El Museo de Arte Antiga luso lleva el “crowdfunding” al arte de Portugal

El “crowdfunding”, como se conoce a la financiación colectiva, ha irrumpido en el ámbito artístico de Portugal gracias a una innovadora iniciativa del Museo Nacional de Arte Antiga (MNAA) luso, que busca apoyo económico para adquirir un cuadro.

La prestigiosa pinacoteca de Lisboa, socia del madrileño Museo del Prado, emula así al parisino Louvre y a la londinense National Gallery para transformar a sus visitantes en auténticos “mecenas” que pueden contribuir a expandir el acervo de la institución.

Lanzada el pasado 27 de octubre, la iniciativa de recogida de fondos, organizada en conjunto con el diario luso “Público”, tiene como objetivo conseguir 600.000 euros para comprar la pintura “La Adoración de los Reyes Magos”, del portugués Domingos António de Sequeira (1768-1837).

Titulada “Vamos a poner a Sequeira en su lugar”, la campaña es, en esencia, “un proceso de movilización de la ciudadanía”, dijo a Efe el director del museo, António Filipe Pimentel.

Según el responsable del MNAA, la iniciativa tiene además como objetivo “la centralización del museo en la vida colectiva de la población lusa”, infundiéndoles la idea de que la institución “les pertenece a ellos y no es una estructura estática del Estado”.

Como último fin, la campaña servirá además para educar en torno a la figura de Domingo António de Sequeira, uno de los “grandes pintores de su tiempo” a ojos de Pimentel.

Sequeira -nacido en Lisboa en 1768 y fallecido en Roma en 1837- es una de las grandes figuras de la generación de Goya, una generación que representa “un tiempo de cambio entre el academicismo del siglo XVIII y las nuevas vías que se siguieron entonces”.

Esa “ruptura con la tradición clásica” es visible en “La Adoración de los Reyes Magos”, una obra que forma parte de un conjunto de cuatro pinturas de cariz religioso del autor.

Pintada en Roma en 1828, muestra el encuentro de los Reyes Magos con Jesús tras su nacimiento, en una composición donde la luz es el elemento clave.

Si la campaña tiene éxito, la pintura se unirá al acervo del MNAA, que cuenta con una de las principales colecciones de Sequeira a nivel internacional.

Para ello sólo sería necesario que cada uno de los 10 millones de portugueses contribuyera con seis céntimos, para alcanzar así el objetivo de los 600.000 euros en los que está valorada la pieza.

Hasta ahora han conseguido recaudar más de 55.000 euros con esta iniciativa, que se prolongará hasta el próximo 30 de abril para asegurar un nuevo hogar a la obra de Sequeira.

Las contribuciones pueden realizarse mediante transferencia bancaria, donativos en efectivo en el propio museo o en una página web en la que los “mecenas” pueden escoger qué píxeles de la pintura quieren patrocinar.

A semejanza de otras campañas similares, existen varios premios en función de las donaciones, que van desde entradas para el museo hasta un bono anual, pasando por visitas guiadas o incluso una cena conmemorativa.

Aunque acaba de llegar a Portugal, la estrategia de recurrir a la ciudadanía para sumar cuadros al acervo de un museo ya se utilizó en otros países como Reino Unido, Francia e incluso España.

La primera iniciativa de este tipo se remonta a 1906, cuando la National Gallery adquirió “La venus del espejo”, del español Diego Velázquez (1599-1660) mediante una recogida de fondos.

Más recientemente, el Louvre recurrió al “crowdfunding” a principios de 2015 para adquirir la “Table de Teschen”, una pieza de orfebrería valorada en 12,5 millones de euros.

En España, la Fundación Museo Sorolla fue la primera pinacoteca del país en recurrir a la financiación participativa y logró recaudar entre octubre y noviembre de este año más de 26.000 euros para adquirir la pintura “Almendro en flor” del pintor valenciano.

Según Pimentel, este tipo de campañas llega en el momento justo a la sociedad lusa, que históricamente “tiene una tradición muy fuerte de compromiso cívico”.

El director del MNAA espera que esta iniciativa pueda incluir el arte en los “hábitos de consumo diario de las personas” e infundir en el pueblo luso la admiración por la figura de Sequeira que fue manifestada en 2013 en el Museo del Romanticismo de Madrid, donde una exposición del pintor generó largas colas de espera.