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Marhuenda: Sin consenso estaré en contra de que se reforme la Constitución

Marhuenda: Sin consenso estaré en contra de que se reforme la Constitución

EFE

Madrid —

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El director del periódico “La Razón”, Francisco Marhuenda, no es partidario de que se reforme la Constitución de 1978 si no existe “consenso” entre los partidos, ya que ese marco constitucional ha permitido a España situarse entre los países más importantes del mundo.

En entrevista con Efe, Marhuenda entra en el debate sobre la reforma de la Constitución coincidiendo con la publicación de su libro “Historia político-constitucional de España” (editorial Universitas) elaborado junto con Tomás Zamora.

Sostiene que casi todas las reformas para lograr un Estado más eficaz se pueden hacer sin necesidad de reformar la Constitución y afirma que España no puede aguantar un pacto fiscal.

Francisco Marhuenda es doctor en Derecho y Periodismo, profesor de Historia de las Instituciones en la Universidad Rey Juan Carlos y titular de la cátedra de Historia de las Instituciones.

PREGUNTA: España surge como Estado moderno a finales del siglo XV y se fortalece el poder central representado por el monarca, frente a la nobleza. ¿Estamos ahora en otra época de recentralización?

RESPUESTA: No, yo creo que no. Desde que se abre el ciclo de los procesos constituyentes, a lo largo del siglo XIX y el siglo XX, ya tenemos una identidad establecida y un régimen constitucional muy sólido. Son momentos distintos. No creo que estemos en un momento de reforma constitucional. Hay partidos que plantean la reforma constitucional, pero cuando profundizas de verdad en las propuestas que hacen yo no encuentro nada, más allá del tópico de recordar la sucesión a la corona, para que no se produzca una indeseada discriminación de la mujer en beneficio del hombre. Pero a corto y medio plazo no está previsto. Yo no veo grandes temas de reforma constitucional.

P: La idea de Constitución liberal es la expresión jurídica de un pacto entre las nuevas clases sociales que accedieron al poder político tras el Antiguo Régimen. ¿España necesita reformar la Constitución del 78 porque han variado las condiciones sociales de entonces?

R: No. La Constitución del 78 mantiene su vigencia, y la puede mantener durante mucho tiempo, porque es un texto que ha permitido que gobiernen sin ninguna dificultad, sin ningún problema, el centro derecha y el centro izquierda.

Y han gobernado con total normalidad. El marco constitucional ha dado muy buen provecho. El Gobierno de Felipe González hizo las reformas de acuerdo a su programa electoral, afrontó varias crisis económicas duras. Lo mismo el Partido Popular, antes la UCD, ahora el Partido Popular. No ha habido en mi opinión ninguna modificación, ninguna transformación. Ha habido un elemento que es capital. La Historia del Constitucionalismo español ha estado marcada por los vaivenes. Cuando llegaba una formación política intentaba imponer su modelo de Constitución. Y eso es malo, porque lo que tiene que haber es un consenso. Tiene que haber un acuerdo, como fue la Constitución de 1978, donde todo el mundo renunció a algo para poder ponerse de acuerdo y todos caminar hacia adelante. Prueba de ello es que éste es el período de estabilidad, de desarrollo económico, social y cultural más intenso y más rápido en la Historia de España. En estos momentos somos uno de los países más avanzados del mundo y lo hemos hecho en un marco constitucional. Cuando surge la Constitución del 78 es la norma más moderna en aquel momento.

P: El PSOE habla de reformar la Constitución, pero todavía no ha especificado en qué. También habla de la España Federal, teniendo en cuenta que ya existe un Estado de las Autonomías.

R: Se ha llamado el federalismo asimétrico, porque nuestra Constitución recoge con gran fidelidad lo que se denomina hechos diferenciales.

La Constitución lo que no recoge es un modelo de uniformidad, porque cada comunidad autónoma tiene singularidades. Y algunas de ellas tan importantes como pueden ser el idioma, el Derecho Civil, la insularidad. Tenemos el régimen financiero fiscal que es el concierto económico en el País Vasco y convenio económico en Navarra. Todo eso está recogido en nuestra Constitución. Yo cuando hablan de federalismo les recomiendo a todos que lean lo que es el federalismo.

El federalismo es igualdad. Creo que a veces los políticos en general cogen una palabra y dicen esta palabra tiene fuerza, voy a utilizarla.

Qué países federales hay: Estados Unidos, Alemania, que son los modelos de manual. Por supuesto está Austria, está México y Canadá. Estados Unidos y Alemania son dos modelos que no darían satisfacción a lo que serían las reivindicaciones nacionalistas. Ese es el gran error.

En Alemania todo el mundo tiene muy claro cuáles son sus competencias. Nadie pide la publicación de balanzas fiscales, luego hay lealtad constitucional. Todo es un Estado que funciona.

