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Fernández Díaz novela un “fresco sobre la corrupción y la mafia” en Argentina

Fernández Díaz novela un "fresco sobre la corrupción y la mafia" en Argentina

EFE

Madrid —

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El escritor y periodista Jorge Fernández Díaz intentó “desvestir” el amor y la política para novelar “el lado oscuro” y le salió “El puñal”, “una metáfora salvaje -dice a Efe- de cómo la política se volvió gansteril, mafiosa” en Argentina.

“Digo una metáfora salvaje -aclara en una entrevista en Madrid-, porque en mi país es salvaje; un poco menos en España, pero aquí se puede ver como un laboratorio bastante metafórico y a veces literal de lo que sucede en la trastienda del poder” en Argentina, donde la actual tensión por la forma del traspaso presidencial de Cristina Fernández de Kirchner a Mauricio Macri le parece “patética”.

“El puñal” (Destino) llega ahora a España y al resto de América precedida por un gran éxito en Argentina, donde ya ha superado los 70.000 ejemplares, según Fernández Díaz (Buenos Aires, 1960), quien vive con especial ilusión también la actual conversión de su novela en película, de mano del cineasta Marcelo Piñeyro.

Será una coproducción argentino-española que se encuentra en la fase de elaboración de guiones y que el cineasta de “El método”, “Kamchatka”, “Plata quemada” y “Cenizas del Paraíso” rodará en 2016 con el respaldo de la productora K&S, responsable de “Relatos salvajes” y “El clan”, entre otros filmes.

Javier Bardem, Vincent Cassel o Benicio del Toro serían, en opinión de Fernández Díaz, perfectos para el papel del protagonista de “El puñal”, Remil, un espía argentino, excombatiente de la guerra de las Malvinas y que encarna al “héroe infame”.

Remil espía y hace trabajos sucios “porque los servicios secretos en mi país no se dedican a lo que deberían dedicarse sino a los políticos, los empresarios y a los periodistas”, afirma, y asegura que él mismo ha sentido “muchas veces” su aliento.

Se trata de un héroe por el cual el lector siente “repulsión moral por lo que hace, pero también empatía y eso es perturbador”, dice el autor de “Mamá”, el gran “boom” editorial de Fernández Díaz sobre la vida de su madre, una emigrante de Asturias (norte de España), al igual que su padre, y con la que entró “en la naturaleza femenina”.

Fue con “Mamá” donde consiguió dotar a su escritura del “halo emocional” del que carecían sus textos periodísticos, cualidad que mantiene incluso para este “fresco sobre la corrupción y la mafia” en la transtienda del poder en Argentina.

“El puñal” le ha permitido, además, superar la “impotencia” que sentía como periodista al no poder publicar todo lo que sabía sobre “las cloacas del poder”, por no poder probarlo. “Los periodistas solo publicamos el 20 por ciento de lo que conocemos”, asegura.

Y le ha permitido cumplir también un sueño de infancia: escribir una novela de espías y de amor, que hiciese sentir a los lectores lo que él experimentó al leer con 15 años “Goldfinger” de Ian Fleming.

Pero no solo quería escribir una “novela de aventuras del siglo XXI”, en la que despojase a la política de “los discursos bienintencionados, las promesas, los debates y la mercadotecnia”, sino también “desvestir el amor” de “romanticismo y de todos los trapos de las dulces ilusiones que nosotros nos creamos”.

Y al desnudar a la política de su país le quedó “el toma y daca, el gánster con corbata, del reparto del poder, de la mafia, de la corrupción y del narcotráfico” de las bandas que actúan como “pymes” y el “narcovip”, de exportación a gran escala y que cuenta con “la connivencia de funcionarios, legisladores y fuerzas de seguridad”.

Y al dejar a pelo al amor a Fernández Díaz le quedó la “relación un poco turbia, inestable, resbalosa y complicada” que Remil mantiene con Nuria, una abogada española “dura, durísima”, que lidera uno de los cárteles de narcotráfico más importantes entre Argentina y España, y que “en el fondo” tiene algo de Cristina Fernández de Kirchner, asegura el autor de “Corazones desatados”.

La presidenta saliente, afirma, “ha sido muy mala para Argentina, pero es fascinante. Nuria tiene algo de ella, de depredadora, de dominación y de vulnerabilidad. Sus sucesivos disfraces ideológicos y físicos demuestran una enorme fragilidad interna”.

Fernández Díaz, obsesionado por mantener en todo momento la tensión narrativa, lo que él llama los “rieles” de la novela, mantiene que más allá de su formato de “thriller”, “El puñal” es ante todo una “novela de amor”, que mañana presentará en Madrid Arturo Pérez Reverte, al que le une “una vieja amistad íntima”.

Hasta el punto es así que Pérez Reverte se convierte en personaje en “El dilema de los próceres” de Fernández Díaz, y este se cuela en la páginas de “El asedio” del primero. “Son guiños de homenaje”.

Por Catalina Guerrero

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