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Diego Galán: Basta abrir el periódico para ver que el poso franquista existe

EFE

San Sebastián —

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Diego Galán ha elaborado en el documental “Manda huevos” un retrato a través del cine de la vida española desde el franquismo, época que a su juicio mantiene un poso en la actualidad y “basta abrir un periódico -señala- para comprobar que no ha desaparecido, se mantiene en las actitudes de algunos políticos”.

Incluso “algunos visten 'mitad monje mitad soldado'”, afirma Galán en una entrevista con EFE horas antes de la presentación del documental en la 64 edición del Festival de cine de San Sebastián, fuera de concurso.

Galán alude a la consigna “un español debe ser mitad monje mitad soldado” de José Antonio Primo de Rivera que se extendió en muchos ámbitos de la cultura, la educación y, por su puesto, el cine y que ha servido al realizador y crítico como base sobre la que construir su último trabajo.

En total son retazos de 200 películas realizadas entre los años 40 y la actualidad con los que da continuidad a “Con la pata quebrada” (2013) en la que abordó la imagen de la mujer en el cine español durante esos años también a través del ensamblaje de fragmentos de películas.

“No tenía en mente hacer una continuación”, pero la idea se la dio un escritor francés que le sugirió llevar a cabo una réplica del documental, pero sobre los hombres.

En un principio desechó el planteamiento porque pensó “que eran las mujeres las que tenían una lucha colectiva en esos años”, pero después concluyó que “podría ser una disculpa para hablar del país como es y sigue siendo”.

Y ese ha sido el resultado. Mediante fragmentos de “Forja de almas” (1943), “Operación Orco” (1973), “La Señora de Fátima”, “San Jeromín” (1953) o películas de Paco Martínez Soria, entre otras muchas, Galán analiza cómo el cine ha reflejado (o no, cuando la censura lo impedía) la realidad social, el hambre, el pluriempleo, el turismo, el piropo, la mili, el maltrato o el machismo.

Todo ello hilvanado por la locución de Carmen Machi, “que tiene una voz rota y no de señorita distinguida y una retranca que hace que desde el principio pensara en ella”, reconoce el director.

El lema “joseantoniano” está olvidado y “obviamente ningún joven tiene ahora ese propósito”, pero “ese es el poso educacional con el que hemos vivido mucho tiempo y que no ha desaparecido”.

¿Qué queda para Diego Galán de esa época en la España actual?. “Basta con ver el periódico y ver las actitudes de muchos políticos”, contesta, aunque asevera que “no se quiere meter en política”

“Se nota hasta en la forma de vestirse” de algunos políticos que no concreta. “Sus corbatas, sus actitudes, su manera de hablar su hipocresía que tiene mucho que ver con las de los monjes”.

Ni “Con la pata quebrada” ni “Manda huevos” tienen distribuidor en España, pero la primera sí se exhibió en Francia, “algo sorprendente porque la película es muy española”, lamenta el realizador que pone en valor el interés didáctico que ambos documentales pueden tener en la juventud actual para que vean “qué hemos sido”.

Uno de los cambios que ha experimentado esa sociedad y que no están incluidos en el filme es el final del cine como “fenómeno popular, porque ha cambiado su forma de consumo”, considera.

En la época en la que se realizaron gran parte de las películas que aparecen en “Manda huevos” “no había nada más que el cine, sobre todo para los pobres porque se estaba calentito y en las casas no siempre podía ser así”.

El séptimo arte, dice, ya no tiene la capacidad de “forjar una generación con películas ejemplares” como se ha hecho durante décadas, pero esta labor la ha asumido la televisión, señala el que fue director del Festival de San Sebastián durante años.

Reconoce que “no es lo mismo asumir el embolado de la dirección” del Zinemaldia y presentar una película, pero en ambos lados de la barrera se ha sentido bien.

“Ahora las azafatas ya no me reconocen y me indican 'caballero no se puede pasar por ahí”, asegura uno de los hombres que mejor ha conocido el certamen donostiarra.

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