Cataluña lleva a la Bienal de Venecia la arquitectura vista por el habitante

La participación de Cataluña en la Bienal de Venecia, que abre al público mañana, busca mostrar, en proyectos de los últimos diez años, la arquitectura “desde el punto de vista del habitante”, según dijo hoy uno de sus comisarios, Jaume Prat.

“El concepto de la muestra es explicar la arquitectura desde el punto de vista de la gente que la usa, desde el punto de vista del habitante, desde el punto de vista de quien cada día está en los edificios y los vive”, declaró Prat a Efe.

El proyecto se llama “Aftermath_Catalonia in Venice. Architecture beyond Architects” y es con el que el Instituto Ramon Llull presenta a Cataluña, por tercera vez, en la Bienal de Arquitectura.

En esta ocasión vuelve a instalarse en una estructura empleada para reparar embarcaciones y que está situada junto a uno de los canales de la ciudad, fuera del recinto de la Bienal, pero muy próxima a ella y dentro del programa de actividades de la muestra, la más importante en el mundo en su sector.

“Son todos proyectos públicos, no en el sentido de promoción pública (...), en el sentido de que son proyectos que hacen ciudad, que estructuran territorio a muy diversas escalas y de muy diversas maneras”, continuó Prat.

“Hemos elegido las obras con un criterio transversal que nos ha servido para evaluar toda una serie de casuísticas que nosotros creemos que se pueden extrapolar al resto de la arquitectura catalana”, añadió.

La otra arquitecta comisaria de la muestra, Jelena Prokopljevic, reconoció que los que se exhiben en Venecia “han sido los diez años quizás más difíciles que recordamos de la arquitectura catalana”.

“El post burbuja inmobiliaria ha traído como una bajada de construcción tremenda e incluso pérdida de credibilidad un poco de la profesión”, agregó Prokopljevic.

En su opinión, el legado que deja el estallido de la burbuja inmobiliaria va en la dirección de “cómo se entiende el espacio, cómo se utiliza y cómo se valora y (...) no tanto como una serie de formas sino más bien unas maneras de hacer arquitectura”.

Las diversas instalaciones exhibidas en Venecia incluyen un hospital, un aparcamiento, un teatro y un espacio natural, y pretenden explicar cómo “el espacio arquitectónico hace posible que los usuarios disfruten de los espacios públicos como miembros conscientes de la sociedad mientras siguen sus rutinas diarias”, según los organizadores.

Mediante una serie de instalaciones audiovisuales se recogen intervenciones públicas que adaptan incluso su forma con paneles que se curvan o se cierran sobre el visitante para intentar transmitir una sensación próxima a los edificios y proyectos presentados.

“De los siete sectores que se muestran en el pabellón hay tres que todavía siguen desarrollándose y ampliándose, son trabajos abiertos en los próximos años”, destacó por su parte cineasta Isaki Lacuesta, el tercer responsable de la exposición.

La exposición se podrá ver en Venecia hasta la clausura de la Bienal, en noviembre, y después en el centro cultural de Barcelona Arts Santa Mónica, un hecho que sucede por primera vez.

Esta será la tercera vez que el Instituto Ramon Llull impulsa la presencia de Cataluña en la Bienal de Arquitectura de Venecia.

En 2012 participó por primera vez con el proyecto “Vogadors”, comisariado por Jordi Badia y Félix Arranz, y en 2014 con “Arquitectures Empeltades”, comisariada por Josep Torrents i Alegre y que tomaba como punto de partida la reforma de la Casa Bofarull (1913-1933), una de las obras capitales de Josep Maria Jujol.