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Azúa afirma que “hay grandes empresas multinacionales que se llaman religiones”

Azúa afirma que "hay grandes empresas multinacionales que se llaman religiones"

EFE

Madrid —

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El novelista, poeta y ensayista Félix de Azúa afirma rotundamente que “Dios ya no existe” y que sólo hay “televisión, bancos e internet”, así como “grandes empresas multinacionales que se llaman religiones”.

“Hay quien dice que a Dios lo mató Kant, otros dicen que fue Nietzsche, y otros que sigue vivo y escondido en algún lugar de Argentina. Lo que es absolutamente seguro es que no pudo competir con la televisión”, señala Azúa en una entrevista con Efe.

Tras publicar “Autobiografía sin vida” y “Autobiografía de papel”, el autor (Barcelona, 1944) presenta ahora “Génesis”, editado por Penguin Random House, como tercera parte de una “saga” de la que ya prepara su cuarto volumen.

Si las dos primeras “falsas autobiografías” reflejaban su relación con el arte y la literatura, “Génesis”, en forma de novela, pretende explicar su propio origen teniendo en cuenta que “casi nadie lo sabe”.

La novela, explica Azúa, tiene dos textos paralelos, uno que es “una imitación de un serial de televisión suramericano, que he vivido físicamente de alguna manera”, mientras que el otro es “una imitación de la historia de la creación de la humanidad, la historia del génesis, que hemos vivido todos, aunque no lo sepamos”.

Así, junto a su particular e irónica versión de la historia de la creación, introduce un relato sobre la vida de Mariló, una joven y atractiva viuda de un empresario español afincada en Venezuela en los años 50, que deberá hacerse cargo del negocio del fallecido.

Las dos historias, que confluyen en la muerte, dice el autor, ponen de manifiesto la falta de libertad del ser humano para ser bueno por naturaleza.

“La publicidad de la vida oficial, la política, quiere convencernos de que somos libres pero sólo aquel que ha conseguido destruir esa presión externa puede atisbar, aunque sea muy de lejos, en qué consiste la libertad”, dice.

La novela recorre la creación del Paraíso, al nacimiento de Adán y Eva, la historia fratricida de Caín y Abel, la expansión de sus descendientes por el sur y el norte del mundo, el diluvio universal y la destrucción de la torre de Babel.

“No hay un solo occidental que no tenga perfectamente interiorizado que en el paraíso vivían Adán y Eva, que fueron expulsados por querer saber demasiado y que su primer hijo fue un asesino”, señala Azúa.

“Este es el núcleo de lo que trato de explicar”, sostiene el autor, consciente de que “es una historia rara para ser la historia mítica de una cultura”.

Según Azúa, en la actualidad es imposible escapar a la cultura pero los que no quieren acceder a ella, que son millones, “tienen merecido todo lo que les pase, incluso el éxito”.

El número de “ignorantes voluntarios” depende de cada país, sostiene el escritor, que asegura que en Portugal, con una población mucho menor que la de España, hay muchos menos que aquí, aunque no revela la razón: “Las causas de la decadencia de los pueblos es cosa de historiadores”.

También sostiene que la universidad ya no existe sino que “hay un espectáculo llamado así sin ningún contenido”, del que exceptúa a las escuelas técnicas.

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