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Carme Riera:Luis Salvador de Habsburgo me habló y empecé a escribir la novela

Carme Riera:Luis Salvador de Habsburgo me habló y empecé a escribir la novela

EFE

Barcelona —

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La escritora mallorquina Carme Riera no esconde que ya de niña el archiduque Luis Salvador de Habsburgo, primo de la emperatriz Sissí y que pasó largas temporadas en Baleares, era un “referente poderosísimo”. Ahora, lo ha convertido en el protagonista de su nuevo título “Les darreres paraules”.

Durante un concurrido acto de presentación, la académica ha rememorado hoy que el inicio de su último proyecto literario, publicado por Edicions 62 y que Alfaguara editará en castellano a finales de año, empezó a tomar forma después de que fuera la comisaria de una exposición sobre el excéntrico personaje, un investigador y mecenas, miembro de la dinastía imperial de los Habsburgo.

Hijo de Leopoldo II, Gran Duque de Toscana y María Antonieta de las Dos Sicilias, nació en Florencia en 1847 y falleció en Brandeis (Austria) en 1915, residiendo en ocasiones en Mallorca, donde estudió desde los escarabajos autóctonos e intentó crear una nueva raza de perros, a la vez que mantuvo relaciones con diferentes mujeres, o construyó miradores que hoy invaden los turistas para “hacerse selfies”.

La escritora asevera que con motivo de la exposición que preparó durante meses vivió “noche y día” con esta “controvertida figura”, leyendo sus cartas, tocando sus objetos personales y siguiendo su trayectoria por el mundo, hasta el punto de que: “una tarde en casa, oí su voz dentro de mi cabeza y empecé a escribir esta novela”.

Ganadora con ella del premio BBVA Sant Joan, Riera, en un guiño a a su querido Quijote, la convierte en una suerte de manuscrito, en unas memorias que Luis Salvador de Habsburgo dicta en alemán a su secretario Erwin en su lecho de muerte, en el castillo de Brandeis, y que, luego, serán traducidas al mallorquín.

Asevera que ha cogido “todos los hilos de su vida” y con ellos ha “vestido una ficción”, en la que, sin embargo, muchos de los hechos que se detallan son auténticos, como que Luis Salvador dormía en el suelo o que iba con la ropa manchada.

Aunque la mano de la narradora ha intervenido en algunos pasajes, la novelista se muestra convencida de que “cumplía una misión política con el Emperador” -pudo actuar como agente secreto desde el año 1870-, igual que ocurría con otros personajes de la corte del imperio austrohúngaro.

También ha explicado que para armar el relato sobre este viajero impenitente rescató de su memoria las conversaciones que mantuvo hace años con Doña Aina, una de las mujeres que formaba parte de su cortejo, y de otras personas de la isla que lo trataron a principios del siglo XX.

El lector que se enfrente al texto, a la vez que descubrirá un hombre con algunos secretos relacionados con el amor y el sexo, podrá ver cómo estuvo muy cerca de acontecimientos que cambiaron el mapa europeo, desde los hechos que tuvieron que ver con la muerte del heredero del Emperador, Rodolfo, en Mayerling, hasta el desencadenamiento de la Primera Guerra Mundial.

En este punto, Carme Riera indica que está documentado que, como tenía muchas relaciones y muchos contactos, viajó a Trieste para convencer al archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero de la corona del imperio austrohúngaro, después de Mayerling, para que no fuera a Sarajevo, donde acabó siendo asesinado en un atentado que desencadenó la Primera Guerra Mundial.

La novela refleja a un hombre que luchó en favor de la paz (la académica llega a decir que fue “un hippy antes de los hippies”) y que siempre creyó “que lo peor que podía pasar era la guerra”.

Asimismo, fue alguien obsesionado por el paisaje, “que demostró su amor por la naturaleza, impidiendo que se talaran árboles en Mallorca”. “Él -ha subrayado Riera- no hubiera permitido la masificación de la isla”.

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