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Mendonça Filho: para mí no es una opción evitar la realidad en mi cine

Mendonça Filho: para mí no es una opción evitar la realidad en mi cine

EFE

Cannes (Francia) —

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El realizador brasileño Kleber Mendonça Filho asegura que para él “no es una opción evitar la realidad inmediata de Brasil” en su cine y eso es lo que muestra en “Aquarius”, una película con la que compite por la Palma de Oro de Cannes y que está protagonizada por una inmensa Sonia Braga.

“Es mucho más natural para mí hacer una película que tenga aspectos de la sociedad” y añadir elementos reales que le dan una mayor veracidad a la ficción, explicó hoy Mendonça Filho en una entrevista con Efe.

En “Aquarius” trata un problema candente en Brasil, el del cambio de la fisonomía de algunos barrios de las grandes ciudades, que están perdiendo sus edificios bajos para dejar espacio a grandes torres de apartamentos de lujo.

“Me interesaba desde el punto de vista del cine y la imagen, la organización de las ciudades, urbana, que no está diseñada sino que sigue básicamente las órdenes del mercado. Y al seguir las órdenes del mercado tienes unas ciudades extremadamente inhóspitas, en las que no hay una preocupación comunitaria”, explicó el realizador.

Una brutal transformación que se ha producido en apenas 50 años, de la que ya trató en un cortometraje y que ahora vuelve a ser el centro de su segundo largometraje -el primero fue “O Som ao Redor” (2012)-, que tiene dos protagonistas, Clara (Sonia Braga) y el edificio Aquarius, frente a la playa de Boa Viagem, en Recife.

En la película es el único edificio que resiste a la presión inmobiliaria, con Clara como única habitante de uno de sus pisos, pero en la realidad es también el último edificio -se llama Oceana- en medio de la jungla de cemento y cristal.

Un edificio con tanto encanto como el que despliega Braga en la película, la actriz “perfecta” para el papel, en palabras de Mendonça Filho, que recordó cómo le envió el guion y en tan solo 48 horas la actriz le dijo que sí, lo que supone su gran regreso al cine brasileño tras muchos años de ausencia.

Y el trabajo con ella fue tan especial como el realizador se esperaba. “Sonia mostró una comprensión estética y política” que encajaba a la perfección con el personaje.

“Es un caso muy feliz de alguien que comprendió perfectamente lo que yo quería hacer y lo que era la película”, agregó.

Un entendimiento entre el realizador y la actriz que fue más allá de la pura preparación de la película, como quedó ayer de manifiesto cuando los dos, junto al resto del equipo del filme, protagonizaron una protesta en la alfombra roja de Cannes contra lo que consideran “un golpe de Estado silencioso” en Brasil.

Una situación incierta la de su país que preocupa mucho a Mendonça Filho. “Nadie sabe lo que va a pasar”, reconocía.

Hay “discursos de la derecha, un poco fascistas, machistas y homofóbicos”, mientras “la oposición de derechas tomó el poder a la fuerza, con un golpe sin armas de fuego, cínico. Y ahora están empezando a destruir una estructura que ha sido montada en los últimos 13 años de gobierno de izquierda”.

Pero frente al pesimismo que deja entrever en su discurso político, el director asegura que los obstáculos son los que le dan energía para continuar.

Como cuando iba a rodar la película en un edificio que fue demolido y ya solo quedó el Oceana para contar su historia. Ese problema le empujó con más fuerza a hacer la película.

Es lo mismo que le pasa al personaje de Clara y a Sonia Braga, feliz de la acogida de la película en Cannes y encantada de estar trabajando, que es lo que al fin y al cabo importa, como dijo emocionada en declaraciones a Efe.

Poco antes, en la rueda de prensa, la actriz recordó que una de las funciones del cine es llevar felicidad y entretenimiento a la gente y es lo que ha estado haciendo en los últimos años desde su continuo trabajo en televisión.

“Me gusta mucho la televisión en Brasil porque la gente no tiene mucho tiempo ni dinero para ir al cine, no es que nos les gusten (...). No hay que infravalorar a la gente sencilla, son muy sofisticados e inteligentes en Brasil. Pero si van a ver una película, destrozan el presupuesto del mes”, precisó.

Tres nominaciones a los Globos de Oro avalan a la actriz, de 65 años y uno de los nombres más internacionales del cine brasileño y que conquistó hoy a todo en Cannes con su dulzura, su respeto por los demás y su espectacular interpretación.

Alicia García de Francisco

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