Comienza la segunda noche de desfiles de las escuelas de samba de Río

La segunda noche de los desfiles de carnaval de Río de Janeiro comenzó hoy con la presentación de la escuela de samba São Clemente, que hizo un homenaje al fallecido director artístico brasileño Fernando Pamplona.

El desfile de São Clemente se inició puntualmente a las 21.30 hora local (23.30 GMT) y estaba encabezado por una veintena de bailarines con disfraces y máscaras que recordaban al suntuoso carnaval de Venecia.

Los disfraces hacían alusión al personaje del folclore brasileño Matinta Perera, una vieja que se transforma en pájaro por las noches y que lanza maldiciones a las casas donde se niegan a darle café o tabaco.

En esta segunda noche de desfiles participarán otras cinco escuelas en el sambódromo carioca: Portela, Beija-Flor, União da Ilha, Imperatriz y Unidos da Tijuca, mientras que otras seis ya desfilaron la noche del domingo.

Estas doce escuelas forman parte del llamado Grupo Especial, la elite del carnaval, y todas ellas tienen origen en favelas o barrios humildes, de donde proceden la mayoría de sus integrantes y los cientos de personas que se dedican todo el año en la producción de los desfiles.

Portela celebra en su desfile el 450 aniversario de la fundación de Río de Janeiro, União da Ilha exaltará la belleza, Imperatriz se centrará en la labor del líder sudafricano Nelson Mandela y Unidos da Tijuca homenajeará al fallecido director artístico del carnaval Clóvis Bornay.

La controversia llega con el desfile de Beija-Flor, que representará a Guinea Ecuatorial, lo que ha causado polémica en Brasil pues recibió una financiación millonaria por parte del Gobierno de ese país, dirigido con mano de hierro desde 1979 por Teodoro Obiang.

Cada escuela de samba tiene entre 3.500 y 4.000 integrantes, lo que incluye bailarines disfrazados, percusionistas, cantantes y las “reinas” del carnaval.

Según las normas del carnaval carioca, las escuelas están autorizadas a usar entre cinco y ocho carrozas que pueden tener 13 metros de altura como máximo y 60 metros de largo.

Los integrantes de cada escuela disponen de entre 65 y 82 minutos para atravesar los 700 metros que mide el sambódromo Marqués de Sapucaí y durante todo ese tiempo deben cantar una canción que se va repitiendo constantemente.

Un jurado compuesto por 36 árbitros elegirá a la escuela campeona del carnaval, entre las doce participantes, en una votación que será realizada el próximo miércoles.

En la votación se evalúa la canción, la percusión de las escuelas, el tema de cada desfile, la calidad de los disfraces y las carrozas y la armonía del conjunto de los participantes, entre otros factores.