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Guitarras españolas para “leaozinhos” en una favela de Río de Janeiro

Guitarras españolas para "leaozinhos" en una favela de Río de Janeiro

EFE

Río de Janeiro —

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“Leaozinho” es un tema del músico brasileño Caetano Veloso pero es el nombre de una iniciativa promovida por un periodista español para llevar guitarras a niños de una favela de Río de Janeiro y ayudarles a “salir adelante” y a abrir horizontes.

En Ramos, en la zona norte de Río, en la frontera con la Maré -donde se concentra el mayor complejo de favelas de la ciudad-, Leaozinho enseña a tocar la guitarra a una treintena de niños de entre 6 y 14 años.

El periodista Ángel Carmona, que creó la organización no gubernamental junto con su amiga Nuria Dillan en 2011, ha conseguido que varios músicos españoles donen sus guitarras para los niños, desde DePedro hasta músicos de Love of Lesbian, aunque en estos días se encuentra en Ramos con un nuevo proyecto.

“Esta vez no hemos traído guitarras, hemos traído una radio entera”, explica a Efe Carmona, que presenta “Hoy empieza todo” en Radio 3 y que ha grabado con los niños de Ramos dos programas que se emitirán la próxima semana a través de Radio Nacional de España.

Además, Carmona ha llevado hasta Ramos a dos figuras de la música española como Josemi Carmona y Javier Colina, que han hecho escala en Río en una gira suramericana.

Leaozinho, que tiene también un proyecto similar en el Sahara, es fruto de una experiencia de Carmona en la favela de Parada de Lucas, en la zona norte de Río, hace seis años.

Llegó allí para colaborar en temas informáticos y con dos guitarras al hombro para tocar en sus ratos libres.

No tardó mucho en cambiar las computadoras por la música y en organizar clases gratuitas para niños y jóvenes con la ayuda de voluntarios.

Ahora, su ONG colabora con Asbepe, un centro cultural de Ramos donde “si los niños tienen hambre pueden comer y donde tienen un refuerzo escolar. Es un lugar perfecto: Una vez que tienen alimento en su cabeza y su estómago pueden tener clases de guitarra”, apunta.

El objetivo es conseguir que la música se convierta en una “herramienta” para ayudar a los niños.

En el centro de Asbepe de Ramos, 30 alumnos acuden dos veces por semana a las clases de Halley -“como el cometa”, resalta Carmona-, un profesor que ha creado su propio método para que los más pequeños se apasionen por la guitarra.

“Nos da igual si los niños tocan muy bien o no”, continúa el periodista, “lo importante es todo lo que genera la música, el estar acompañado, ocupado, tener a alguien al lado para compartirla. Es una herramienta para convivir con lo que tienen alrededor, para salir adelante”.

En el camino, además, los niños tienen que aprender que es necesario respetar al de al lado y al profesor, y “es una alternativa para apartarles de otras tentaciones, como acabar en el narcotráfico”, agrega Carmona.

Es un trabajo duro teniendo en cuenta que “algunos son hijos de bandidos, otros de personas en tratamiento por adicciones al crack, de familias divididas...”, explica.

En Aspebe, con la ayuda de profesores como Halley y Estefanía Lucas, los niños encuentran también contención y ayuda psicológica.

Niños como Amandinha, una de las más pequeñas, con 8 años, que no oculta su curiosidad por cómo son las ciudades en España, o como el joven Luciano, que hace unos años fue profesor voluntario de Leaozinho y ahora tiene su propio grupo de música.

“Es como una bomba. La música tiene una onda expansiva muy grande”, resume Carmona.

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