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“Muertes de perro”, de Ayala, una novela sobre el poder y la condición humana

Documentos de Francisco Ayala hallados en la Universidad de Princeton arrojan luz sobre su obra

EFE

Granada —

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Con motivo de su tercer centenario, la Real Academia Española ha realizado una edición especial de “Muertes de perro”, de Francisco Ayala, “una gran novela social de la condición humana”, con claras influencias de Cervantes y de Shakespeare, en palabras de Darío Villanueva, secretario de la RAE.

La novela, editada por Alfaguara y con prólogos del académico José María Merino y de la hispanista Carolyn Rychmond, viuda de Ayala, se presenta esta noche en la Biblioteca de Andalucía, en un acto en el que intervendrán, además de los prologuistas, Darío Villanueva y Antonio Sánchez Trigueros, catedrático de la Universidad de Granada.

La reedición de este libro coincide con la localización, en la Universidad estadounidense de Princeton, de una caja con documentos diversos de Francisco Ayala, que han sido digitalizados tras la solicitud que hizo al respecto Carolyn Richmond.

Entre esos documentos figuran tres copias mecanografiadas de “Muertes de perro” con algunas correcciones a mano y una especie de guion de los diferentes capítulos de la novela, en el que faltan los dos últimos, quizá porque el autor no sabía muy bien cómo iba a terminar esta obra, uno de sus títulos fundamentales. Finalmente, la publicó la editorial Sudamericana en 1958.

Como decía hoy Darío Villanueva, esta novela de Ayala (Granada, 1906 - Madrid, 2009) “se ha visto desfavorecida” por ser una obra escrita en el exilio y que, como otras de aquella época, “ha permanecido en una especie de limbo o tierra de nadie”.

También, puede haber sido perjudicial para “Muertes de perro” el que se la incluyera dentro de las “novelas de dictador”, clasificación a la que Ayala “se resistía como gato panza arriba”, aseguraba el secretario de la RAE.

A ese subgénero pertenecen obras como “Tirano banderas”, de Valle Inclán; “El otoño del patriarca”, de Gabriel García Márquez; “Yo, el supremo”, de Augusto Roa Bastos; “El recurso del método”, de Alejo Carpentier, o “La fiesta del Chivo”, de Vargas Llosa.

Como cuenta Ayala en “Recuerdos y olvidos”, y rememora Merino en el prólogo, hay lectores que han tratado de identificar personajes y situaciones de “Muertes de perro” con los de algún país concreto, hasta el punto de que, en una ocasión, un periodista nicaragüense le dijo a Ayala que la novela reflejaba fielmente la dictadura de Nicaragua.

Y cuando el novelista y ensayista español le contestó que nunca había estado en ese país, el periodista “se quedó entre decepcionado e incrédulo”.

Tampoco satiriza Ayala en el libro la Dictadura de Franco y quizá por eso consiguió que la censura franquista autorizara la publicación de la novela en 1969.

Este libro, le decía hoy a Efe Merino, “es mucho más que una novela de dictador. Es una novela sobre la condición humana” y una obra donde “lo siniestro, lo grotesco y lo patético se conjugan con especial eficacia”.

“Una dictadura puede hacer salir al exterior lo peor que tenemos, y lo que Ayala pretende es mostrar hasta dónde es capaz de llegar el ser humano, cómo puede ser desleal, traidor y corrupto”, señalaba Merino, para quien este libro “está perfectamente vigente”.

Merino se refirió también al aspecto formal de la novela, constituida por “una serie de manuscritos encontrados, a través de los cuales se van conociendo a los personajes” y que pretenden narrar la crisis política que ha sucedido en un pequeño país centroamericano, como consecuencia de la muerte del dictador.

Esta novela “fascinante y compleja”, terminada de redactar por Ayala en 1957, mientras daba clases en Princeton, tiene una de sus fuentes, en opinión de Carolyn Richmond, en el teatro de Shakespeare, y en concreto en “Otelo”, Julio César“ y ”Macbeth“.

“La novela no es, ni se propone ser, una versión moderna de la tragedia shakespeariana, sino más bien un reflejo, contemporáneo a la vez que universal, de la eterna lucha por el poder”, afirma Richmond en su prólogo.

La influencia del “Quijote” y de la técnica cervantina están también claras en “Muertes de perro”, una novela sobre “el poder como usurpación”, en la que es “fundamental la invención literaria en cuanto proceso”, añade Richmond.

Y, como diría hoy Darío Villanueva, “el cervantismo de Ayala representa toda una sólida garantía para la vigencia de su obra narrativa junto con el resto de su vasta y fecunda producción intelectual”.

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