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El Gobierno chino reinventa la propaganda con su propio “House of Cards”

El Gobierno chino reinventa la propaganda con su propio "House of Cards"

EFE

Pekín —

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Se abren las puertas de una lujosa mansión y se ve a un político sollozando frente a un apuesto fiscal: acaban de encontrarle millones de dólares ocultos en la nevera. Es una escena de “En el nombre del pueblo”, la nueva serie de televisión sobre corrupción con la que Pekín reinventa la propaganda.

El primer capítulo de la trama se estrenó a finales de marzo y las cifras de espectadores que lo siguen ya marean: 6.000 millones de reproducciones en internet y 870.000 comentarios al respecto en la principal red social del país.

“Llevo años escribiendo programas sobre corrupción, pero ninguno ha sido tan popular como éste. Es una sorpresa”, decía en una entrevista reciente a medios chinos el guionista de la serie y autor de la novela homónima en la que se basa, Zhou Meisen, quien de momento prefiere mantenerse alejado de la prensa extranjera.

“En el nombre del pueblo” está coproducida por la propia Fiscalía china, y cuenta la historia del equipo encargado de la lucha contra la corrupción, una unidad que en la realidad fue creada por el presidente Xi Jinping y que algunos analistas independientes consideran que es también un método para acabar con sus oponentes en la arena política.

Aunque Xi comentara hace unos años que su batalla contra las malas prácticas “no es una lucha de poder” como la que narra la exitosa “House of Cards”, en China ya se relaciona el nuevo programa con la serie estadounidense, y no faltan argumentos.

Con una estética moderna, la Fiscalía trae hasta la pequeña pantalla una historia de ficción, protagonizada por algunos de los actores más famosos del momento, pero inspirada en casos reales: el político que esconde dinero en el frigorífico existe, pero no es un simple funcionario, sino un vicealcalde, que ocultó tal número de billetes que las autoridades tardaron 14 horas en poder contarlos.

Por primera vez en una década, la serie devuelve a horario de máxima audiencia la corrupción, una temática que se decidió reducir de la oferta televisiva en 2004 al considerar que estos programas podían socavar la confianza de la ciudadanía en el Partido único, y el momento elegido para hacerlo explica en parte su éxito.

“Desde 2015, el Gobierno chino y el presidente Xi Jinping han aumentado sus esfuerzos contra la corrupción. Muchos políticos de alto nivel han sido encarcelados (...) Dada la gran difusión que han tenido estas historias, la audiencia tiene un gran interés”, comenta una productora de la industria que prefiere guardar el anonimato.

Aunque la temática no es nueva, la “calidad” es la más alta hasta la fecha y derriba barreras, subraya la experta en declaraciones a Efe.

“Que el Gobierno y la Administración de Prensa, Radio, Cine y Televisión de China (el organismo censor) estén dispuestos a publicar la cara oscura de la política es toda una revolución”, apunta.

Sus declaraciones, no obstante, confirman lo que analistas externos ven en esta producción: una nueva maniobra de propaganda del Ejecutivo chino.

“(La serie muestra que) el régimen comunista está más seguro de que puede continuar con su campaña anticorrupción, que hasta ahora es la política más popular de Xi, y de que puede controlar la narrativa”, opina en declaraciones a Efe el analista político Willy Lam, profesor de la Universidad China de Hong Kong.

Lam remarca los esfuerzos de Xi por “embellecer” su campaña como una “heroica” caza del tigre -en referencia al lema del presidente de ir a por políticos de alto y bajo nivel (“tanto tigres como moscas”)-, al mismo tiempo que “prohíbe las críticas sobre la siniestras entrañas” de su plan, que se ha llevado por delante a importantes ministros de facciones contrarias a la suya.

“En el nombre del pueblo” sigue precisamente esa línea. Como si se tratara de un príncipe a la salvación de su princesa, los protagonistas acuden a la llamada de la ciudadanía en cuanto se denuncia un posible caso de corrupción, reprochando a los poderosos su actitud y recordando la situación de aquellos con menos recursos.

Los héroes de esta ficción ya cuentan con millones de seguidores y su mensaje cala: “Es un programa valiente. Dicen lo que muchos ciudadanos querríamos decir. Una obra realista”, opinaba un fan en redes sociales.

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