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Jorge, de Ilegales: “Debí morir hace tiempo, la muerte no hace bien su trabajo”

Jorge, de Ilegales: "Debí morir hace tiempo, la muerte no hace bien su trabajo"

EFE

Madrid —

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Por su “peligrosa” forma de vivir, Jorge Martínez, único miembro fundador de Ilegales en activo, dice que debió morir hace tiempo. “La muerte no hace bien su trabajo”, añade, incombustible, tras cinco años de letargo de la banda, resucitada ahora con un “muy buen disco” de rock, “desagradable, como debe ser”.

En una charla con Efe, el vocalista y guitarrista habla sobre “La vida es fuego”, publicado esta semana, el primero desde que en 2011 se presentara como Jorge Ilegal y Los Magníficos para tocar boleros, guarachas y cha-cha-chás y el primero de estudio con material inédito (y no descartes) desde que lanzaran “Si la muerte me mira de frente, me pongo de lao” (2003).

Tras cinco años de ausencia de los escenarios, “el retorno ha sido algo inevitable”, explica Martínez, en parte “por el contexto actual, que obliga a una reacción contra las agresiones”, en parte porque le salían canciones que sonaban a Ilegales.

Por mucho que durante un tiempo se resistiera a la reunión, reconoce que no había mejor manera de dar forma a esos temas que con sus ex compañeros, el batería Jaime Belaústegui y el bajista Alejandro Espina, los que más tiempo han formado parte de las cambiantes filas del grupo, que debutó discográficamente en 1982 con el homónimo “Ilegales”.

De hecho, anuncia que, aparte de las once canciones del nuevo disco, tiene otras doce más ya elaboradas que había evitado editar con Ilegales “a pesar de las presiones” que sufrió desde la disolución de la banda.

A sus 59 años, Martínez sigue enfangado en una vida en la que no faltan las broncas de bar, con el pie fijo en el acelerador, siempre al límite, como refleja el título del nuevo álbum.

“Ir hacia la muerte es una constante de todas las especies vivas. Nosotros hemos forzado un poco ese camino, pero considero que el camino en sentido contrario, el de la muerte hacia la vida, ese momento en el que empiezas a resucitar, es mucho más doloroso”, argumenta.

Será esa energía extra la que alimenta el rock afilado de “La vida es fuego”, que se abre con el corte “Voy al bar”, “una patria de todos nosotros, donde se puede descansar”, pero donde, como reza la canción, “nunca irá el futuro a preguntar por ti”.

En la portada del álbum, un culturista se dispone a inyectarse un ciclo para engrosar sus músculos, siguiendo la misma premisa de despertar “el mayor número de señales de alarma” posibles para, paradójicamente, según su razonamiento, “lograr que la gente pierda el miedo”.

“Y necesitamos eso. Son muchas rapaces las que están usando el miedo en su propio beneficio”, avisa Martínez.

En su opinión, “el auténtico rock puede ser desagradable, No es una sonrisa constante, no es un sí a todos.

“Conlleva muchos reflejos, vicios y actitudes del autor. Deja ver más la osamenta y la trama de todo. Es menos teatral. Desde luego no es lo que se está mostrando ahora como rock en los festivales”, dice.

Por esa razón, asegura que en su nueva gira abandonarán su clásica estrategia de “pequeña y ágil banda guerrillera” en locales pequeños para saltar a grandes conciertos y festivales casi exclusivamente.

“Tenemos que pasar por ello, porque, si no, la gente pensará que todo son estos travestis del rock que actúan en estos sitios”, sentencia Martínez.

Ilegales, que actuará el 18 de abril en el Ágora de Valencia dentro de Iberia Festival, se presentan esta misma noche en vivo en la sala Joy Eslava de Madrid.

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