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Madrid viaja al verano del 69 con Bryan Adams

Bryan Adams en Madrid

elDiarioes Cultura

Pese al equívoco general, es probable que el año más emblemático de Bryan Adams fuese 1984 (y no el 69, como se cree por su famoso tema veraniego, que aludía en realidad a la postura sexual). Fue cuando publicó Reckless (temerario), fuente de éxitos que hoy ha sonado de nuevo para su lucimiento en Madrid.

Hacía siete años que el canadiense, que podría vivir de las rentas de sus innumerables “hits”, no publicaba un álbum de temas inéditos. La excusa de su retorno a los escenarios -aunque en la gira solo suenen cuatro temas- fue Get up, publicado el pasado mes de octubre, junto a Jim Vallance en la composición y bajo la producción de Jeff Lynne, líder de la ELO. Lo mejor de este álbum, que él ha calificado como una continuación de Reckless y la crítica ha dejado en un aprobado raspado, es que constituye la coartada perfecta para repescar grandes temas de aquel álbum, como el referido Summer of 69, Somebody, Run to you o It's only love (originalmente junto a Tina Turner).

Adams se asegura así, como esta noche, un triunfo sin riesgos ciertos pero muy bien ejecutado, echando mano de sus mejores bazas, como hizo en su carrera este tipo bien parecido y simpático, que supo como pocos engarzar los principios del rock con una melodía contagiosa y elevar esa cualidad a la enésima potencia en las baladas. Y sí, esta noche ha sido una ocasión perfecta para volverse orgullosamente “moñas”, como se dice en el argot callejero. Con los años, especialmente en los 90 y a partir de aquel (Everything I Do) I Do it For You, puede que se le fuese la mano con el edulcorante, pero sería una temeridad que el canadiense se dejara por el camino éxitos de aquella época como Have You Ever Really Loved a Woman?, que han hecho igualmente las delicias del público.

Con esos mimbres, no sorprende la curiosa amalgama compuesta por coetáneos de Adams (que peina ya 56 canas, muy bien llevadas) y jóvenes treintañeros que crecieron con sus éxitos, así como pijos, roqueros (algunos dirán que “de palo”) y hasta por la infanta Margarita de Borbón.

El concierto, que se ha celebrado en el Palacio Vistalegre (el mismo espacio en el que actuó por última vez en la ciudad en 2005), era el segundo en España de su actual gira, tras pasar por Granada el domingo y antes de recalar mañana en Bilbao y el sábado en Barcelona.

Una voz ajena al paso del tiempo

Con apenas 15 minutos de retraso ha dado comienzo su show de 1 hora y 45 minutos de duración, frente a una sencilla escenografía con una gran pantalla horizontal y otras dos de menor tamaño a los lados, bien parapetado por cuatro músicos y una nutrida hornada de guitarras para elegir.

Repeinado e impolutamente vestido, con vaqueros y una chaqueta azul, sobre camisa blanca, Adams ha arrancado el concierto con energía, echando mano de uno de sus cortes nuevos, Do What Ya Gotta Do, al que enseguida ha sucedido Can't Stop This Thing We Started, con la voz afilada pero cálida, ajena al paso del tiempo y a la mala acústica que suele imperar en Vistalegre.

La revisitación de Reckless ha empezado con She's Only Happy When She's Dancing y en ese ritmo saltarín, pícaro, con sabor a rock and roll y algo de twist, ha llegado otro, “Run to you”, celebrando su conocido riff de guitarra. “Mi nombre es Bryan y estoy muy feliz de estar de vuelta en Madrid”, ha dicho entonces el músico, que se ha ganado a la congregación con su carácter cómplice y humilde y con cortes intemporales como Heaven, en el que ha atrapado a la gente en un “ay”, antes de recuperar el tono enérgico con Kids wanna rock y su gran duelo de cuerdas.

Embarcado en el mejor segmento de la velada, muy poco después ha llegado el gran momento de la noche, el de Summer of 69, ese que hace erizarse todo capilar conectado a la nostalgia y al fin de la inocencia y con el que demostró que también podía aspirar a ser Springsteen (incidentalmente, claro).

El público aún emocionado ha recibido con “oés” la versión acústica de When you're gone y la romántica (Everything I Do) I Do It for You. Después ha sido el turno de la sensual If Ya Wanna Be Bad Ya Gotta Be Good, para la que ha pedido la colaboración de “alguna mujer salvaje que sepa bailar” y se ha encontrado con un mar de brazos en alto, en uno de los momentos más divertidos de la velada.

De ahí hasta el final cabe destacar Have you ever really loved a woman?, sin Paco de Lucía, como en el original, pero con su inseparable Keith Scott tras la guitarra española, así como la seminal Cuts Like a Knife, poco antes de unos bises en los que ha versionado el C'mon Everybody de Eddie Cochran y Straight from the Heart.

Para cerrar del todo, el canadiense se ha despedido con su último as, el All for one que cantara junto Rod Stewart y Sting para la banda sonora de Los tres mosqueteros, con el corazón de Madrid ya en su puño, arrebatado y convencido de que esto había sido “un todos para Bryan y Bryan para todos”.

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