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Claudio Magris: “Escribir es también un intento de construir un arca de Noé para salvar todo lo que amamos”

elDiarioes Cultura

Guadalajara (México) —

Claudio Magris, autor de libros como El mito Habsbúrgico (1963), A ciegas (2005) o el muy excepcional Danubio (1986), sigue escribiendo a mano desde la mesa de su cuarto o en el café San Marcos en Trieste, la ciudad donde nació en 1939. Ayer, sin embargo, inauguraba la XXVIII Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara (México), donde recogió el Premio de Literatura en Lenguas Romances con un discurso titulado Lápices de Colores.

Entre otras cosas, el historiador italiano, eterno candidato al Nobel de Literatura, reflexionó sobre la naturaleza y las responsabilidades de la escritura. Entre otras cosas, “para luchar contra el olvido, con el deseo, tal vez patético pero grande y apasionado, de proteger, de salvar las cosas, y sobre todo los rostros amados, de la abrasión del tiempo, de la muerte”.

Las dos escrituras: las que se obsesionan con la verdad y aquellas que pretenden reventar el mundo

“La escritura es a la vez un agente de aduana y un contrabandista; establece fronteras y las transgrede. Se utilizan lápices, colores diferentes, para la escritura ético política y para la propiamente literaria, de invención. Yo he escrito libros de fantasía, de invención, pero también hace 47 años escribo para el Corriere della Sera, frecuentemente sobre asuntos ético-políticos. Lo que da orden al mundo es la sintaxis, y las dos escrituras, la ético-política y la fantástica-narrativa-teatral, tienen sintaxis completamente distintas”.

“Las que se obsesionan con la verdad y aquellas que pretenden reventar el mundo; está la escritura que nace en la cabeza, en el conocimiento intelectual, y aquella que nace en la mano, en la creatividad que ignora que el autor entiende menos su obra que los demás, como me sucedió cuando hablaba con Singer y me daba cuenta de que yo entendía más sus grandes obras, los relatos y parábolas que había escrito él y no yo.

“Hay una escritura que informa sobre el mundo, que detecta las necesidades y denuncia las injusticias; también la escritura que se practica como ‘un buen combate’, para usar la expresión de San Pablo, en defensa del ser humano, y hay la escritura que se ejerce con absoluta e irresponsable libertad”.

Escribir para recordar

¿Por qué se escribe?, preguntó. “Por tantas razones: por amor, por miedo, como protesta, para distraerse ante la imposibilidad de vivir, para exorcizar un vacío, para buscarle un sentido a la vida. A veces para establecer un orden; otras para deshacer un orden prestablecido; para defender a alguien, para agredir a alguien. Para luchar contra el olvido, con el deseo –tal vez patético, pero grande y apasionado– de proteger, de salvar las cosas y sobre todo los rostros amados, de la abrasión del tiempo, de la muerte.

“Escribir es también un intento de construir un arca de Noé para salvar todo lo que amamos, para salvar –deseo vano e imposible, quijotesco pero inextirpable– cada vida”.

El Premio de Literatura en Lenguas Romances fue creado en 1991 y está dotado con 150.000 dólares. Reconoce la obra de escritores vivos en español, catalán, gallego, francés, italiano, rumano o portugués con un aporte significativo a la literatura de nuestros días. Magris se suma a una lista que incluye al peruano Alfredo Bryce Echenique, el argentino Juan Gelman y el chileno Nicanor Parra. En el acto de hoy estuvo presente la portavoz del jurado, la española Patricia Martínez, quien leyó el acta en la que se califica a Magris como autor de una obra “de las más importantes de la literatura europea contemporánea”.

“Pensador en diversas lenguas, Magris encarna la mejor tradición humanista en la que se concilian su propia experiencia con la memoria colectiva de la historia y de las culturas que conforman el espacio de la Europa central como lugar de diálogo entre las culturas del Mediterráneo y las culturas del Danubio”, apuntaba la portavoz. En la ceremonia también estuvieron presentes diversas personalidades, entre ellas la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, y Héctor Marcos Timerman, el ministro de Relaciones Exteriores y Culto de Argentina, país invitado en esta edición.

Literatura contra el crímen

En su discurso inaugural, el presidente de la Feria, Raúl Padilla, tuvo un recuerdo para los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa que desaparecieron la noche del 26 de septiembre en Iguala (Guerrero), después de ser detenidos por policías y entregados al crimen organizado. “Resulta insoslayable la mención al caso Ayotzinapa, que tanto dolor e indignación ha generado” y “que ha revelado lo gravemente que la nación y el Estado mexicano se han visto afectados por el crimen organizado”, apuntó.

Padilla enumeró además algunas de las actividades que habrá durante estos nueve días de Feria, en la que participarán 650 escritores de 22 países y numerosas personalidades del sector literario. El mayor festival literario en español tiene este año a Argentina como país invitado de honor, por lo que se ha trasladado a Guadalajara una delegación de escritores, académicos y creadores que traerán una muestra de música, artes visuales, cine y teatro del país suramericano.

El resto del programa lo llenarán los homenajes por centenarios o recientes fallecimientos de escritores como el colombiano Gabriel García Márquez y los mexicanos José Emilio Pacheco, Octavio Paz, Efraín Huerta y José Revueltas.

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