Marco asegura que la salud musical es magnífica, pero los compositores no son visibles

El compositor Tomás Marco afirma que el estado de salud de la creación musical en España es “magnífico”, con nombres de gran proyección como las canarias Laura Vega y Dori Díaz Jerez, lo que sin embargo coincide con “una pérdida de visibilidad” de los nuevos autores por parte del gran público.

Tomás Marco, que ha participado en el seminario “Algo más que sonido” de la Fundación Mapfre Guanarteme, indica en una entrevista a EFE que actualmente hay que distinguir entre la magnífica proyección de los nuevos compositores nacionales y su difusión, un fenómeno peculiar en España que no se produce en otros países.

Marco, que es Premio Nacional de Música, entiende que en España se ha perdido una conexión entre la creación musical contemporánea y el público porque los medios de comunicación “no se ocupan de ello y lo que no existe en televisión no existe para nadie”.

Habría que solventar esta situación e incitar “a los políticos a que se pongan las pilas con la cultura”, prosigue el autor del concierto de “Alhambra”, pues hay un grave déficit educativo, con siete leyes de educación en la etapa democrática “a cual peor” y que han creado “un desbarajuste”.

Al respecto, cita el hecho de que recientemente ha escuchado decir “a un político muy conocido” que de gobernar “no quitaría las asignaturas agradables”, y se pregunta el compositor y ensayista español qué pasará con las “desagradables” matemáticas.

“Este es un país muy falto de memoria y que olvida totalmente a sus compositores. Como mucho conocemos los nombres pero ¿quién escucha hoy a Tomás Luis de Victoria? ¿Y las obras de Falla, Turina o Guridi que no son las que siempre se programan?”, se pregunta.

Salvo los títulos populares, la creación de los grandes autores españoles no está en el repertorio de las orquestas, que sin embargo sí programan obras de compositores “menores” rusos o franceses.

Por ello reclama Tomás Marco que la nueva creación musical española “circule” una vez que se ha producido su estreno, pues otro problema añadido es que “no hay coordinación” entre las instituciones culturales del país para su programación.

Sobre la ponencia que ha impartido en Tenerife, titulada “Pensamiento musical y siglo XXI”, precisa que es una reflexión a partir de su ensayo homónimo (pero referido al siglo XX), publicado en 2003, y que ha retomado para analizar qué hitos pueden definir la nueva centuria.

Pero al menos en el campo de las artes “todavía no está muy claro en qué consiste claramente la diferencia con el siglo XX”, apostilla Marco, quien recuerda que la pasada centuria se empezó a definir artísticamente con las “Señoritas de Avignon” de Picasso (1907) y el estreno de “La consagración de la primavera” de Stravinsky seis años más tarde.

Todo ello marcó el inicio de un nuevo pensamiento pero en este comienzo de siglo “aún no se han dado” este tipo de creaciones, aunque sí fenómenos que pueden condicionarlo y marcar una transición “más suave” que la brusca ruptura que se produjo en el tránsito entre los siglos XIX y XX.

Estos fenómenos no son necesariamente “positivos”, apunta Tomás Marco, quien cita el atentado contra las Torres Gemelas “y desgraciadamente lo que vemos estos días con los sucesos de París”.

Las artes pueden verse influidas por estos acontecimientos y por otros como las grandes migraciones y esta especie “de cruce de culturas que se vive con más intensidad” ahora que en el pasado siglo, sostiene el compositor de la ópera de cámara “El caballero de la triste figura”.

Mañana martes coincidirán un homenaje a Tomás Marco en la Casa del Lector de Madrid con la interpretación en la sala Joaquín Turina de Sevilla de su obra “Mientras el tiempo como música suena”, estrenada el 10 de noviembre en Zaragoza.