Antonio López pide “generosidad” a la sociedad para organizar concursos

El pintor y escultor Antonio López ha dicho hoy a Efe que participar en concursos pictóricos supuso para él, cuando era joven, la manera de salir al exterior, ya que “entonces no había otra”, por lo que ha considerado que “la sociedad debe ocuparse de estas cosas y tener generosidad”.

López (Tomelloso, Ciudad Real, 1936) ha presidido el jurado del IX Certamen Nacional de Pintura Parlamento de La Rioja, concedido al pintor burgalés Julián Valle por su obra “Contemplation. Livre des Morts. Marcel Pérès”, un paisaje gris seleccionado entre 434 trabajos.

El premio príncipe de asturias de las artes 1985 ha resaltado el “alto nivel” de las 43 obras seleccionadas previamente por los miembros del jurado. Así, ha dicho que le llamó mucho la atención la gran proliferación de obras realizadas en blanco y negro, frente a la exhibición de color “tan extraordinaria” de las ediciones anteriores.

Esa “serenidad en el tono” resulta “llamativa” para el pintor manchego y quizás sea atribuible al momento socioeconómico actual, a “una causa moral” o simplemente al tipo de estética que está de moda en la actualidad.

En su opinión, realizar un retrato es extremadamente “complicado y muy dependiente”, ya que para el autor requiere la colaboración de la persona que va a ser retratada.

Sin embargo, cree que un paisaje se puede realizar de manera “más libre”.

Tras dedicar veinte años a completar su “Retrato de la familia real”, ha considerado que “cada cual ha de hacer lo que pueda y lo que sienta según le vaya saliendo. Si a los demás les parece bien o mal, hay que aguantarse, porque es parte del trabajo”.

“Esa es mi manera de trabajar”, ha subrayado, aunque ha reconocido que “hay otros muchos puntos de vista”.

El paisaje nevado que ha dejado el temporal de los últimos días le parece a López “maravilloso”, pero se ha preguntado, “Quién se pone a pintar en esas soledades con ese frío”.

Por ello, para captar la blancura de los campos castellanos que recorrió ayer en su viaje hasta Logroño habría tenido que hacer una fotografía, pero eso no es algo que le guste.

“Prefiero estar en el sitio, respirando el aire que hay allí y viendo todas las características del tema. Esa es mi manera de trabajar”, ha recalcado.

El paisaje nevado es “fantástico” para contemplarlo desde una ventana, pero ha constatado que “no todo lo que se ve se puede pintar”.

Considerado el máximo exponente del hiperrealismo español, cada año ofrece cuatro o cinco talleres de formación, en los que aprende de los trabajos que sus alumnos hacen “sobre la marcha, con rapidez y un coraje y un acierto” que le sorprenden mucho.