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Lav Díaz gusta mucho en Venecia con sus cuatro horas de cine contemplativo

Lav Díaz gusta mucho en Venecia con sus cuatro horas de cine contemplativo

EFE

Venecia (Italia) —

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El cine contemplativo, cadencioso, observador y analítico del filipino Lav Díaz conquistó hoy a la Mostra de Venecia, donde su filme “The Woman Who Left” ha sido calificado de “obra maestra”, “prodigioso” o “bellísimo” y se sitúa entre los favoritos para el León de Oro.

Casi cuatro horas de película, en blanco y negro y narrada con larguísimos planos fijos que observan la realidad de Horacia Somorostro -a la que interpreta una Charo Santos que también apunta a premio-, una mujer que es liberada tras 30 años en la cárcel por un crimen que no ha cometido.

Un cine que no es apto para todos los públicos, difícil y complejo pese a que el realizador asegurara hoy en rueda de prensa que es “un simple contador de historias” que se interesa por “la lucha de los seres humanos”.

“Ni siquiera entiendo el cine”, afirmó Díaz, para quien “el cine es un misterio como la vida” y realiza películas como una forma de explorar la vida y buscar respuestas.

“The Woman Who Left” está inspirada en un relato de Leon Tolstoi, “Dios ve la verdad pero no la dice cuando quiere”, sobre un hombre en prisión por un asesinato que no cometió.

Díaz convierte al hombre en una mujer, Horacia, y muestra su vida desde el momento en el que le anuncian que alguien ha confesado el asesinato del que la acusaban y que será puesta en libertad tras 30 años en prisión.

La cámara observa su apacible vida en la cárcel, donde es profesora de los hijos de las presas, que contrasta con la dura realidad a la que vuelve.

Imágenes hipnóticas de un “simple director”, como se denomina Díaz, que rechazó la etiqueta de ser “el padre ideológico” del cine contemporáneo filipino y que asegura que para él el cine es su “contribución a la humanidad”.

Lo absurdo de la vida se mezcla con la crueldad y la venganza en una película con la que Díaz quería examinar además un año “complejo y oscuro”, 1997, en el que Filipinas vivía una época de gran criminalidad mientras en el exterior Hong Kong era devuelta por el Reino Unido a China y morían la madre Teresa de Calcuta o Lady Diana.

Al frente de la historia, Charo Santos, una popular presentadora filipina que trabaja ocasionalmente como actriz y que en este caso no dudó en aceptar el papel al tratarse de un proyecto de Lav Diaz.

“Quería entender al hombre detrás de su cine”, afirmó la actriz, que agregó que Díaz da a los actores “el espacio para permitir el viaje de los personajes”, permite al intérprete aportar su propia visión sobre un papel y “no manipula ni las emociones ni las audiencias”.

Un director conocido por sus larguísimas películas -varias de ellas llegan a las nueve horas- y sus numerosos premios en festivales internacionales.

Este año se llevó el Alfred Bauer de la Berlinale por “abrir nuevas perspectivas del cine” con “Hele sa hiwagang hapis” y en Venecia ganó en 2008 el premio principal de la sección Horizontes por “Melancholia”.

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