José Luis Guerín: “El cine de hoy es horrible, pero tiene cosas apasionantes”

El cineasta español José Luis Guerín (Barcelona, 1960) considera que el cine actual, en general, “es horroroso”, pero aún así se pueden encontrar en él “individualidades que lo hacen apasionante”, señaló hoy en una entrevista a Efe.

El realizador hizo esta reflexión tras la clase magistral que ofreció hoy en el Instituto Real de Teatro, Cine y Sonido de la Escuela Superior Erasmus de Bruselas, organizada por el Instituto Cervantes.

Este encuentro con estudiantes, al que Guerín definió como “diálogo entre cineastas”, se enmarca en el festival de cine de autor y documental Filmer à Tout Prix, que incluye en su programa una retrospectiva de su obra.

“Yo no sé hablar en términos sociológicos, pero sí veo que el cine ha perdido gran parte de su protagonismo social”, afirmó en un encuentro con Efe.

Guerín consideró que “hace cincuenta años se veía mucho más cine, y en la cartelera convivían las películas antiguas con las nuevas, mientras que ahora a una mayoría de la gente lo único que le interesa es el fútbol”.

Aun así, cree que hoy sigue habiendo espacio para las propuestas personales, que escapan a las convenciones de la industria.

“El cine actual en general es horroroso, pero en él hay individualidades que lo hacen apasionante”, indicó.

En cuanto a las escuelas de cine, “en muchas se forma a los estudiantes para ser los futuros técnicos de Hollywood, que está muy bien, pero en otras tantas no”, con lo que siempre habrá sitio para quien quiera hacer cine de autor.

Recuerda que él mismo nunca fue a una escuela de cine.

“Mi escuela fue la filmoteca, porque con las películas sucede como con la escritura: tienes que aprender a leer primero si quieres escribir”.

Resalta, por tanto, la importancia de ver cine, antes que de estudiarlo.

Entre los cinco filmes proyectados en el ciclo que le consagra Bruselas, figura su último trabajo, “La academia de las musas”, estrenada este verano en el festival de Locarno.

“Es una película en torno a la creación y al deseo, al amor, y sobre la belleza de la palabra y el diálogo”, explicó Guerín sobre este film de ficción, pero elaborado con técnica de documental.

Durante la clase maestra, se le definió como director atípico, que ha hecho su carrera alejado del cine comercial.

“Para mí eso no ha resultado difícil, lo complicado hubiera sido hacer aquello que no deseo, porque no sería feliz rodando una película en la que no creo”.

Con un estilo fraguado, entre muchos otros, en John Ford, Howard Hawks, Buster Keaton o Chaplin, a la pregunta de si se siente más cercano al clasicismo o a la vanguardia responde: “Espero que a la vanguardia”.

En cuanto a su pasión por el séptimo arte, el cineasta destacó que “el deslumbramiento inicial” fue con el danés Carl Theodor Dreyer.

Reivindicó su deseo de “no asentarme en una fórmula, de no repetirme”.

De hecho, después del exitoso documental “En construcción” (2001), varios productores le ofrecieron proyectos en la misma línea, “pero yo me negué, busqué otros caminos”.

“En construcción”, resultado de tres años de rodaje y convivencia con vecinos del barrio barcelonés del Raval, le valió el Goya al mejor documental, el Premio Nacional de Cinematografía y el Premio Especial del Jurado en el Festival de San Sebastián, entre otros.

Sin embargo, en 2007 se desmarcó del género que le había dado el éxito con “En la ciudad de Sylvia”, cinta protagonizada por Pilar López de Ayala, más cercana a la ficción, “más intimista”, en la que un joven recorre Estrasburgo tras la pista de un antiguo amor.

“Distingo mucho entre documental y ficción, para mí son cosas distintas, pese a que pueda haber una cierta hibridación en las técnicas”.

En el futuro planea rodar una historia ambientada en el Flandes del siglo XVIII.

Por José Miguel Vilar-Bou