Jesús Molina: Manuel ha muerto como vivió, haciendo su real gana

Hace ocho años le operaron de un cáncer de garganta y se “sacrificó” bajando “de tres a una” cajetillas de tabaco diarias porque quería seguir cantando. Cuando hace cinco meses le detectaron un tumor de pulmón, Manuel Molina decidió que seguiría “como si nada” y se negó a cualquier tratamiento.

Lo cuenta a EFE su hermano y manager durante 30 años, Jesús, que está “tranquilo” y “conforme” porque el artista ha fallecido mientras dormía y no ha sufrido “demasiado” aunque el deterioro en el último mes era ya “muy grande”.

El cantante y guitarrista, el 50% de uno de los dúos más populares desde que aparecieran a mediados de los 70, Lole y Manuel, ha fallecido a los 67 años en su domicilio sevillano de San Juan de Aznalfarache pasada la una de la madrugada, acompañado por su mujer, Lola, con la que se casó el año pasado tras 28 años de convivencia, y de su hijo Manuel, de 20 años.

“Manuel no quiso darse quimioterapia ni pisar el hospital. No ha tenido ningún tratamiento más que cosas seminaturales. Fumaba pero eso puede estar detrás o no. Mira Santiago Carrillo. Y en el otro extremo está esa atleta de 19 años que cayó fulminada de muerte natural. El destino es el de cada uno y se acabó”, resume Jesús.

Su última aparición pública fue en el teatro Romero San Juan de San Juan de Aznalfarache, donde se ha instalado su capilla ardiente, el pasado 25 de marzo en un homenaje a Rafael Hornero Romero de la Osa, Romero San Juan.

La última actuación propia del cantante y guitarrista fue en Madrid el pasado 23 de marzo en el Centro Cultural de la Villa Fernán Gómez de Madrid, al lado de su hija Alba (1978), la que tuvo con Lole Montoya, con la que se había casado en 1975 y con la que formó el célebre dúo.

Pero, realmente, asegura Jesús Molina, su último espectáculo “de verdad” fue el 7 de diciembre en Casa Patas, en su sala García Lorca.

“Siempre decía que cuando actuaba con alguien más sentía como que no era él. Aquella noche de diciembre en esa sala tan íntima de Casa Patas, él solo, organizó una sesión con 50 personas. Entre ellas estuvo Pedro Almodóvar y fue increíble, algo mágico, para no olvidar. Esa fue su última noche solo ante el peligro”, recuerda.

En toda su carrera, a pesar de las “cientos” de peticiones de artistas de todas las generaciones, solo produjo un disco, a Lole, “y ahí se acabó, no quiso hacer ni uno solo más”.

Su relación artística con Lole tuvo su culmen en ese disco y en la actuación en el Teatro Monumental de Madrid el 16 y 17 de julio de 1995, que dedicaron a Jesús: “y ahí se quedaron. Fue el final de todo”.

Su hermano siempre le decía que había vivido “muy bien”, que había hecho la música que había querido y que no podía aspirar a más, así que su forma de morir “también la iba a elegir él”.

“Cuando le diagnosticaron lo del pulmón me cogió y me dijo 'no quiero médicos, no quiero nada. Que llegue hasta donde llegue. He hecho lo que me ha dado la real gana y quiero morirme de la misma forma'”, rememora.

Manuel Molina quería que sus cenizas se repartieran entre el Guadalquivir, en su parte trianera, y en la Línea de la Concepción, de donde era su padre, que falleció hace 55 años.

“Eramos cinco hermanos -Manuel, Antonio, Jesús, Gabriel y José- y él es el primero que se va. Heredó el sentido del humor de nuestro padre. Nunca jamás he discutido con él y ya tengo 58 años. Manuel se pasaba 20 de las 24 horas del día riéndose y haciendo reír a los demás”.

La presidenta en funciones de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, relata Jesús Molina, le ha llamado para darle sus condolencias y ha subrayado que “jamás le había visto con la cara seria”.

Otro de sus “muchos admiradores”, el cantante Alejandro Sanz, le ha anunciado que le dedicará todos los conciertos que tiene previstos.

“Es impresionante la forma en la que la gente se está volcando con él. Estamos muy orgullosos, como lo hemos estado en vida. Ha sido un privilegio y un placer compartir con él la vida”, ha añadido.