Fallece Vicente Aranda, director de las grandes pasiones

Vicente Aranda Ezquerra (Barcelona, 9 de noviembre de 1926) se estrenó tarde como director. La guerra civil acabó con sus estudios y, cuando acabó, prefirió irse a Venezuela, donde estaba su hermano. Cuando volvió a España en 1956 ya no le dejaron entrar en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas de Madrid. El gran retratista de la mujer, las grandes pasiones y crónica de la España Negra tenía cuarenta años cuando presentó Brillante porvenir (1964), codirigida con Román Gubern.

Barcelona noir

Su primer pelotazo fue Fata Morgana (1966), película que convierte Barcelona en una ciudad sin ley y le encasilla en el género erótico-fantástico y en la llamada Escuela de Barcelona, un movimiento inspirado en el de sus vecinos de la Nouvelle Vague y que se sacudía el cine folclórico de la España franquista y del cine mesetario que venía de Madrid. En esa línea le siguieron Las crueles (1969), que era una adaptación, no de un Villiers de l'Isle-Adam sino de Bailando para Parker de Gonzalo Suárez; La novia ensangrentada (1972) -adaptación de Carmilla, el clásico de vampiras lesbianas de Joseph Sheridan Le Fanu y Clara es el precio (1974), escrita a dos manos con Pedro Carvjal.

Sus retratos del lumpen de la Ciudad Condal afinaron su sentido de la injusticia social y cambió la fantasía por el drama de la transexualidad en Cambio de sexo (1977), cuando aún no había ni democracia. Adaptó a Marsé en La muchacha de las bragas de oro (1980), a Vazquez Montalbán en, Asesinato en el Comité Central (1982) y a Andreu Martin con Fanny Pelopaja (1983). Esta última, basada en la novela Prótesis, donde la prostituta que da nombre a la película planea y ejecuta una venganza contra el policía corrupto que mató a su amante.

La madurez: del Lute a Juana La Loca

El Lute: camina o revienta (1987) y El Lute II: mañana seré libre (1988), sus dos drama sobre Eleuterio Sánchez, fueron la consagración del autor fuera del género de autor, pero sobre todo supuso el estrellado para su protagonista Imanol Arias. Amantes (1991) también consagró a sus protagonistas, unos jovencísimos Maribel Verdú y Jorge Sanz que, con su musa Victoria Abril, escandalizaron a la sociedad española con una historia real de celos, oportunismo, obsesión sexual y asesinato. Se llevó dos Goyas a la mejor película y al mejor director, y el oso de plata de la Berlinale para Abril.

Antes de acabar la década también dirigió La mirada del otro, su película prohibida sobre las pulsiones oscuras de la sexualidad femenina, Luna caliente, una obra áspera sobre el Proceso de Burgos yProceso de Burgos Celos (1999), otra película basada en hechos reales de la España negra, con Aitana Sánchez Gijón y Daniel Giménez Cacho.

En 1996 volvió a cambiar de rumbo con Libertarias, una adaptación de Antonio Rabinad con un reparto estelar de actrices españolas. La película retrata la lucha de un grupo de milicianas anarquistas en el Frente del Ebro. Con el nuevo milenio, su pasión por las mujeres de carácter dominó todos sus trabajos. Rescató a la bella Pilar López de Ayala de la cantera de Al salir de clase y le dió el papel protagonista en Juana La Loca. Fue una elección perfecta y López de Ayala acabó el año con un Goya a la mejor actriz. En 2003 llevó al cine a la Carmen de Bizet y Mérimée, con Paz Vega al frente.