Coeln “juega” con la luz gótica y de nueva generación en la catedral de Burgos

La artista austriaca Victoria Coeln juega con la luz de las vidrieras góticas de la catedral de Burgos y la iluminación de última generación en una intervención en el interior de la catedral de Burgos que ofrece una “iluminación única” en el cimborrio, el altar mayor y la escalera dorada del templo.

Este espacio que mezcla “luz policromada y luz natural” es una de las actividades paralelas al II Foro de la Cultura, cuyas actividades se concentran los días 4 y 5 de este mes, con cerca de setenta invitados de Finlandia, Irak, República Democrática del Congo, Estados Unidos, Reino Unido, Dinamarca, India, Francia y España que participarán en debates, diálogos y presentaciones sobre “Identidades en la frontera”.

En declaraciones a los periodistas durante una visita guiada a la intervención artística, que se abrirá mañana al público, Coeln ha explicado que el proyecto de “vestir de luz” la catedral de Burgos da continuidad a los que ya ha desarrollado en la catedral de San Esteban de Viena, también declarada Patrimonio de la Humanidad por Unesco; y en otros templos de Éfeso, Capadocia y Göbekli (Turquía).

La artista ha explicado que “la luz expande las fronteras de la imaginación y rompe las barreras del tiempo”.

En este sentido, ha recordado que cuando se construyó la catedral de Burgos no se sabía que la luz estaba formada por ondas y partículas y todavía hoy no se conoce toda la capacidad y las propiedades de la luz, que “sigue siendo un misterio”.

Ha insistido en que la iluminación que realiza para cada templo es “algo único” y diseñado sobre el mismo lugar, que combina haces de luces y colores.

Incluso ha apuntado que una visita a la intervención debería durar una hora, porque la luz que entra por las vidrieras cambia la visión de todo el conjunto.

En su opinión, las posibilidades que aporta la tecnología del siglo XXI refuerza en efecto conseguido por los constructores de hace siglos utilizando la luz natural, que en el caso de la catedral de Burgos ofrece una iluminación “parecida a la de las velas”.