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“Miénteme, te creeré”, cuatro manos para una obra ficticia, real y libre

"Miénteme, te creeré", cuatro manos para una obra ficticia, real y libre

EFE

Madrid —

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Una lectora envía un manuscrito a un escritor y da comienzo a un intercambio epistolar ficticio, el de la novela “Miénteme, te creeré”, y real, el de sus autores, Anne-Laure Bondoux, y Jean-Claude Mourlevat, que aseguran a Efe que nunca se han sentido más libres que escribiendo esta obra a cuatro manos.

Todo comenzó como un juego entre escritores. Mourlevat pasaba por un periodo de sequía creativa y envió el primer mensaje a su amiga Bondoux. Un intercambio que pronto se convirtió en “algo más” aunque al principio no eran conscientes de estar escribiendo una novela.

“Yo respondí a ese primer email para ayudarle a recuperar el placer de la escritura”, explica Bondoux en una entrevista telefónica. Mientras que Mourlevat, tras un primer momento en el que pensó en abandonar, se convirtió en casi una obsesión, compartida con su mujer e hijo.

“Esperaba sus correos con fiebre, pero no solo yo, todos queríamos leer sus emails”, reconoce Mourlevat.

Dos escritores con una larga trayectoria centrada casi en exclusiva en las novelas para jóvenes adultos y que en “Miénteme, te creeré” (Espasa) se vieron inmersos, casi arrastrados, a una historia muy diferente, de amistad, de amor, de secretos y hasta con pinceladas de thriller.

Partiendo de la relación que se formó entre los dos personajes ficticios que interpretaban los escritores -Pierre-Marie Sotto y Adeline Parmelan-, la historia se hizo más compleja con la introducción de amigos y familiares de los protagonistas que Mourlevat se iba inventando sobre la marcha.

“Jean-Claude decidió sin avisar meter nuevos personajes y me escribió como si le enviara el mensaje a Max (un amigo de Pierre-Marie). Y yo intenté sorprenderle contestando como si fuera Jossy, la mujer de Max”, explica Bondoux.

Los escritores se divertían de verdad y es algo que, en opinión de Mourlevat, lo pueden sentir los lectores y esa puede ser una clave del éxito del libro, junto con la frescura por la improvisación constante.

Una obra que se publica el día 11 en español tras un gran éxito en Francia cuando se publicó hace dos años, algo totalmente inesperado para sus autores.

“No sabíamos hacia donde íbamos”, reconoce Bondoux, que asegura que el placer que ambos sintieron durante el proceso de escritura fue ya suficiente recompensa.

Una opinión compartida por Mourlevat. Ambos resaltan la soledad del escritor a la hora de escribir, por lo que hacerlo a cuatro manos permite consultar dudas e intercambiar reflexiones.

“Fue muy agradable y muy fácil porque además había menos esfuerzo de construcción que en nuestros trabajos anteriores. Jugábamos y pensábamos que no había nada importante en juego”, explica Bondoux.

Era como una obra teatral de improvisación y una experiencia nueva. Había que “admitir, aceptar y conocer al personaje de otro y adaptarse a él”, indicó Mourlevat.

Una novela que escribieron en el mismo tiempo real que señalan las fechas de los mensajes de los protagonistas de la historia, entre el 24 de febrero y el 27 de mayo de 2013, con una elipsis de cinco meses para llegar al epílogo, en octubre, y que es el único artificio narrativo utilizado por los escritores.

Durante el proceso hablaron mucho pero a distancia. Y tan solo se reunieron al final del proceso, cuatro o cinco días, para acortar algunos mensajes que eran muy largos y modificar algunas descoordinaciones de la narración, pero tratando de mantener lo más posible los textos originales.

Y ante el éxito cosechado, ¿habrá continuación?

“Me gustaría, pero necesitaríamos una muy buena idea. Anne-Laure había contemplado continuar la correspondencia seis meses después de donde acaba el libro y ahondar en su relación, pero yo no estaba convencido”, explica Mourlevat

Pero Bondoux no descarta repetir la experiencia de trabajar con otro autor, de nuevo con Mourlevat o con otro escritor. “¿Por qué no?”.

Alicia García de Francisco

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