La Compañía Nacional de Danza deslumbra en China con clásico y contemporáneo

La Compañía Nacional de Danza de España (CND) está de gira por China por primera vez desde que la dirige José Carlos Martínez, con actuaciones en Wuxi y en Shanghái, con las que deslumbra con su mezcla de clásico y contemporáneo.

Después de actuar el pasado fin de semana en el Gran Teatro de la ciudad oriental de Wuxi (provincia de Jiangsu), la CND representa ahora a España en la decimosexta edición del Festival Internacional de las Artes de Shanghái, donde bailará hasta el día 14.

Martínez, que está al frente de la compañía desde 2011, cuando tomó el timón que ocupó Nacho Duato durante dos décadas, apuesta en sus programas por un retorno al ballet clásico, sin abandonar tampoco el repertorio contemporáneo, y eso gustó especialmente a los organizadores chinos del Festival shanghainés.

El programa que presenta estos días en China “muestra la nueva identidad de la Compañía Nacional de Danza a día de hoy, es un programa que mezcla danza clásica con contemporánea, ya que vamos del clasicismo a la vanguardia”, explicó a Efe el propio Martínez, ante su estreno con la CND en la Plaza de la Cultura de Shanghái.

Tras su paso por este moderno escenario, de reciente construcción, la compañía actuará este fin de semana en los teatros Zhaoxiang y Xingmeng de la capital económica de China, así como en su Universidad de Profesores del Este de China (ECNU, en sus siglas en inglés), siempre con esta misma tarjeta de presentación.

El espectáculo comienza con una coreografía de Tony Fabre, quien fue la mano derecha de Duato en la compañía, sobre la “Suite Hollberg” del noruego Edvard Grieg, seguida de otras dos del propio Martínez, sobre otra “Suite” del francés Léo Delibes y sobre el “Divertimento” del ballet “Raymonda”, del ruso Alexander Glazunov.

Tras esta pieza “totalmente clásica”, inspirada en la coreografía decimonónica del francés Marius Petipa con la que se estrenó en 1898, en la segunda parte del programa se salta a la dinámica “Minus 16”, una arrolladora coreografía contemporánea del israelí Ohad Naharin, con diversas músicas, con un sorprendente guiño al público.

El espectáculo conforma así “un repaso de los distintos estilos y de la amplitud de nuestro repertorio, ya que se ve que somos una compañía de hoy, que tenemos en cuenta el pasado, pero que caminamos hacia el futuro”, resumió Martínez.

Cuando los programadores chinos asistieron, hace meses, a este mismo programa en España, “al final de la primera parte vinieron a verme para decirme que querían que hiciéramos un espectáculo totalmente clásico, pero luego, al final de la segunda parte, me dijeron que querían el espectáculo que habían visto”, recordó.

“Esa mezcla les parecía muy interesante para que el público chino la pudiera descubrir”, explicó.

“Yo creo que es un espectáculo embajador de la danza española, y sobre todo de la danza española de hoy, que a lo mejor se conoce menos en el extranjero”, recalcó.

Martínez, que ya tenía experiencia en Asia, aunque es su primera vez en China con la compañía, comentó cómo el público chino es “bastante especial”, más inquieto durante el espectáculo, ya que siempre suele haber quien hable, se levante, venga o vaya en plena actuación, aunque luego se comprueba que sí estaban atentos.

“Con otros públicos eso no pasa, hay silencio absoluto en la sala, pero aquí es algo que está pasando, y te crees que no están concentrados en el espectáculo, pero luego al final te das cuenta de que sí”, de manera parecida, tal vez, a como ocurría en Europa hace siglos cuando florecieron estas mismas artes escénicas, dijo.

Además, “me insisten mucho en que hable del hecho de ser una compañía contemporánea que ahora está empezando a hacer clásico, les interesa mucho nuestra historia”, concluyó.