de su soneto “Sueño”, del que explica que en el mundo onírico “somos más valientes” que en la realidad.

Las claves y secretos del soneto las ha buscado en escritores clásicos como Shakespeare, Quevedo, Rilke o Yeats, y de éste último cita una frase que encaja con la visión de su poemario: “Tras la poesía de la conciencia de lo vivido y la poesía del símbolo como espejo, vendría la poesía espiritual en la que vivos y muertos se acercarán mutuamente”.

Tres poemas más extensos, “Ser sin sitio”, “Ante la tumba de Jane Bowles” y “El viaje” completan el libro publicado por la Fundación José Manuel Lara en la colección Vandalia.