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Documentos de Francisco Ayala hallados en la Universidad de Princeton arrojan luz sobre su obra

Documentos de Francisco Ayala hallados en la Universidad de Princeton arrojan luz sobre su obra

EFE

Granada —

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Una serie de documentos y textos de Francisco Ayala, guardados durante décadas en la Universidad de Princeton, han sido digitalizados ahora y arrojan luz sobre la forma de trabajar del gran escritor español y sobre las múltiples facetas de su obra.

“No son inéditos destacados. Son apuntes y documentos que, probablemente, Ayala hubiera destruido y que por algún motivo se quedaron allí”, le dice a Efe la hispanista Carolyn Richmond, viuda de este narrador, ensayista, sociólogo y articulista, que falleció en 2009 a los 103 años.

Pero, importantes o no, son documentos “muy valiosos para conocer la forma de trabajar de Ayala”, aseguraba hoy Rafael Juárez, secretario de la Fundación Francisco Ayala, en la que a lo largo de la mañana se ha celebrado una jornada dedicada a la caja localizada en Princeton.

La digitalización de estos documentos coincide con la edición especial que la Real Academia Española ha hecho de la novela “Muertes de perro”, de Ayala, en su colección del III centenario, con prólogos del académico José María Merino y de Carolyn Rychmond.

La novela, en la que Ayala reflexiona sobre el poder y la condición humana, se presenta esta tarde en la Biblioteca de Andalucía, de Granada, con las intervenciones de los prologuistas, de Darío Villanueva, secretario de la Real Academia Española, y de Antonio Sánchez Trigueros, catedrático de la Universidad de Granada.

Tras la Guerra Civil española (1936-39), Ayala comenzó un largo exilio que lo llevó a Buenos Aires, Puerto Rico, Brasil y Estados Unidos, país este último donde dio clases y prosiguió su labor de escritor hasta que regresó definitivamente a España en 1976.

Precisamente, en la caja que custodia la biblioteca de Princeton, donde Ayala dio clases en 1955 y en 1957, hay cinco carpetas, y tres de ellas contienen sendas copias mecanografiadas de “Muertes de perro”, con algunas correcciones a mano, pero “muy pocas”, porque el autor de “El jardín de las delicias” era “una persona muy segura de sí misma y apenas corregía”, comenta Richmond.

Es de suponer que el original fue enviado por Ayala a la editorial Sudamericana, que publicó esta novela en 1958. En España no aparecería hasta diez años después.

Manuel Gómez Ros, filólogo y documentalista de la Fundación, contaba hoy que, en Princeton, hay también una hoja autógrafa, donde figura una relación de los primeros veintiocho capítulos de la novela.

Ese “guion de la novela” se reproduce al final de la edición de la RAE de “Muertes de perro”, publicada por la editorial Alfaguara, y es interesante porque faltan los dos capítulos finales. Ayala no sabía aún cómo iba a acabar su novela, de “dramático y sorprendente final”, señala Richmond.

La edición de “Muertes de perro” incluye además el informe de la censura española, de enero de 1969, una época en la que los censores ya no eran tan duros como en la primera etapa de la dictadura franquista y autorizaban la publicación de autores exiliados.

Por el contenido del informe, se nota que al censor le gustó la novela de Ayala: “Está muy bien escrita, con exceso de anglicismos y con tensión creciente”, afirma.

Aunque “hay muchas cosas en la novela que hacen pensar que, tal vez inconscientemente, (Ayala) piensa demasiado en España, el sistema seguido por el autor excluye toda identificación con seres reales, por lo que procede la autorización”, escribe el censor.

En las carpetas de Princeton hay, además, tres juegos de textos, entre ellos uno sobre “Rasgos y tendencias de la economía actual”. Son 45 folios a máquinas en los que figura el nombre del autor, pero no tienen fecha. Los escribió por encargo de la editorial Columba, pero, por motivos que se ignoran, no llegaron a publicarse.

Esa reflexión sobre la economía plasma, según decía hoy el profesor Sebastián Martín, de la Universidad de Sevilla, “la conversión al credo liberal” de Ayala, que llegó “incluso a tocar postulados socialistas, desde los cuales reclamaba el intervencionismo del Estado en la economía y reivindicaba una democracia integral”.

En otra de las carpetas hay 29 documentos diferentes, la mitad de ellos manuscritos, que van desde cartas y notas sueltas hasta “un texto acabado, firmado y fechado en noviembre de 1949” que, por alguna razón, Ayala no publicó y que es de carácter filosófico.

Se trata, según contó Javier San Martín, profesor de Filosofía de la UNED, de unos textos en los que Ayala propone una filosofía orientada en la dirección de la fenomenología de Husserl, “muy comprometida y que va directamente contra la filosofía positivista del momento”, que ofrecía una disciplina en la que “el ser humano tenía que desaparecer”.

“Ayala defiende lo contrario: la filosofía y la ciencia tienen que fundarse desde el ser humano, desde el concepto de conciencia”, indicó San Martín, que también se refirió a otro de los textos hallados en Princeton, una “propuesta de antropología filosófica”, que no llegó a desarrollar.

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