El federalismo lo que no puede incluir, por sentido común, es el establecimiento de diferencias. El nacionalismo quiere diferencias. Quiere que su nación, que no es la española, sino la catalana o la vasca sea diferente a las otras.

Por tanto, yo creo que deberían concretar qué entienden por federalismo.

P: El nacionalismo catalán ya ha dicho que, si lo que se pretende con una España Federal es quitar competencias a Cataluña, que se olviden. ¿Cree que es posible a estas alturas encontrar un encaje de Cataluña y una solución, que no sea la independencia como pregonan los nacionalistas?

R: Yo soy catalán. A mi me parece un auténtico despropósito todo el proceso que estamos viviendo.

El problema de la sociedad moderna es que no puedes establecer diferencias. Uno de los bienes más valiosos afortunadamente es la igualdad. Establecer un modelo de Estado en el que se consagren las diferencias es que es imposible. Es que no tiene ningún sentido.

En el año 78 cuando el proceso estatutario ya había comenzado realmente, ya se habían establecido los regímenes preautonómicos. La gente lo olvida. El mapa autonómico estaba prácticamente dibujado antes de la aprobación de la Constitución, porque había un sentimiento generalizado reivindicando autonomía.

¿Alguien cree que se pueden establecer mecanismos de diferencia entre comunidades autónomas?. Otra cosa es que se debería acotar la solidaridad. Hay que reformar el modelo autonómico. Eso se hace por iniciativa legislativa, no necesita reformar la Constitución. Es decir, casi todas las reformas que se podrían hacer para que nuestro Estado fuera más eficaz se pueden hacer con voluntad política y sin necesidad de una reforma constitucional.

Eso pasa por acotar la solidaridad. La solidaridad no puede ser ilimitada, porque eso genera desasosiego en las comunidades que pagan más, pero tampoco hay que dejar desfavorecidas al resto de comunidades.

España no puede aguantar un pacto fiscal, que es un poco lo que planteaban los nacionalistas catalanes en el año 2012. Y el presidente del Gobierno les dijo: yo no puedo asumir un pacto fiscal. Por lo tanto, entre todos hay que mejorar lo que es este Estado y se puede hacer perfectamente en el marco constitucional. Hay que dedicar muchísimas horas a hablar, a negociar y muchísimas horas para llegar a un acuerdo.

P: En el libro se habla de la Constitución de 1812 como emblemática para el liberalismo español. ¿Qué traslación haría de esa idea a la España actual?

R: El constitucionalismo es un aspecto fundamental de nuestra Historia contemporánea. España ahora forma parte de los países más avanzados del mundo. Los españoles nos tenemos que sentir muy orgullosos de la Transición. La Transición que concluye en 1982 es una etapa fascinante de la Historia de España. Los españoles somos capaces, encabezados por su majestad el Rey Juan Carlos, Adolfo Suárez... un montón de personas, Felipe González, Santiago Carrillo... de llegar a acuerdos básicos fundamentales que han permitido que durante varias décadas España haya dado un salto cualitativo. En el año 75 éramos de las 12 economías más importantes del mundo, pero estábamos marginados. El régimen dictatorial que vivía España hacía que eso fuera así.

En la Transición, España se convierte en una historia de éxito, y en lugar de estar todos los españoles unidos hemos permitido que haya formaciones políticas que cuestionen ese período, que cuestionen la Constitución. La Constitución del 78 que tiene esa mezcla socialdemócrata, liberal, democristiana... es algo que debería ser reivindicado como un gran éxito. Lo mismo que sus protagonistas. Las figuras que hicieron la Transición merecen un enorme respeto.

La gran lección de la Constitución del 78 a diferencia del resto de constituciones, la que en el libro decimos mítica, la de 1812, hasta ahora, es que eran constituciones incapaces de generar consenso. Eran textos interesantes, jurídica y políticamente, pero no generaban consenso.

P: Este volumen pretende ser un libro de texto en el ámbito de la docencia, es un libro para especialistas?

R: El libro está planteado para mis alumnos y para la gente del mundo académico. Pero también es un libro para el gran público, con los textos constitucionales, con análisis y con la misma sistemática al analizar cada Constitución. Cada Constitución es analizada con el mismo modelo. Hemos buscado además un libro que tuviera esa capacidad de síntesis sin olvidarse nada.

P: Como director de La Razón, déme un titular.

R: La del 78 es la Constitución del consenso y recordando el epitafio de Adolfo Suárez, la concordia fue posible.

Hasta que no haya ese mismo consenso yo estaré en contra de que se reforme la Constitución. Cuando haya consenso entre los partidos, me apunto, pero hasta ese momento, sigamos con lo que tenemos, que ha permitido que España siga siendo uno de los países más importantes del mundo. Incluso cuando estábamos en crisis seguíamos siendo uno de los países más importantes del mundo.

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